La inform¨¢tica como instrumento del derecho

El atractivo de este acontecimiento internacional se basa tanto en el creciente prestigio de la entidad convocante -el Centro Electr¨®nico de Documentaci¨®n del alto tribunal, creador del m¨¢s importante banco mundial de datos legislativos y jurisprudenciales y de la m¨¢s poderosa red de recogida y difusi¨®n de los mismos, el sistema Italgiure, copiado o imitado en multitud de pa¨ªses, sobre todo iberoamericanos como en la afluencia, cada d¨ªa m¨¢s rica y variada, de aportaciones que, en esta cuarta edici¨®n, inaugurada por el presidente de la Rep¨²blica y el ministro de Justicia, ha alcanzado m¨¢s de 500 ponencias y de 1.800 participantes de 62 pa¨ªses.En el plano te¨®rico, la discusi¨®n sobre sistemas expertos para el procesamiento de los documentos jur¨ªdicos y el asesoramiento autom¨¢tico de los operadores del derecho, sobre semi¨®tica jur¨ªdica y nuevos lenguajes formales y modelos matem¨¢ticos para el an¨¢lisis y la comparaci¨®n autom¨¢tica de las legislaciones, as¨ª como para la identificaci¨®n de las contradicciones y de las lagunas jur¨ªdicas o de las consecuencias de las modificaciones legislativas (promulgaciones o derogaciones), ha reunido a especialistas universalmente conocidos y -habituales de estas reuniones, como el brit¨¢nico Stamper, el sueco Aquist, los norteamericanos Allen y Saxon, el noruego Bing, la belga Bauer-Bernet (creadora del sistema CELEX, de la Comunidad Europea), los italianos Ciampi, Losano y Pattaro y los argentinos Alchourr¨®n y Vernengo, impulsores de una colaboraci¨®n con Italia y Espa?a.

Los problemas derivados de la creciente coordinaci¨®n, adaptaci¨®n rec¨ªproca e integraci¨®n legislativa de los Estados en comunidades supranacionales con derechos comunitarios de aplicaci¨®n creciente, que exigen la construcci¨®n de tesauros jur¨ªdicos multiling¨¹es y cada d¨ªa m¨¢s sofisticados programas inform¨¢ticos para el establecimiento y utilizaci¨®n de las equivalencias de t¨¦rminos y expresiones jur¨ªdicas de los distintos pa¨ªses, indispensables para la coherencia jurisprudencial en los dict¨¢menes y sentencias de los tribunales internacionales como el de la Comunidad Europa en Luxemburgo o el del Consejo de Europa en Estrasburgo, se han expuesto y discutido en multitud de ponencias de especialistas de dichos tribunales y de centros de investigaci¨®n como el IRETIJ, de Montpellier, con una nutrida participaci¨®n de especialistas franceses bien conocidos en nuestro pa¨ªs, como Mehl, Mazet o Vivant.

La aportaci¨®n espa?ola -ciertamente menos importante, en volumen y sobre todo en actualidad y calidad, de la que corresponder¨ªa a nuestro nivel cultural y econ¨®mico- ha incluido, no obstante, la exposici¨®n de algunos de nuestros trabajos y logros pr¨¢cticos en distintas ¨¢reas, como la gesti¨®n de los procesos judiciales y nuestro Tribunal Supremo, por el magistrado del mismo ?lvarez-Cienfuegos, o el proyecto Estrada de Asuntos Exteriores, por la doctora Mart¨ªn del Moral y el se?or Delhazaz, o los programas inform¨¢ticos sobre urbanismo y medio ambiente (Da Cunha, Fuentes Bodel¨®n, L¨®pez-Mu-?iz), as¨ª como contribuciones te¨®ricas de nuestra investigaci¨®n universitaria en distintas comunidades aut¨®nomas, como la aragonesa, por el catedr¨¢tico de Zaragoza Galindo-Ayuda (sobre comprobaci¨®n autom¨¢tica de la teor¨ªa de la justificac¨ª¨®n); la catalana, por los profesores de Barcelona Oros Muruz¨¢bal y Amat i Reyero (sobre la informatizaci¨®n de las funciones m¨¦d¨ªco-forenses en Catalu?a), o la de la universidad del Pa¨ªs Vasco, por el que esto firma (sobre un modelo matem¨¢tico para el derecho comparado y la comparaci¨®n autom¨¢tica de legislaciones), y ponencias dedicadas a exponer las graves carencias espa?olas en la indispensable coordinaci¨®n de bases de datos legislativos y jurisprudenciales estatales (L¨®pez-Mu?iz) o a explicar la necesidad de coordinar los bancos de datos jur¨ªdicos de las distintas comunidades (doctora ?lvaro-Bermejo).

Adem¨¢s de su importancia cient¨ªfica, el congreso que concluy¨® muy pocos d¨ªas despu¨¦s de la conmemoraci¨®n y reafirmaci¨®n, con la presencia y nombrarniento del rey Juan Carlos como doctor honoris causa de la universidad de Bolonia, de la secular colaboraci¨®n jur¨ªdica hispano-italiana, tiene unas consecuencias pol¨ªticas indudables para la cooperaci¨®n internacional.

Para referirnos exclusivamente, en este aspecto, al mundo de nuestra lengua y cultura, se?alaremos que la presencia de ministros de Justicia iberoamericanos, como el argentino Bielsa o el colombiano Low Murtra, no ha hecho otra cosa que venir a refrendar no s¨®lo la importancia de la numerosa y variada participaci¨®n hispanoamericana en el Congreso, sino, m¨¢s a¨²n, la intensa actividad hoy en curso en todos los pa¨ªses de esa comunidad para recopilar, racionalizar, coordinar e informatizar, en previsi¨®n de armonizaciones e integraciones futuras, las distintas legislaciones del subcontinente iberoamericano relativas a ¨¢reas en las que la unificaci¨®n es vital, como el de la farmacodependencia, objeto de un programa interamericano de la OEA, o el de las leyes de administraci¨®n p¨²blica de toda Hispanoam¨¦rica, en el que la participaci¨®n de Espa?a ha sido y sigue siendo fundamental.

Es indudable, pues, que en este plano el Congreso de Rorna ha servido tanto para reafirmar los comunes objetivos de coordinaci¨®n y unificaci¨®n jur¨ªdica como para aproximar los instrumentos t¨¦cnicos e inform¨¢ticos indispensables para alcanzarlos.