Servicio Regional de Salud
Los abajo firmantes, profesionales de los servicios de Salud Mental de la zona de Madrid, ante la pol¨¦mica provocada en las ¨²ltimas semanas por los m¨¦dicos psiquiatras del hospital Gregorio Mara?¨®n sobre las necesidades de camas psiqui¨¢tricas en esta comunidad aut¨®noma y a la vista de aseveraciones que ponen en entredicho nuestro trabajo diario, queremos hacer constar lo siguiente:llama la atenci¨®n que los psiquiatras del hospital Gregorio Mara?¨®n califiquen la actual situaci¨®n de la asistencia a la salud mental en la CAM como resultado de un proceso de deterioro.
Pasa a la Pagina siguiente
Viene de la P¨¢gina anterior
Ello supone que, en su opini¨®n, hubo un momento en que ¨¦sta fue mejor. Deber¨ªan especificar cu¨¢ndo: ?antes del a?o 1981 que ellos citan? Y para qui¨¦n: ?para los m¨¦dicos de los hospitales?
Hay, desde luego, motivos para estar descontentos por la falta de voluntad de los responsables pol¨ªticos de las administracione¨¢ implicadas, que ni han dado directrices ni han acometido las actuaciones necesarias para llevar adelante la reforma psiqui¨¢trica. Donde se han dado pasos en este sentido ha sido, como en nuestra zona, gracias fundamentalmente al esfuerzo de los profesionales, que, si han sido apoyados en alguna ocasi¨®n por algunos responsables pol¨ªticos concretos, tambi¨¦n han estado sometidos al recelo, cuando no a la oposici¨®n, de altas instancias de los tres niveles de la Administraci¨®n. Aun as¨ª, la integraci¨®n de las redes -CAM, Ayuntamiento, Insalud- y la puesta en marcha de un modelo asistencial comunitario, ha sido en alg¨²n lugar -la zona sur- posible. Estos logros han sido fundamentalmente apoyados y propiciados por un responsable t¨¦cnico: el inexplicablemente denostado doctor Prieto Moreno, jefe del Servicio de Salud Mental de la CAM, que, por cierto, carece de responsabilidad y atribuciones sobre los servicios de psiquiatr¨ªa del hospital Gregorio Mara?¨®n.
Este descontento no justifica en absoluto la a?oranza -y menos la reivindicaci¨®n- de modelos obsoletos, como el de psiquiatr¨ªa basada en la hospitalizaci¨®n. Por el contrario, desde ¨¦l, lo que tiene sentido exigir es la puesta en marcha de alternativas a estas pr¨¢cticas periclitadas y el desarrollo de recursos para el manejo comunitario y ambulatorio de los trastornos mentales. Es este planteamiento el que inspira nuestro trabajo desde hace a?os.
Sorprende que los psiquiatras del hospital Gregorio Mara?¨®n concept¨²en y critiquen como tercermundista que en la zona sur, para atender a un mill¨®n de habitantes, est¨¦n trabajando la mayor parte de los profesionales en los seis servicios de salud mental, donde atienden ambulatoriamente las demandas y necesidades de su poblaci¨®n, reservando la hospitalizaci¨¦n como ¨²ltimo y excepcional recurso, cuando precisamente s¨®lo as¨ª ha podido dejar de ser el internamiento hospitalario la ¨²nica respuesta asistencial. Lo decimon¨®nico es pretender concentrar a los profesionales en los hospitales y multiplicar el n¨²mero de camas para atender internamientos que pudieran haberse evitado, y tratar de justificarlo adem¨¢s haciendo aparecer al hospital como centro de la atenci¨®n a la salud mental.
Hay que se?alar que las directrices de la OMS en las que estos psiquiatras dicen basar sus afirmaciones no existen. La "revist¨¢" de la que pretenden haberlas extra¨ªdo es una colecci¨®n de libros y no tal revista. El volumen al que se refieren (Freeman, HL; Fryers, T.; Henderson, JH -1985-: Mental health services in Europe: 10 years on, World Health Organ¨ªzation Regional Office for Europe. Copenhague, 1985), sin duda de o¨ªdo, en primer lugar est¨¢ encabezado por un p¨¢rrafo que advierte que las opiniones en ¨¦l vertidas no representan la pol¨ªtica oficial de la OMS, y, en segundo lugar, no s¨®lo no recomienda la cifra de camas de agudos por habitante que proponen estos compa?eros, sino que sienta reiteradamente la imposibilidad de hacer este tipo de recomendaciones.- Jos¨¦ F. Montilla Garc¨ªa y 66 firmas m¨¢s
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.