Tres s¨ªmbolos de la dictadura, procesados en Argentina
La detenci¨®n de Jos¨¦ Mart¨ªnez de Hoz y de Albano Harguindeguy, ex ministros durante la dictadura de Econom¨ªa y del Interior, respectivamente, y la decisi¨®n de un tribunal de San Francisco (California, EE UU) de conceder la extradici¨®n del ex general Carlos Su¨¢rez Mason, que fue comandante militar de Buenos Aires y es uno de los s¨ªmbolos de la represi¨®n, evocan en Argentina la historia reciente y abren la posibilidad de que alguno de los viejos responsables pague parte de sus culpas.
Mart¨ªnez de Hoz, de 62 a?os, era el s¨ªmbolo, viviente y en libertad, de la pol¨ªtica econ¨®mica de la dictadura militar, que en Argentina todav¨ªa se denomina eufem¨ªsticamente el proceso. Representante de la oligarqu¨ªa agraria y ganadera, Mart¨ªnez ocup¨® el ministerio de Econom¨ªa de 1976 a 1981 durante el mandato del general Jorge Videla. Eran los tiempos de la plata dulce, cuando la falsa par?dad del peso con el d¨®lar, el liberalismo salvaje y la explosi¨®n de los cr¨¦ditos externos permit¨ªan a una capa de argentinos beneficiarse del aparente auge, viajar por el mundo como nuevos ricos y mantener ojos y o¨ªdos cerrados ante la represi¨®n con un algo habr¨¢ hecho en los labios, cuando ten¨ªan noticia de detenidos o desaparecidos.Su ¨ªntimo amigo en el Gobierno de Videla era el ministro del Interior, general Albano Harguindeguy. Los dos eran compa?eros de safaris africanos, mientras los subalternos se dedicaban a la caza y captura de subversivos.
Mart¨ªnez y su amigo Harguindeguy no comparecer¨¢n ante los tribunales por sus responsabilidades durante la dictadura, sino por un delito menor dentro de la tragedia colectiva del pueblo argentino. Los dos fueron detenidos el mi¨¦rcoles, acusados de privaci¨®n ilegal de libertad y tentativa de extorsi¨®n del empresario Federico Gutheim y de su hijo Miguel, que en noviembre de 1976 fueron encarcelados durante cinco meses en relaci¨®n con un confuso negocio de exportaci¨®n de algod¨®n por un importe de 12 millones de d¨®lares (1.320 millones de pesetas, al cambio actual). Los empresarios detenidos fueron extorsionados, para que llegasen a un acuerdo con otra empresa para ceder el cupo exportador.
En una nota, entregada a la Prensa por medio de su hijo, Mart¨ªnez asegura que es inocente y se declara "sereno y sin rencores". "S¨¦ que es destino frecuente de muchos hombres p¨²blicos a lo largo de nuestra historia", afirma, "pasar alg¨²n tiempo privados de su libertad".
La detenci¨®n de Mart¨ªnez y Harguindeguy coincidi¨® con la concesi¨®n, por un tribunal de San Francisco de extradici¨®n a Argentina del ex general Carlos Su¨¢rez Mason, de 64 a?os, comandante del Primer Cuerpo del Ej¨¦rcito argentino de 1976 a 1979 y despu¨¦s presidente de la empresa nacional Yacimientos Petrol¨ªferos Fiscales (YPF). Dos d¨ªas antes del fallo sobre la extradici¨®n, otro tribunal de San Francisco hab¨ªa condenado a Su¨¢rez Mason a pagar 21,1 millones de d¨®lares (unos 2.300 millones de pesetas) a Horacio Mart¨ªnez Baca, un abogado laboralista argentino de 46 a?os, que reside en Oackland y est¨¢ nacionalizado norteamericano. El abogado hab¨ªa sido detenido y torturado a lo largo de cuatro aflos, cuando Su¨¢rez Mason era jefe militar de la regi¨®n de Buenos Aires. La sentencia que le conden¨® a indemnizar a su v¨ªctima establece que Su¨¢rez Mason "intencional y sistem¨¢ticamente, y con conciencia de las consecuencias, dirigi¨® una pauta y pr¨¢ctica de terror contra la poblaci¨®n en general de la Argentina".
Durante su paso por el comando militar de Buenos Aires, Su¨¢rez Mason -que hab¨ªa sido expulsado del Ej¨¦rcito, porque los mismos militares lo consideraron una deshonra- fue responsable de centros de internamiento y de tortura de miles de desaparecidos. El tribunal de San Francisco concedi¨® la extradici¨®n para que el reo responda ante los tribunales argentinos de 39 asesinatos.
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