Con la m¨²sica por paraguas

Luz Casal y Joe CockerAlgo de la perseverancia del santo Isidro debi¨® calar en las 26.000 personas que pasaron por taquilla para asistir al primer concierto de las fiestas del patrono de Madrid en el Auditorio de la Casa de Campo. Una lluvia suave y pertinaz acompa?¨® las actuaciones de Luz Casal y Joe Cocker, pero no pudo con la afici¨®n y entrega de un p¨²blico que lo aguant¨® todo con ilusi¨®n y paciencia, contribuyendo decisivamente al buen desarrollo de las actuaciones.El programa ten¨ªa el atractivo de encontrarse por cuarta vez consecutiva con Luz Casal en San Isidro y comprobar el estado de forma del veterano Joe Cocker, de nuevo en alza tras superar una profunda crisis en la d¨¦cada de los setenta.

Luz Casal ofreci¨® la actuaci¨®n m¨¢s completa dentro de su larga experiencia en las fiestas isidriles. Ha eliminado lo superfluo, ganado en experiencia y su madurez en escena le permite centrarse en la interpretaci¨®n, que es donde Luz irradia personalidad y magnetismo. Arropada por cinco excelentes m¨²sicos, puede acercarse a los planteamientos que ofrece en sus trabajos discogr¨¢ficos, y esta imprescindible seguridad la permite salirse de esquemas r¨ªgidos y utilizar la voz con libertad. Es en la posibilidad de desarrollar al m¨¢ximo su expresividad donde Luz muestra su atractivo, porque permite enlazar la capacidad de emocionar con su inconfundible estilo. Realiz¨® una actuaci¨®n muy ajustada en tiempo, y con acertada selecci¨®n en las canciones, algunas de las cuales son verdaderamente brillantes y representativas del mejor pop espa?ol de los ochenta, Rufinos aparte.

La trayectoria de Luz se sustenta en la perseverancia, y esta lenta consolidaci¨®n comienza a dar sus frutos, porque el p¨²blico aprecia la constancia y fidelidad a planteamientos firmes. Su actuaci¨®n comenz¨® con un brillante sonido, que despu¨¦s aument¨® de volumen para sonar con m¨¢s fuerza y menor calidad. Bajo la lluvia y con un p¨²blico expectante ante la presencia de Joe Cocker, Luz consigui¨® llevar a todos a su terreno y ganarse unos bises que son dif¨ªciles de conseguir en esas condiciones.

La reaparici¨®n de Joe Cocker ante grandes audiencias ha sido calificada por la revista norteamericana Rolling Stone como la peor del a?o. Por lo visto, en Madrid la cosa no es para tanto por que el veterano cantante brit¨¢nico ofreci¨® un concierto perfecto de ejecuci¨®n, muy profesional en sus planteamientos y con buen y reforzado sonido, caracter¨ªsticas comunes a las estrellas del pop que nos visitan. Cocker es un int¨¦rprete de voz ronca, entroncada en el blues y que ha desarrollado su irregular carrera en funci¨®n del mayor o menor acierto para seleccionar las canciones que forman su repertorio. No es compositor y la b¨²squeda del ¨¦xito pasa por la renuncia a sus planteamientos originales como int¨¦rprete de rhythm and blues para estandarizar considerablemente su oferta.

Hoy, el brit¨¢nico de Sheffield representa la perfecci¨®n que, en su caso, significa reducir la agresividad de planteamientos y limar las ra¨ªces negras que confluyen en su m¨²sica. Contin¨²a presente su voz ¨¢spera, ronca y profunda, que conserva bien y consigue con sus gritos desgarrados que el p¨²blico brame complacido, reconociendo esa fuerza que ha ido a buscar. Cocker mantiene tambi¨¦n ese particular feeling que permite recrear temas cl¨¢sicos de los Beatles, Traffic o Box Tops y su actuaci¨®n permiti¨® el reencuentro con ese veterano que contin¨²a en activo, en buena forma y que necesita el respaldo de m¨²sicos con t¨¦cnica apabullante y sentido del espect¨¢culo para sostener y adecuar su espect¨¢culo a las necesidades que demandan los admiradores de estrellas.