Fin de la autogesti¨®n
El flojo encierro de los Herederos de N¨²?ez, cuyos ejemplares rodaron todos por el suelo, ha marcado la despedida de los hermanos Lozano al frente de la gerencia de la plaza en representaci¨®n de la diputaci¨®n de Valencia. Su gesti¨®n ha sido controvertida, pero quiz¨¢ rentable. Para esta ocasi¨®n, un cartel de lujo; sin embargo las escasas fuerzas del ganado han deslucido la labor de los diestros, que acabaron contagi¨¢ndose de la incapacidad de los astados.Ortega Cano, que en su primero defraud¨® al p¨²blico por despreocuparse de la lidia, a base de tes¨®n consigui¨® cuajar en el sobrero de Bernardino Jim¨¦nez unas largas series de naturales que reflejaron el toreo profundo del diestro de Cartagena. Aunque escuch¨® un aviso, el respetable premi¨® esta faena con una oreja.
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N¨²?ez / Ni?o de la Capea, Ortega Cano, LozanoCinco toros de Herederos de Carlos N¨²?ez, y quinto, sobrero, de Bernardino Jim¨¦nez, con peso y poca casta, que no dieron juego. Ni?o de la Capea: estocada sin soltar, descabello (silencio); pinchazo y una entera (palmas, saludos desde los medios). Ortega Cano: alfilerazo descarado, estocada atravesada y tres descabellos (pitos); estocada ladeada (oreja). Fernando Lozano: entera (palmas); estocada delantera (oreja). Plaza de Valencia, 8 de mayo. Corrida extraordinaria en la festividad de la patrona, la virgen de los Desamparados.
Ni?o de la Capea no pudo aprovechar a ninguno de sus dos enemigos, en los que anduvo voluntarioso y decidido. Los de N¨²?ez, reservones, se rajaron ante el poder¨ªo del torero charro. Fernando Lozano intent¨® acoplarse a la corta embestida de los de su bloque; al segundo de ellos instrument¨® una porfiada faena en tablas, rematada valientemente con el acero.
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