En la mano
, El A?o Europeo del Cine pretende hacer conscientes a los europeos de que las artes audiovisuales no s¨®lo son un rasgo de nuestra cultura y nuestra identidad, sino tambi¨¦n un fil¨®n industrial de alt¨ªsima rentabilidad, en el que Europa ha desarrollado una m¨ªnima parte de sus posibilidades. En su explicaci¨®n de los objetivos del A?o Europeo, su presidenta, Simone Weil, afirm¨® en mayo de 1987 que es posible corregir el desequilibrio entre oferta y demanda, de manera que en la d¨¦cada pr¨®xima la oferta audiovisual europea pueda saltar al 50% o 60% buscado.
Estas previsiones han sido tildadas de irreales, ya que, se dice, no responden a las preferencias del p¨²blico. Esta objeci¨®n es v¨ªctima de un espejismo: hay estad¨ªsticas que desmienten su fondo. Por ejemplo, en un sondeo efectuado en Espa?a (donde apenas se exhibe cine europeo) en mayo de 1987, la preferencia del espectador por el cine norteamericano alcanza el 52,47%. Pero sumados los que prefieren cine espa?ol y europeo, su porcentaje alcanza el 47%, y esto -en un marco abrumadoramente dominado por la distribuci¨®n estadounidense, que copa los canales de exhibici¨®n y destina a la publicidad presupuestos mucho mayores que los europeos- es indicio de que el objetivo no s¨®lo es posible, sino que est¨¢ al alcance de la mano, si se cuenta con una pol¨ªtica proteccionista europea coordinada y m¨¢s inversiones en la comercializaci¨®n del filme.
De ah¨ª que las primeras iniciativas est¨¦n ya en marcha. En enero pasado, una agrupaci¨®n de productores y distribuidores de Alemania Occidental -el Hamburger Filmb¨¹ro- present¨® un proyecto piloto de producci¨®n y distribuci¨®n comunitaria, subvencionado por la CE con cinco millones de ECU. La iniciativa es corta y la cifra subvencionadora insuficiente, pero ambas se ven ensanchadas por ser pioneras de un futuro conjunto de ellas, presumiblemente de mayor alcance y cuya materializaci¨®n es considerada factible en fechas relativamente pr¨®ximas. Tales medidas crear¨ªan los primeros n¨²cleos activos comunitarios, y, por su car¨¢cter ejemplarizador, su puesta en marcha se considera en medios de la CE de alta prioridad, tal como afirmaron hace unas semanas el especialista brit¨¢nico Stephen Locke y la alemana Holde Lhoest, responsable del programa MEDIA.
Babelia
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