El frente de Leningrado
Las fuerzas pol¨ªticas de la segunda ciudad de la Uni¨®n Sovi¨¦tica se orientan hacia el apoyo a la 'perestroika'
Nina Andreieva contin¨²a dando clases de qu¨ªmica en el Instituto Tecnol¨®gico de Leningrado como si nada hubiera pasado y con el aire de "alguien que se sabe respaldado y espera mejores tiempos. Se abstiene, sin embargo, de opinar abiertamente en p¨²blico". As¨ª lo cuenta una colega y camarada en el partido de esta profesora, firmante de un art¨ªculo estalinista que provoc¨® una tormenta pol¨ªtica y moviliz¨® a los partidarios de Gorbachov. El texto apareci¨® en el peri¨®dico del Comit¨¦ Central del PCUS, Sovietskaia Rossia, tras ser aprobado por Egor Ligachov, miembro del Politbur¨® y secretario del Comit¨¦ Central.
Esta semana, el escritor Yuri Kariakin, uno de los intelectuales que reaccion¨® con m¨¢s vehemencia ante las posiciones de Nina Andreieva, ha entrado Iiteralmente en el terreno de su enemigo, En el sal¨®n de actos del Instituto Tecnol¨®gico de Leningrado, decorado con los bustos dorados de los grandes sabios rusos, Kariakin defendi¨® la democratizaci¨®n y desestalinizaci¨®n del sistema. El patio de butacas estaba atestado de alumnos y profesores, pero Nina Andreieva no asisti¨®. Su nombre, sin embargo, se pronunci¨® muchas veces durarte la sesi¨®n, que acab¨® a gritos cuando una mujer madura trat¨® de sorprender en herej¨ªa al conferenciante.La trampa era una retorcida pregunta sobre la ortodoxia marxista-leninista de las posiciones (expresadas, a prop¨®sito, por Gorbachov) que priman los "intereses de la humanidad" sobre los "intereses de clase". "?Vaya una mentalidad primitiva!", "Fuera", "Basta ya", le increpaban otros miembros del instituto a la mujer que argumentaba. con citas de Lenin y Marx. "Es una agente de Andreieva", nos dec¨ªa bromeando una profesora del instituto. El incidente no pas¨® de ah¨ª y las preguntas del p¨²blico expresaban las mismas preocupaciones por el futuro y curiosidad por el pasado de otros auditorios sovi¨¦ticos. Andreieva y su esposo, profesor de Filosof¨ªa y responsable de c¨¢tedra, no parecen gozar de muy buena fama en la instituci¨®n donde trabajan ambos, a juzgar por los comentarios de sus colegas.
"Andreieva fue expulsada del PCUS en 1978 por escribir denuncias an¨®nimas contra sus compa?eros. La expulsi¨®n fue ratificada por la organizaci¨®n municipal del Partido, pero la organizaci¨®n regional, que por aquel entonces dirig¨ªa Grigori Romanov, anul¨® la decisi¨®n", afirman fuentes del instituto. "Su marido", contin¨²an, "ha sido secretario de ideolog¨ªa en la organizaci¨®n del partido en el instituto". "Es un hombre muy inteligente y es una l¨¢stima que desperdiciara sus talentos ayudando a su mujer a escribir an¨®nimos", se?ala una profesora.
Valor simb¨®lico
El valor simb¨®lico atribuido a Andreieva ha puesto en marcha un proceso de definici¨®n pol¨ªtica, que en Leningrado se orienta hacia la creaci¨®n de un frente popular de apoyo a la perestroika, siguiendo el modelo ya legalizado en la Rep¨²blica Sovi¨¦tica de Estonia. Las fuerzas pol¨ªticas de la segunda ciudad de la URSS -desde algunos sectores del partido comunista hasta los numerosos grupos informales de oposici¨®n existentes en Leningrado- toman aceleradamente posiciones ante el proyecto de crear la Uni¨®n de las Fuerzas Democr¨¢ticas (SDS), el pr¨®ximo 8 de junio.La idea ha partido del grupo Perestroika, una de las organizaciones informales m¨¢s consolidadas, y ha encontrado el terreno abonado en ¨¢mbitos intelectuales como la Uni¨®n de Escritores y los profesionales de la televisi¨®n local, que ¨²ltimamente hace gala de una gran apertura informativa. Los leningradenses (y tambi¨¦n los moscovitas, ya que el canal de Leningrado se recibe en Mosc¨²) pudieron ver recientemente en pantalla a un grupo de ciudadanos con una pancarta pidiendo a la madre conferencia del PCUS que les cambie a Yuri Solovev, el m¨¢ximo dirigente comunista de la region de Leningrado, por Boris Eltsin, el defenestrado jefe del PCUS en la capital sovi¨¦tica.
Uno de los objetivos del SDS seg¨²n los documentos que ser¨¢n debatidos el pr¨®ximo d¨ªa 8, es ejercer un control democr¨¢tico desde abajo del trabajo del aparato del partido y del Estado para impedir la corrupci¨®n y el abuso del poder. A favor de la creaci¨®n del SDS est¨¢ Elena Zilinskaia, la periodista de 32 a?os que dirige la publicaci¨®n Mercur, una revista de confecci¨®n casera sin permiso legal que hasta hace poco tiempo podr¨ªa haber sido calificada como disidente. Mercur aspira, sin embargo, al "di¨¢logo" y no al "enfrentamiento", seg¨²n nos dice Zilinskaia, una de las personalidades m¨¢s fuertes en los circuitos informales de la ciudad de Leningrado, donde proliferan sobre todo variad¨ªsimos grupos de ecologistas.
Zilinskaia, que hace poco no quer¨ªa ni o¨ªr hablar del partido y sus instituciones, tiene ahora interlocutores en algunos comit¨¦s de barrio que la invitan a hablar sobre Mercur a los obreros. Soloviov, el jefe del partido de la regi¨®n, o VIadimir Jodirev, el alcalde de Leningrado, permanecen al margen de este di¨¢logo. "Estoy convencida de que habr¨¢ un pluripartidismo en este pa¨ªs, pero sobre la base de una escisi¨®n en el PCUS y no de la autorizaci¨®n de nuevos partidos", dice Zilinskaia, que participa activamente en la campa?a emprendida por Perestroika a favor de su propio candidato a delegado en la XIX Conferencia del PCUS. El candidato se llama Andrei Alexeiev y es un soci¨®logo convertido en obrero por voluntad propia. Llevan el peso de su candidatura varios talleres de f¨¢brica y los comunistas que son adem¨¢s miembros del club Perestroika. El comit¨¦ del partido de Leningrado tiene la ¨²ltima palabra este fin de semana en el pleno que dar¨¢ el visto bueno a la lista definitiva de delegaidos. Entre los candidatos se encuentra tambi¨¦n el escritor Daniil Granin, que simpatiza con la idea de crear un frente popular de apoyo a la perestroika. El programa de Granin incluye la transformaci¨®n de Leningrado, que Pedro I fundara en el siglo XVIII, en "la segunda capital de la URSS". "No se puede consentir que Leningrado sea una ciudad regional", afirma Granin, que culpa de esta decadencia a Grigori Romanov, jefe del partido en la regi¨®n desde 1970 a 1983.
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