La conquista de Millares
Ocho veh¨ªculos de la Guardia Civil tomaron el pueblo valenciano tras la 'guerra de los bares'
"Cabo, como nos ha cerrado los bares, vamos a ayudarle a hacer la ronda". El cabo de la Guardia Civil debi¨® considerar esta frase como una sublevaci¨®n. "Aqu¨ª es que nos sublevamos mucho", bromea un funcionario del Ayuntamiento. Ocho veh¨ªculos de la Benem¨¦rita tomaron el pueblo de Millares, en la sierra de Valencia, a la ma?ana siguiente. Seis vecinos fueron detenidos, esposados y llevados ante el juez. "Xe, como criminales", dice el alcalde socialista. Entre los detenidos se encontraba Santiago P¨¦rez, concejal del Centro Democr¨¢tico y Social (CDS).
"Como me llamo Santiago, yo les dije: ?No ser¨¦ Santi Potros?". Un guardia aclar¨® al concejal centrista que "¨¦se es m¨¢s feo". La guerra, seg¨²n el cartero jubilado, la ha iniciado el nuevo cabo "al tirar la primera bala".En Millares, un pueblo de 800 habitantes perdido en la sierra, la ¨²nica diversi¨®n en 40 kil¨®metros a la redonda es el pub, el bar y la peque?a discoteca. El cine no funciona. El nuevo cabo, Juan Manuel Romero, decidi¨® aplicar la ley y advirti¨® que los locales deb¨ªan cerrar a la una de la madrugada. ?sta fue la primera bala.
En la madrugada del s¨¢bado al domingo pasados entr¨® en vigor la nueva norma. Los j¨®venes decidieron pasear tras el cierre de locales. Un grupo se acerc¨® al cabo y a un guardia que hac¨ªan la ronda. "Se intercambiaron palabras no agradables", dice el alcalde, Jos¨¦ S¨¢ez, "pero nada m¨¢s". S¨¢ez dio orden de que se fueran todos a dormir y fue obedecido.
A la ma?ana siguiente, el domingo, ocho veh¨ªculos llegaron al pueblo y esposaron a cinco vecinos. El cabo fue al Ayuntamiento, donde hab¨ªa pleno, y tambi¨¦n orden¨® a Santiago P¨¦rez que lo acompa?ara. "Parec¨ªa el golpe de Estado", dice el alcalde. P¨¦rez se neg¨® a ir, pero el alcalde le convenci¨® e incluso le acompa?¨® al cuartel de la benem¨¦rita.
"Como terroristas"
"Como terroristas", recuerda el concejal centrista. "All¨ª estaban mi hermano y los otros. Esposados y de cara a la pared". As¨ª permanecieron durante horas Fueron fotografiados y les entintaron los dedos, "pa lo de las huellas". "No os tom¨¦is esto a cachondeo", les advirtieron los guardias. Y no se lo tomaron. Sobre todo cuando, ya en el coche celular, los guardias se equivocaron de direcci¨®n, yendo al juzgado de Chiva. "Me acord¨¦ del caso Almer¨ªa", explica Manolo. Dentro del coche uno de los detenidos vomit¨® y otro pidi¨®, sin ¨¦xito, sentarse delante porque se mareaba. "Pero como a los convictos no se les hace caso...".Millares pertenece al juzgado de Requena, que est¨¢ a 70 kil¨®metros, pero all¨ª las celdas est¨¢n en obras. As¨ª es que los llevaron a Chiva, a 47 kil¨®metros, pero el mal estado de la carretera que va a Millares y la equivocaci¨®n de los guardias convirtieron el trayecto en una peregrinaci¨®n de m¨¢s de dos horas. En Chiva, la juez los dej¨® en libertad. "All¨ª vimos al fin la cara buena de la justicia".
"Hay que vivir y dejar vivir, fue lo ¨²nico que yo le dije al cabo", comenta Antonio Tejero, militante de CC OO tambi¨¦n detenido.
"?Hombre!, hay quien les dijo dictadores y argentinos, por lo de la junta militar", explica Manolo, militante del CDS. "Si hab¨ªa que sacarles 100.000 pesetas por lo que hab¨ªan dicho, pues se les saca. Que 150.000, pues tambi¨¦n. Pero ir como criminales, eso no", interviene el alcalde, quien confirma que jam¨¢s ha habido denuncias de los vecinos por el ruido del bar o del pub. "Estoy de los nervios desde que entraron aqu¨ª para decirme lo de la hora", confiesa la camarera del pub.
El cabo declin¨® ofrecer su versi¨®n de los hechos. No estaba autorizado.
Los veh¨ªculos de Millares se quedan abiertos por la noche y con las llaves puestas. "Si est¨¢ harto, aqu¨ª mucha falta no hace", manifiesta el alcalde con referencia al cabo, que lleg¨® al pueblo hace un mes. "Nunca hubo problemas con el cabo de antes. Hombres como ¨¦l hay que buscarlos con lupa", dice el cartero jubilado.
El juzgado de Requena tramita ahora el atestado de la Guardia Civil, que habla de atentado, y la denuncia de los detenidos contra la Guardia Civil por detenci¨®n ilegal y malos tratos.
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