Dal¨ª sorprende y fascina a los sovi¨¦ticos
La primera exposici¨®n del pintor catal¨¢n en la URSS ha batido r¨¦cords de asistencia
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La sorpresa, la confusi¨®n, el sentimiento de estar poco documentados y, sobre todo, la avidez por conocer el trabajo de Salvador Dal¨ª han sido las reacciones de los sovi¨¦ticos ante la exposici¨®n de obra gr¨¢fica de este artista que concluy¨® el domingo 15 de mayo en el Museo Pushkin de Mosc¨², batiendo r¨¦cords hist¨®ricos de asistencia. "Mejor tarde que nunca" es una expresi¨®n que se repite en las encuestas rellenadas por los visitantes.
Un p¨²blico que formaba cola durante horas desde la madrugada ha desfilado, a raz¨®n de 4.000 personas diarias durante un mes, por esta exposici¨®n, la primera de Dal¨ª realizada en la URSS, seg¨²n manifest¨® un portavoz del museo. La muestra presentada, 114 grabados y 16 acuarelas, dibujos, esculturas y tapices, pertenece a la colecci¨®n del editor franc¨¦s Pierre Argilet, y han sabido a poco a los sovi¨¦ticos, seg¨²n el conjunto de m¨¢s de mil encuestas an¨®nimas sobre la exposici¨®n a las que ha tenido acceso EL PA?S.Es costumbre de los museos sovi¨¦ticos sondear la opini¨®n del p¨²blico sobre sus exposiciones, pero nunca antes; ni siquiera en sendas exhibiciones de Pablo Picasso o Marc Chagall el Museo Pushkin de Mosc¨² hab¨ªa provocado una reacci¨®n tan masiva, seg¨²n nos contaba Vitia Missiano, un experto en arte que trabaja en esta instituci¨®n. La exposici¨®n de Picasso, en los a?os cincuenta, y la de Marc Chagall, en 1987, marcaron dos hitos en la difusi¨®n del arte occidental del siglo XX en la URSS, un pa¨ªs que comienza a abandonar ahora la doctrina dogm¨¢tica oficial del realismo socialista. Los sovi¨¦ticos conoc¨ªan hasta ahora a Salvador Dal¨ª s¨®lo a trav¨¦s de los libros de arte occidentales.
"He alucinado", escribe coloquialmente un espectador. "Surgenial", dice otro en el mismo tono. "Ha sido como un concierto del grupo Tsbuk Mu", afirma un estudiante de 22 a?os, comparando la muestra con la actuaci¨®n de uno de los m¨¢s populares conjuntos de rock sovi¨¦ticos. "Inesperada y formidable", opina un jubilado de 77 a?os, que se declara partidario de "abrir de una vez una ventana a Occidente" y ense?ar de forma m¨¢s amplia el arte de esta procedencia. "?Hasta cu¨¢ndo nos mantendr¨¢n en un r¨¦gimen de hambre?", se pregunta el anciano espectador, que afirma haber pasado en su juventud "d¨ªas y noches" en el Museo de Arte Moderno Occidental, posteriormente clausurado por Stalin. Los fondos de este museo, evacuados durante la II Guerra Mundial y hoy dispersos por varios museos sovi¨¦ticos, proced¨ªan de la colecci¨®n privada de Serguei Shchukin, un magnate textil prerrevolucionario, cuya muestra de la obra de Picasso era una de las mejores del mundo.
"Es una bocanada de aire fresco. Hay que ver c¨®mo se ha quedado atr¨¢s nuestro arte despu¨¦s de 1930", escribe un compositor de 27 a?os. "Hace tiempo que esperaba este d¨ªa", afirma un estudiante de 15 a?os. "Me ha producido muy buena impresi¨®n", dice un ni?o de 10 a?os que se enter¨® de la exposici¨®n "por mi pap¨¢". "No me ha producido ninguna impresi¨®n", se?ala un monje de Kiev. "Ha sido una oportunidad de conocer directa y personalmente la obra de Dal¨ª tras muchos a?os de haberlo catalogado oficialmente como un representante del arte reaccionario", escribe un profesor de Filosof¨ªa de 30 a?os. "Gracias a Dios que empezamos a aceptar el arte que estaba tras el tel¨®n de acero", afirma un ingeniero de 36 a?os que se confiesa impresionado por su primer contacto con el surrealismo.
Las encuestas, que ser¨¢n analizadas por un equipo de soci¨®logos, revelan un amplio espectro social entre el p¨²blico visitante, donde abundan los profesores de humanidades (no todos bien dispuestos hacia Dal¨ª), los estudiantes y los profesionales t¨¦cnicos. Muchos aseguran haberse desplazado a Mosc¨² con el objetivo de ver la exposici¨®n. Entre el p¨²blico hay tambi¨¦n obreros. Uno de ellos, de 22 a?os, ha utilizado el reverso del formulario para expresar su desorientaci¨®n, pero tambi¨¦n su fascinaci¨®n ante lo visto. "Me ha hecho pensar, pensar, pensar". "Uno se resiste a marcharse, porque es imposible retener todos los detalles". "Camaradas, hemos de ser mejores los unos con los otros", concluye.
"Se est¨¢ acabando el siglo XX y s¨®lo conocemos su arte por postales", exclama una arquitecta de 32 a?os de Novgorod que reclama m¨¢s exposiciones como la de Dal¨ª. Un ge¨®logo de Minsk califica la exposici¨®n como una "brecha" en el "deprimente horizonte del realismo socialista".
Cr¨ªticas
No todos los visitantes reaccionan positivamente. As¨ª, un ingeniero de 39 a?os de Vladivostok utiliza todo el papel en blanco disponible para asegurar que lo visto es resultado de la "esquizofrenia y una psicolog¨ªa anormal". Por su parte, un arquitecto de Sverlovsk recurre a la glasnost (transparencia informativa) para decir que se trata de una "porquer¨ªa mediocre". Una estudiante de 18 a?os considera la exposici¨®n "horrible", pero aprueba que se haya celebrado porque "as¨ª puedo hacerme mis propias ideas". Una profesora de 45 a?os de la ciudad de Kalinin se declara "antivanguardista" y pide que se organicen exhibiciones de pintura cl¨¢sica para contraponer esa influencia. A un artista de 50 a?os de Mosc¨², Dal¨ª le parece "decadente" y un "artista sin talento que no sabe dibujar siquiera". No falta quien encuentra argumentos pol¨ªticos en contra del artista. As¨ª, un aviador jubilado de 77 a?os considera que la obra expuesta es "un ataque refinado al arte en la ¨¦poca del imperialismo".Dal¨ª es un artista extraordinariamente popular en la URSS, pese a que su obra no hab¨ªa sido mostrada y sus ¨¢lbumes eran confiscados hasta hace pocos a?os en la frontera. En opini¨®n de un experto sov¨ª¨¦tico, el p¨²blico ruso conecta muy bien con el surrealismo gracias a su gusto por la simbolog¨ªa y la fuerte componente literaria de su mentalidad.
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