La importancia de Jesse Jackson
Tanto si el reverendo Jesse Jackson recibe la nominaci¨®n del Partido Dem¨®crata para la candidatura a presidente o vicepresidente, como si no lo logra, su campa?a en las elecciones primarias ya abri¨® una nueva era en la pol¨ªtica nacional de Estados Unidos. ?l ha demostrado claramente que un candidato negro puede ganar una parte sustancial de los votos blancos en Estados de muy diferente composici¨®n ¨¦tnica y social. Algunos grandes dirigentes negros, especialmente el reverendo Martin Luther King, ganaron millones de corazones blancos para la causa de la igualdad racial, y varias importantes ciudades industriales, con una poblaci¨®n amplia de minor¨ªas, han elegido alcaldes negros en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Pero Jesse Jackson es el primer dirigente negro que gana un apoyo nacional para una elecci¨®n presidencial.Detr¨¢s de esta importante novedad se encuentra m¨¢s de un siglo de esfuerzos constantes, una lucha moral y pol¨ªtica con la que este autor se identifica m¨¢s profundamente que con cualquier otro aspecto de la historia de su pa¨ªs. La victoria del Norte en la guerra civil de 1861-1865 produjo la emancipaci¨®n legal de los esclavos negros. Pero la pobreza y la ignorancia de aquellos esclavos, junto con los prejuicios establecidos de la mayor¨ªa blanca (en todas partes del territorio), hizo que para los negros fuera imposible integrarse en la gran corriente de la vida americana. Las normas electorales estatales y locales les imped¨ªan votar, usando para esto pruebas sobre su capacidad de leer y escribir que s¨®lo se les aplicaba a ellos y no a los blancos, que, con frecuencia, eran igualmente ignorantes. La falta de educaci¨®n los confin¨® casi totalmente a los trabajos m¨¢s elementales y peor pagados de la econom¨ªa nacional.
En esta situaci¨®n, Booker T. Washington, el dirigente negro m¨¢s influente del siglo XIX, inst¨¦ a sus compa?eros negros a no perder sus energ¨ªas lament¨¢ndose por los prejuicios raciales, sino dedic¨¢ndose a alfabetizarse, a aprender trabajos especializados, establecer granjas o negocios familiares dentro de la comunidad negra, tareas cuya realizaci¨®n aumentar¨ªa su autorrespeto y ganar¨ªa el respeto de sus vecinos blancos. Pero mientras la pol¨ªtica de Washington daba algunos moderados beneficios econ¨®micos para los negros, el resultado general fue una contribuci¨®n involuntaria a las tendencias segregacionistas dominantes en la sociedad americana. En la pr¨¢ctica, ¨¦l estaba apoyando el concepto "separado pero igual", que ha permitido hasta el d¨ªa de hoy que los racistas de muchos pa¨ªses segreguen a sus minor¨ªas raciales o religiosas en condiciones que son decididamente separadas y desiguales.
El descontento por los continuos obst¨¢culos para la igualdad que se daban en el terreno legal, econ¨®mico, educacional y de residencia, llev¨® en 19 10 a la fundaci¨®n de la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP). Su objeto era reemplazar a las sociedades paralelas y muy, desiguales, tanto blancas como no blancas, por tina Am¨¦rica democr¨¢tica que pudiera ser "ciega al color", tanto en la ley como en el esp¨ªritu. La mayor parte de sus dirigentes (entre ellos, el gran escritor W. E. B. Dubois) eran dispuestos profesionales de mentes seculares e intelectuales que viv¨ªan en las ciudades del Norte. En los a?os veinte y en los treinta lograron importantes victorias legales, pero causaron poca impresi¨®n en las mentes de las masas profundamente religiosas de sus hermanos negros del Sur.
Las cuatro guerras del siglo XX prepararon a la mayor¨ªa blanca, de manera gradual pero irreversible, para aceptar la justicia de la demanda por una verdadera igualdad racial. En la guerra mundial de 1914-1918, los negros estaban organizados en unidades militares separadas, pero el hecho de que pelearan y murieran tan valientemente como sus compatriotas blancos no pas¨® de largo entre los soldados blancos, m¨¢s all¨¢ de sus actitudes previas respecto a los negros. En la guerra de 1939-1945, las fuerzas militares estaban racialmente integradas, con excelentes resultados tanto pr¨¢cticos como morales. En las impopulares pero estoicamente aceptadas guerras de Corea y de Vietnam, los negros estaban presentes en una cantidad no proporcional con su aproximado 12% de la poblaci¨®n.
