El Pimpi y sus caballos
Los oficios taurinos se transmiten de padres a hijos
La fiesta de los toros se sustancia generalmente en el toro y en el torero, pero el ritual de este espect¨¢culo secular se sirve tambi¨¦n de unos lementos materiales imprescindibles para el esarrollo de los festejos, como son las banderillas o garapullos, las puyas o el vestido de torear. Los secretos de la confecci¨®n de estos ¨²tiles se van transmitiendo de padres a hijos, y los modos son puramente artesanales, con el regusto de la costumbre, la perfecci¨®n y el trabajo bien hecho.
Eduardo Vallejo, 39 a?os, due?o de la cuadra de caballos de picar de Las Ventas. El nombre de El Pimpi est¨¢ tan arraigado a la plaza como el ladrillo rojo a la fachada del primer recinto taurino del mundo. Heredero de la actividad de su t¨ªo Basilio Barajas y de su padre, el primer Pimpi, picador de Manolete entre otros, propie-tarios ambos en distintas ¨¦pocas de la cuadra de caballos de la plaza de la calle Felipe II, Eduardo lleva ya 28 a?os responsabiliz¨¢ndose de distintos cometidos de la cuadra.Hablar del caballo de picar requiere tambi¨¦n hablar del peto. El peto es un manto cuyo objeto es la protecci¨®n de cornadas al caballo y est¨¢ com puesto por dos lonas con un relleno de algod¨®n entre las dos, anudadas con cuerda y formando unos puntos de relieve llamados motas.
Sin manguitos
El peso del peto es de 30 kilos. "No es suficiente la protecci¨®n que actualmente tienen tanto el caballo como el jinete con estos petos", objeta Eduardo Vallejo. "Por indicaci¨®n del presidente, esta temporada los caballos est¨¢n saliendo sin manguitos, que es la pieza de lona que protege la bragada del caballo, es decir, el pecho y los genitales y que tiene un peso de siete kilos. Por tanto, las cornadas son o pueden ser mortales y el propio picador es m¨¢s vulnerable".
Entre 18 y 20 caballos tiene la plaza de Las Ventas. Propiedad de Eduardo Vallejo, los equinos son caballos espa?oles cruzados con, percher¨®n. Pesan un promedio de 600 kilos cada uno, tienen una edad entre cinco y 12 a?os y est¨¢n valorados en 250.000 pesetas cada caballo. El riesgo de esta actividad "que yo mantengo m¨¢s por continuidad familiar que por inter¨¦s econ¨®mico", dice Vallejo, tambi¨¦n existe. Cada a?o mueren varios caballos a consecuencia de cornadas de toro, siendo el a?o pasado uno de los de m¨¢s siniestralidad, con seis caballos muertos.
En r¨¦gimen de contrata con la empresa de Las Ventas, Eduardo tiene a su cargo a dos picadores reservas, aunque ¨¦l mismo sea uno de ellos, dos mozos de cuadra que tambi¨¦n trabajan en la fabricaci¨®n de los petos y 10 monosabios. A su cargo tiene la cuadra y el guardan¨¦s, el lugar donde se hallan los petos, las correas, las bridas y las monturas. "En tanto tiempo dedicado a estos menesteres me ha ocurrido de todo", comenta El Pimpi.
"Soy picador reserva", dice, "aunque antes sal¨ªa a la plaza como monosabio. Como picador tengo dos an¨¦cdotas que ser¨¢n simp¨¢ticas para la gente pero que a mi no me hicieron ninguna gracia. La primera, hace cuatro a?os. Despu¨¦s de picar un toro como reserva, el caballo sali¨® de la plaza por el port¨®n sin obedecer a control alguno; entr¨® conmigo encima hasta la capilla y all¨ª nos ca¨ªmos los dos en medio de la guasa del servicio de la plaza".
El presidente se equivoc¨® "La segunda", a?ade, "hace tres a?os. Piqu¨¦, seg¨²n el presidente, excedi¨¦ndome en el castigo a un toro de Ruiz Miguel. El presidente se confundi¨® y crey¨® que era titular de la cuadrilla, con unos honorarios por corrida de alrededor de 60.000 pesetas, cuando en realidad hab¨ªa cobrado 13.000 pesetas como reserva. Como el reglamento dice que la multa a los picadores tiene que ser proporcional a los honorarios percibidos, me puso una sanci¨®n de 21.640 pesetas cuando lo que hab¨ªa cobrado eran 13.000 pesetas. ?Vaya gracia, eh!".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.