Madrid 'pas¨®' de ?frica
El concierto Espa?a por ?frica se sald¨® con un fracaso total. Fracas¨® no en cuanto al concierto en s¨ª, sino referido al fin primordial del asunto: recaudar fondos para paliar el hambre en ?frica. Mundo Vivo, ben¨¦fico organizador del evento, no s¨®lo no obtuvo beneficios, sino que a causa de la m¨ªnima asistencia de espectadores tendr¨¢ que hacer frente a unas p¨¦rdidas estimadas en un primer momento en unos 17 millones de pesetas.El presupuesto total del concierto ascend¨ªa a 21 millones, por lo que era necesaria la asistencia de unos 25.000 espectadores para que la organizaci¨®n cubriera gastos; sin embargo, no m¨¢s de 5.000 personas en el mejor de los momentos se dieron cita en el rock¨®dromo, por lo que el resultado cremat¨ªstico fue desolador. A las 19.30, una hora despu¨¦s del comienzo, no hab¨ªa m¨¢s de 700 asistentes.
Concierto Espa?a por ?frica
Organizado por Mundo Vivo. Duraci¨®n: 6 horas. Rock¨®dromo. Madrid, 23 de abril.
Entre las razones del fracaso, los organizadores aduc¨ªan la renuncia, por uno u otro motivo, de casi todas las primeras figuras invitadas a participar en el evento, lo que hab¨ªa dejado el cartel sensiblemente mermado. V¨ªctor Manuel y Ana Bel¨¦n, Mecano, Miguel R¨ªos, Aute, Sabina, Ramonc¨ªn, Ol¨¦-Ol¨¦ y la Orquesta Mondrag¨®n son algunos de los nombres citados por los organizadores a la hora de hablar de negativas. Si a esto se une la deficiente publicidad realizada y el que Barry White, presentado como la estrella, lleve bastantes a?os en segundo plano, se empieza a comprender el fracaso.
Tras todo tipo de rumores el cartel definitivo del concierto hab¨ªa quedado formado por Norberto de Noah, Ca?ones y Mantequilla, Cadillac, Los Enemigos, Desperados, Los Elegantes, Micky, Semen Up Caco Senante, Los Secretos Vicky Larraz y Barry White. No era para cortar la respiraci¨®n, pero ten¨ªa indudables atractivos.
A las 6.30, con 15 minutos por grupo nacional, y ante un centenar de despistados que hab¨ªan llegado antes de tiempo -la hora oficial de comienzo era a las siete-, tocaron Norberto de Noah (ritmos africanos) y ese excelente grupo de country que es Ca?ones y Mantequilla. Mientras, poco a poco llegaban nuevos espectadores, y todav¨ªa de d¨ªa actu¨® Cadillac -con la colaboraci¨®n de C¨¢novas y Adolfo-, que hizo una buena versi¨®n del viejo Se?ora Azul. Luego Jos¨¦ Mar¨ªa Guzm¨¢n nos deleit¨® con un lamentable playback en el que simula un solo de guitarra. A continuaci¨®n, Los Enemigos, Desperados y Los Elegantes formaron un buen tr¨ªo de rock en el que los dos primeros demostraron ir hacia arriba y ser grupos que tener en cuenta en un futuro cercano.
Y en esto apareci¨® Micky. Lo mejor de la noche. Lo suyo fue una demostraci¨®n de c¨®mo hay que estar encima del escenario, c¨®mo manejar y animar al p¨²blico, y por supuesto, qu¨¦ hay que hacer para ser un hombre de goma. Micky es un showman, sabe perfectamente por d¨®nde anda y en cuanto empez¨® a versionear a los cl¨¢sicos, mientras se autoanimaba con su graciosa palabrer¨ªa, la cosa gan¨® en intensidad. Blues y rock and roll debe de llevar Micky en la sangre. Con una banda buen¨ªsima hizo dos versiones de quitarse el sombrero: Walking the dog, de Rufus Thomas, y Little queenie, de Chuck Berry. Demostr¨® seguir siendo joven. L¨¢stima que actuara de d¨ªa: "Se os ve a todos mucho, l¨¢stima que no me llame Micky Barry White!"
Tras una pausa para sufrir el himno y unos pobres fuegos artificiales, la recta final antes de la estrella. Caco Senante lleno de buena salsa canaria, como siempre; Semen Up -esta vez la provocaci¨®n no iba de desnudarse, sino de fingir esnifar unas rayas-, Los Secretos, que repet¨ªan noche en Madrid, y Vicky Larraz, con gran acompa?amiento y plet¨®rica de voz. Luego, por fin, ¨¦l.
Barry White vive en el pasado. Habla de s¨ª mismo en tercera persona y juega con el recuerdo. Lo que sucede es que muchos ni se acuerdan ni tienen ganas de acordarse. O simplemente no era el sitio adecuado. Hora y media escuchando un s¨ªmil de orquesta de Ray Conniff mientras White canta-susurra su canci¨®n es demasiado.
Babelia
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