Continuidad
La mayor¨ªa de los Gobiernos extranjeros han reaccionado con alivio ante la perspectiva de un segundo mandato para Fran?ois Mitterrand. As¨ª como en 1981 Mitterrand representaba lo desconocido, hoy encarna la seguridad de la continuidad en cuanto a la diplomacia francesa se refiere, continuidad que es tanto m¨¢s apreciada por cuanto el ascenso del Frente Nacional ha suscitado una profunda inquietud m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras.La tarea tanto de Mitterrand como del Gobierno que va a designar estar¨¢ dominada a corto plazo por las cuestiones suscitadas al final de la campa?a. Es seguro que el r¨¦gimen iran¨ª intentar¨¢ hacer pagar al presidente de la Rep¨²blica el fracaso de Chirac. Y no hay que excluir que el pr¨®ximo ministro del Interior deba hacer frente a los ataques del terrorismo antes de lo previsto. La situaci¨®n en Nueva Caledonia exige tambi¨¦n iniciativas r¨¢pidas.
Europa, la defensa europea, actitud a adoptar frente a los gestos de desarme de las superpotencias, no son sino algunas cuestiones m¨¢s que no pueden esperar demasiado tiempo una respuesta. Si quiere poner en la pr¨¢ctica la apertura de la que tanto ha hablado, Mitterrand deber¨¢ tener en cuenta algunas susceptibilidades del exterior hacia los socialistas. Dice estar dispuesto a ello. D¨¦mosle cr¨¦dito a sus promesas, aunque la elecci¨®n de los nuevos ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa va a ser la primera prueba de la firmeza de su decisi¨®n.
, 9 de mayo
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