Un populismo nacionalista

"Jordi Pujol es el mejor creativo que yo podr¨ªa fichar, si se pudiera". La frase es de Luis Bassat, de Bassat, Ogilvy and Mather, una de las primeras compa?¨ªas de publicidad del pa¨ªs. Y expresa la admiraci¨®n que la figura p¨²blica de Jordi Pujol suscita en amplios medios sociales. En 1977, la coalici¨®n encabezada por Pujol obtuvo el 16,8% de los votos. Ahora, los sondeos preelectorales auguran que Converg¨¦ncia i Uni¨® (CiU) roza el 50% de sufragios populares. El propio Pujol se jacta de que su expansi¨®n electoral se produce tous azimuts, en todas direcciones. Le votan espa?olistas y franquistas de toda la vida, y los socialistas aseguran que hay una amplia franja electoral que en ocasiones vota socialista, y en otras, CiU. Recibe voto de electorado que fue del PSUC y, por supuesto, de Esquerra Republicana. Ha conseguido unir la herencia de Camb¨® y de Maci¨¤, algo que parec¨ªa la cuadratura del c¨ªrculo. ?Cu¨¢l es la ideolog¨ªa que re¨²ne tan dispares apoyos?

Consultados por separado, tres profesores universitarios de Ciencia Pol¨ªtica dieron la misma respuesta: Pujol es un nacionalista conservador, de tendencia neoliberal moderada. Tambi¨¦n coinciden en que su estilo pol¨ªtico es el populismo. O sea, que no parece haber novedad ni misterio en la ideolog¨ªa del candidato a la reelecci¨®n. En el argot pol¨ªtico catal¨¢n se le llama pujolismo, como si de un producto genuino se tratara, pero, si se examina desde una pespectiva m¨¢s amplia que la de la pol¨ªtica local, aparece con rasgos nada originales.Uno de los catedr¨¢ticos, el decano de la facultad de Ciencias Pol¨ªticas, Josep Maria Vall¨¨s, concret¨®: "Es una ideolog¨ªa tipo tory [apelativo con el que se designa a los miembros del Partido Conservador brit¨¢nico]. Propugna la libertad econ¨®mica, pero arropada en la actuaci¨®n del Estado. Es elitista en su concepci¨®n de la sociedad, pero, al mismo tiempo, paternalista ante los d¨¦biles. Y es m¨ªstica en su afirmaci¨®n nacionalista, pero muy pragm¨¢tica en la pol¨ªtica cotidiana".

Oferta moderna

Joan Subirats, tambi¨¦n profesor universitario de Ciencia Pol¨ªtica, a?ade a la citada definici¨®n general que, en su opini¨®n, el nacionalismo de Pujol es, sobre todo, un "continente", el envoltorio en el que se presenta una determinada propuesta socioecon¨®mica y pol¨ªtica.Subirats sostiene que, pese a su evidente vinculaci¨®n con un cierto tradicionalismo, el pujolismo es, sin embargo, una oferta pol¨ªtica "muy moderna", del mismo tipo de la que ha llevado a la gloria electoral a Fran?ois Mitterrand y Felipe Gonz¨¢lez, por ejemplo: pronunciamientos pol¨ªtico-ideol¨®gicos cada vez m¨¢s gen¨¦ricos, como la unidad de la rep¨²blica (Mitterrand), la modernidad (Gonz¨¢lez), el bienestar social (Pujol), en los que las diferencias con otros partidos se trasladan al tratamiento de problemas concretos, a la aportaci¨®n de soluciones. Y, sobre todo, est¨¢ la capacidad de convencer al electorado de que el l¨ªder es capaz de afrontar todos los problemas, cualesquiera que sean.

Pujol se define a s¨ª mismo como un nacionalista ante todo, desde siempre, y sin oscilaciones de ning¨²n tipo, en una carrera pol¨ªtica cuyo origen sit¨²a en sus 13 a?os. Esto fue lo que dijo hace un mes en un sal¨®n del hotel Ritz de Barcelona, repleto de altos cargos de la Administraci¨®n auton¨®mica y de su partido, Converg¨¨ncia Democr¨¢tica, donde se presentaba, precisamente, un libro sobre su pensamiento pol¨ªtico. "Soy un nacionalista, dem¨®crata y europe¨ªsta, desde siempre", asegur¨®.

En los primeros a?os setenta, antes del aluvi¨®n reaganista y thatcheriano, se mostraba, sin embargo, deslumbrado por el modelo socialdem¨®crata sueco, que es lo m¨¢s progresivo que la izquierda haya aplicado jam¨¢s desde el Gobierno en Europa Occidental. Luego fue escorando, r¨¢pidamente, hacia posiciones cada vez m¨¢s a la derecha. El ¨²ltimo pelda?o subido por esta escalera, en estos meses, es precisamente la cr¨ªtica desde una postura a¨²n m¨¢s neoliberal a la pol¨ªtica fiscal del ministro de Hacienda, Carlos Solchaga, a quien Pujol reclama que sea m¨¢s generoso con los empresarios.

Pujol no tiene ninguna necesidad de enfatizar su condici¨®n de dem¨®crata porque de ello se encarg¨® ya el r¨¦gimen franquista, al encarcelarlo en 1959. Su conversi¨®n en el l¨ªder casi ¨²nico del nacionalismo catal¨¢n se debe tanto a su propio empe?o como a que los restantes dirigentes pol¨ªticos comparten su catalanismo con otras definiciones pol¨ªtico-ideol¨®gicas: se presentan como democristianos, conservadores, liberales, republicanos, socialistas o comunistas.

Moderaci¨®n

El europe¨ªsmo de Pujol es indudable, aunque, a falta de un protagonismo en la Europa de los Estados, promueve la Europa de las regiones. El presidente catal¨¢n, sin embargo, no se opone a la Europa que se est¨¢ construyendo, como hacen otros nacionalistas de naciones cuyo Estado no coincide con los confines del pa¨ªs.Para ello tendr¨ªa que adoptar un cierto radicalismo. Y ¨¦se es un riesgo que Pujol rechaza por principio. La moderaci¨®n es una de las caracter¨ªsticas esenciales del pujolismo, que lo hace asequible a la amplia franja social de las clases medias catalanas, de la peque?a y mediana burgues¨ªa y de los sectores de trabajadores que aspiran a la ascensi¨®n social.

Un destacado dirigente de CiU defin¨ªa as¨ª, la semana pasada, la oferta del pujolismo a los sectores populares: "Lo que nosotros queremos es que la gente se gane la vida y haya bienestar".