Lenin se hunde
La avenida de Lenin se hundi¨® ayer cerca de su cruce con la Nepkoztarsasag (avenida de la Rep¨²blica Popular), en el centro de Budapest. Un enorme socav¨®n en la calle dedicada al padre de la revoluci¨®n sovi¨¦tica paraliz¨® el tr¨¢fico en toda la ciudad. Parec¨ªa un augurio de lo que muchos esperan suceda en la Conferencia Nacional del Partido Socialista Obrero H¨²ngaro que hoy comienza: la ruptura con algunos de los m¨¢s firmes s¨ªmbolos del llamado poder popular.
Hungr¨ªa abre de nuevo el camino que otros pa¨ªses socialistas habr¨¢n de tomar si vencen las tesis reformistas en el socialismo del Este. Aprovechando el momento hist¨®rico que brinda la pol¨ªtica de apertura de la URSS, Hungr¨ªa, durante muchos a?os reformista inconfesa para no irritar a la direcci¨®n inmovilista moscovita bajo Leonid Breznev, parece decidida a romper los moldes del tradicionalismo ideol¨®gico.
La econom¨ªa exige este proceso, y nadie cree que un retraso de las reformas pueda tener ventaja alguna. Los ortodoxos, los que temen por el poder del partido y sus miembros, se hallan sin recursos argumentativos que no sean el miedo.
Como el pavimento en la avenida de Lenin, se han hundido ya los tab¨²es. Los medios oficiales propugnan soluciones que hace a¨²n pocos a?os eran anatemas. El ¨®rgano oficial del partido comunista, Nepszabadsag, expresa su esperanza de que, despu¨¦s de la conferencia, los parlamentarios, Gobierno y dirigentes pol¨ªticos teman al electorado. Los cient¨ªficos anunciaron la constituci¨®n de un sindicato independiente. La ley de sociedades dar¨¢ v¨ªa libre al flujo de capitales, a la constituci¨®n de empresas y a la gesti¨®n de inversiones extranjeras.
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