La ense?anza p¨²blica

La actual protesta del profesorado estatal manifiesta el malestar de un sector social que ha sufrido una proletarizaci¨®n creciente en los ¨²ltimos a?os. En la Administraci¨®n p¨²blica se han introducido unos criterios discriminatorios a favor de una elite de funcionarios que es equivalente a la beautiful people o a los yuppies de la empresa privada, en detrimento de la gran mayor¨ªa del colectivo. La discriminaci¨®n radica en la asignaci¨®n de un complemento espec¨ªfico totalmente arbitrario a ciertos cargos y personas, a lo que se a?ade otro m¨¢s pol¨¦mico complemento de productividad. Esto equivale al caos y al chanchullo retributivo en la Administraci¨®n del Estado. Al gran colectivo de 270.000 profesores que mantiene a la sexta parte de la poblaci¨®n espa?ola en sus aulas, y que ser¨¢ la quinta parte del pa¨ªs cuando entre en vigor la reforma de las ense?anzas medias, no se le aplica complemento espec¨ªfico, y mucho menos de productividad. ?Qu¨¦ produce un maestro? Habr¨ªa que pregunt¨¢rselo al socialismo humanista de Fernando de los R¨ªos, Juli¨¢n Besteiro o Enrique Tierno, para los cuales la principal tarea de la democracia y del desarrollo est¨¢ en la educaci¨®n del pueblo. Pero la tarea educativa no parece ser el objetivo esencial del socialismo de hoy. Resulta sorprendente ver c¨®mo el se?or Boyer aconseja a la banca el aumento de su productividad (v¨¦ase EL PA?S de 7 de mayo): ser¨ªa m¨¢s convincente que se uniera a la UGT de Nicol¨¢s Redondo poniendo en pr¨¢ctica la obligaci¨®n de todo militante socialista de pertenecer y apoyar a su sindicato. De esta forma se terminar¨ªa la actual divisi¨®n de la familia socialista. Pero la verdad es que todo el proletariado, incluyendo el docente, se identifica m¨¢s con la lucha sindical que con el liberalismo econ¨®mico del ex ministro-.