El gran movimiento por los derechos civiles de 1950 y 1960 utiliz¨® las t¨¦cnicas de Ghandi de desobediencia civil y protesta no violenta, en un contexto que ya hab¨ªa sido preparado tanto por los triunfos legales de la NAACP como por los servicios de los soldados negros durante la guerra. Martin Luther King y sus compa?eros de la Southern Christian Leadership Conference (SCLC) eran pastores negros nacidos y educados en el Sur, hombres que usaban el l¨¦xico, cantaban spirituals, compart¨ªan la vida emocional y religiosa de su gente. En la resistencia no violenta a los legalmente segregados autobuses, lugares de comida e instalaciones sanitarias, y en las demostraciones masivas pidiendo el derecho a ser registrados como votantes, King fusion¨® los ancestrales pesares del pueblo negro con los m¨¦todos pol¨ªticos de Mahatma Ghandi. Los principales resultados fueron las leyes federales sobre los derechos civiles de 1965 y 1966, que un siglo despu¨¦s de la guerra civil impon¨ªa una ley detallada, efectiva, de amplitud nacional, que estaba firmemente del lado de la igualdad racial.
El reverendo Jesse Jackson (nacido en 1942) era un joven activista en las manifestaciones de 1960 dirigidas por King. Hizo amistad, tanto personal como pol¨ªtica, con muchos de los pastores blancos y con estudiantes que hab¨ªan tomado parte en las marchas en el Sur y en la campa?a por el derecho de voto. En Chicago, su ciudad natal, fund¨® organizaciones de vecinos con el fin de impulsar a los adolescentes a tomar la escuela secundaria en serio, a prepararse para la Universidad o para la educaci¨®n t¨¦cnica, a aprender a hablar y a escribir bien, a disfrutar de los deportes y de las actividades culturales antes que estar dando vueltas por las esquinas o vendiendo drogas; en s¨ªntesis, desarrollar todas las formas de eficiencia y dignidad personal que les permitieran funcionar en la sociedad americana contempor¨¢nea.
Sus actividades en los ¨²ltimos 15 a?os combinaban elementos de la ideolog¨ªa del esfuerzo personal de Booker T. Washington con los m¨¦todos organizativos del movimiento por los derechos civiles y el credo moral de Martin Luther King. No tiene la extraordinaria pureza y el poder emocional que caracterizaban a King, pero decir esto es simplemente reconocer que los santos no nacen todos los d¨ªas. Lo que ¨¦l hizo pacientemente, y con un ¨¦xito creciente, fue construir una nueva coalici¨®n interracial en la pol¨ªtica americana.
En EE UU casi no hay una, tradici¨®n de partidos marxistas o libertarios y sindicatos de ese: tipo, que han sido tan familiares en la Europa del siglo pasado. La vida p¨²blica americana est¨¢ dominada por instituciones de una democracia pol¨ªtica anglosajona y por la din¨¢mica del capitalismo a escala tanto continental como internacional. Un compromiso p¨²blico por los derechos de las minor¨ªas, por impuestos progresivos sin evasivas, por educaci¨®n y servicios sociales para los menos privilegiados, por el desarme y la ecolog¨ªa, s¨®lo puede darse a trav¨¦s de coaliciones pol¨ªticas del tipo de las que elaboraban presidentes como Thomas Jefferson, Andrew Jackson, Franklin Roosevelt y Lyndon Johnson. Este ¨²ltimo:) fue, desgraciadamente, responsable de las leyes de derechos civiles tanto como de la ampliaci¨®n de la guerra de Vietnam, pero este ¨²ltimo hecho no debiera oscurecer sus m¨¦ritos por el anterior. En la presente campa?a presidencial, Jesse Jackson ha sido el ¨²nico candidato que ha declarado sin ambig¨¹edad que no puede existir justificaci¨®n moral alguna para el uso de bombas nucleares. Es el ¨²nico candidato que ha tocado el sentimiento de la opini¨®n p¨²blica sobre la importancia que tiene el Tercer Mundo para la salud econ¨®mica y moral del propio Estados Unidos. Es de esperar que re¨²na las condiciones de ser el primer presidente negro de EE UU proveniente de una coalici¨®n progresista.
Traducci¨®n de Rosa Premat.
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