El arquitecto Leo Krier anuncia el retorno a la villa hist¨®rica
Clausura de las jornadas sobre urbanismo celebradas en San Sebasti¨¢n
"La revoluci¨®n que permitir¨¢ el regreso a la villa hist¨®rica se producir¨¢ dentro de pocas generaciones", afirm¨® el arquitecto Leo Krier tras la clausura de las Jornadas Internacionales de Urbanismo celebradas en San Sebasti¨¢n a lo largo de las ¨²ltimas dos semanas. Leo Krier, m¨¢ximo representante de la corriente que reniega del movimiento moderno, manifest¨® que la nostalgia por regresar a los pueblos es ya un fen¨®meno social pleno de significados.
"El ciudadano moderno", afirm¨® Krier, "percibe claramente la necesidad de reanudar sus paseos a pie, y el coche, que es en- s¨ª mismo un elemento ¨²til, ha perdido ya la simbolog¨ªa que tuvo para la primera generaci¨®n de conductores". Indic¨® que las masivas huidas al campo que protagonizan los ciudadanos de las grandes urbes los fines de semanas denotan la b¨²squeda de un h¨¢bitat urbano radicalmente distinto. A su juicio, la aspiraci¨®n del ciudadano moderno de vivir en una casa con jard¨ªn sin por ello renunciar a su piso en la ciudad conecta directamente con su propuesta de creaci¨®n de peque?as ciudades con plazas, jardines y casas no superiores a los tres pisos. N¨²cleos urbanos construidos en microescala, "a la escala del peat¨®n, en los que los ciudadanos puedan ir a su trabajo a pie y en los que los edificios p¨²blicos, como las escuelas, se descompongan en varias unidades, seg¨²n su funci¨®n, formando un espacio arm¨®nico, definido.Su propuesta de recuperar los modelos de construcci¨®n hist¨®ricos anteriores al racionalismo, especialmente los del neoclasicismo, incluyen igualmente el rechazo del hormig¨®n y de la estructura de pilares que ha permitido la planta libre. Leo Krier defiende la estructura cl¨¢sica, en la que la carga del edificio descansa sobre las muros de la casa, y ¨¦stos, a su vez, sobre las paredes perpendiculares interiores.
Sin ventajas
"La planta libre no tiene ventajas, provoca mucha corriente de aire", afirm¨® Krier sarc¨¢stico", y la piedra es mucho m¨¢s duradera, m¨¢s barata y se adapta mejor que el hormig¨®n. Hay que construir casas que duren muchos a?os", se?al¨®.
Las dudas que la operatividad de sus propuestas plantea a muchos arquitectos que, por otra parte, comparten en buena medida sus cr¨ªticas, suscitaron en Leo Krier una respuesta fulminante: "Es una cuesti¨®n de elecci¨®n social y pol¨ªtica; decir que son propuestas imposibles es una tonter¨ªa, porque los pueblos y las ciudades son algo que se crea y se desarrolla por la propia voluntad humana".
En su opini¨®n, no hay soluci¨®n posible para las grandes urbes, "por muchas alternativas te¨®ricas muy elegantes que se puedan formular", como no sea quiz¨¢ la creaci¨®n de focos urbanos muy atractivos adosados a estas capitales que sirvan para descongestionar la concentraci¨®n que sufren los suburbios perif¨¦ricos.
Leo Krier, uno de los autores que proclaman "la muerte" de Le Corbusier y de Terragni, los padres de la arquitectura moderna -"modernista", que dice ¨¦l-, atribuye a las concepciones racionalistas y no a la extrapolaci¨®n abusiva de esas concepciones, el desastre de las ciudades contempor¨¢neas. Krier propugna la vuelta a los modelos de construcci¨®n anteriores al racionalismo.
"Yo no construyo pr¨¢cticamente", explic¨®, "porque me lo impiden la actuales legislaciones urban¨ªsticas, que dividen el suelo reserv¨¢ndolo para barrios dormitorios o para zonas industriales y que impiden articular proyectos arm¨®nicos y complejos como los que propongo. Hace faltaun cambio general, una revoluci¨®n, que yo creo que llegar¨¢ dentro de muy pocas generaciones".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.