El dise?o de la ciudad
Cuando intento escribir algo relacionado con el urbanismo de Madrid, el subconsciente me trae a la cabeza la idea del suicidio.Y es que al urbanismo matritense los Ayuntamientos de la Villa y Corte, desde hace cerca de 50 a?os -y sin soluci¨®n de continuidad-, lo est¨¢n suicidando lentamente como esas esposas asesinas que cada d¨ªa echan al caf¨¦ de su c¨®nyuge un poco de veneno.
Pero lo de las torres de la plaza de Castilla [conocidas ya como las torres de KIO, grupo kuwait¨ª que las promueve] no es un poco de veneno, sino una cantidad capaz de machacar a la ciudad mejor plantada.
Se pueden hacer muchas lecturas de este problema: est¨¦ticas, sociol¨®gicas, econ¨®micas, legales, pol¨ªticas...
El disparate pl¨¢stico -hablando de lo que entiendo- va a ser de tal calibre que duda uno que se llegue a consumar.
Sin embargo, la triste experiencia de lo que se ha hecho en Madrid ha sido tan gorda y tan dolorosa que se puede esperar cualquier cosa, por descabellada que sea.
No me resulta f¨¢cil, sin una explicaci¨®n gr¨¢fica, exponer los errores a que se puede llegar si se prescinde de los obligados condicionantes del emplazamiento.
El trazado de dos ejes perpendiculares, uno norte-sur (cardo) y otro este-oeste (decumano) caracter¨ªstico de los castros romanos y de las ciudades que tuvieron su origen en esos campamentos militares no es el caso de la fundaci¨®n de Madrid, pero posteriormente, en la expansi¨®n neocl¨¢sica de la ciudad, al sinuoso eje de Recoletos y la Castellana se le asigna el car¨¢cter de cardo, eje norte-sur que luego conserva y ampl¨ªa la soluci¨®n Zuazo-Jansen que contin¨²a en los trazados posteriores y que en su tramo final, recto y cuesta arriba, la plaza de Castilla es sin duda el final de perspectiva de esa v¨ªa.
Un cambio de rasante convexo y un ligero cambio de direcci¨®n de unos seis o siete grados en el trazado de la continuaci¨®n de la avenida lo remarcan tanto en secci¨®n como en planta.
Tel¨®n de cierre
En un caso an¨¢logo de cambio de rasante, tambi¨¦n convexo, de la calle de Alcal¨¢, los urba nistas del rey Carlos III consideraron que hab¨ªa que situar all¨ª un tel¨®n que cerrara la perspectiva, que, de dejarla abierta, mutilar¨ªa la visi¨®n de los pisos bajos de las casas situadas en la continuaci¨®n de la calle, y adoptaron con muy buen juicio y sensibilidad la soluci¨®n propuesta por Sabatini, que era m¨¢s transparente y m¨¢s bella, aunque sin dejar de ser tel¨®n, que la m¨¢s maciza propuesta por don Ventura Rodr¨ªguez.
Un final as¨ª, de tel¨®n de cierre de perspectiva, es lo que necesita la madrile?a plaza de Castilla, y el monumento existente en la actualidad ya patentiza de una parte el eje de la avenida y de otra, aunque de forma reducida -con dos muretes curvos y una fila de chopos- el cierre de la perspectiva.
Me parece evidente que una edificaci¨®n volum¨¦tricamente importante que se situara detr¨¢s de esta vista general tendr¨ªa que mantener ese criterio de cierre, aunque pudiera y debiera calarse en las dos primeras plantas para respetar el trazado vial existente.
Distorsi¨®n
Construir en ese lugar dos torres sim¨¦tricas a un eje que no tiene visibilidad en la perspectiva principal de la ciudad y que va a distorsionar la visi¨®n hacia arriba que desde ella se tenga, ya que una de las torres quedar¨¢ casi en el centro del eje y otra fuera de los bordes de la avenida, me parece un doble disparate, bastante inexplicable que pueda proponerse, y menos, aceptar.
Pueden existir razones econ¨®micas o legales, o lo que sea, que obliguen a una soluci¨®n de compromiso en cuanto a vol¨²menes de edificaci¨®n, con los consiguientes trastornos sociol¨®gicos que poco a poco van suicidando a la ciudad, pero al menos que la soluci¨®n arquitect¨®nica sea correcta.
En la Walkyria de Wagner, Wotan castiga a su hija Brunhilda a ser la mujer de un simple mortal.
Brunhilda, mientras se desmaya de dolor, musita entre sollozos: al menos que sea un h¨¦roe.
Los madrile?os, un poco brunhildos del urbanismo de esta ciudad, a lo menos que podr¨ªamos aspirar en este drama sin m¨²sica es a que lo que se nos haga all¨ª no sea un disparate fe¨ªsimo.
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