Noriega dice que EE UU usa a Panam¨¢ para "salvar la cara" a los candidatos presidenciales
El hombre fuerte de Panam¨¢, general Manuel Antonio Noriega, ha declarado que la ruptura de sus conversaciones con Estados Unidos se produjo cuando ¨¦l rechaz¨® a principios de semana un "ultim¨¢tum" que le present¨® la Administraci¨®n de Reagan, empe?ada desde hace un a?o en conseguir que abandone la jefatura de las Fuerzas de Defensa de Panam¨¢. En las conversaciones, iniciadas el 15 de abril, Panam¨¢ pidi¨® a la Casa Blanca el cese de la agresi¨®n econ¨®mica, psicol¨®gica y militar y el cumplimiento de los tratados Torrijos-Carter. Seg¨²n Noriega, Estados Unidos ha utilizado siempre a Panam¨¢ en su campa?a electoral "para salvar la cara a los candidatos presidenciales".
"No podemos condicionar nuestra soberan¨ªa en funci¨®n de qui¨¦n sea candidato presidencial en Estados Unidos", dijo Noriega ante la Asamblea Legislativa, que le cit¨® para interrogarle sobre el fondo de sus conversaciones con Michael Kozak, subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos Interamericanos.Seguro y calculador, el jefe militar, de 50 a?os, quien se hizo acompa?ar por m¨¢s de una decena de miembros de su Estado Mayor, se burl¨® del fracaso de la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos hacia Panam¨¢, y responsabiliz¨® de tales desaciertos al secretario de Estado adjunto para asuntos interamericanos, Elliott Abrams, y al embajador norteamericano en esta capital, Arthur Davis. Tanto Davis como su consejero pol¨ªtico, John Maisto, seg¨²n Noriega, se han dedicado a enviar "informes contradictorios a Washington". "Sembraron desinformaci¨®n y est¨¢n cosechando frustraci¨®n", a?adi¨®.
M¨¢s tarde, durante un discurso ante un encuentro de mujeres latinoamericanas en solidaridad con Panam¨¢, Noriega responsabiliz¨® a Estados Unidos de un eventual atentado en su contra. "Hago responsable al establishment [norteamericano] de la vida de este hijo de Dios", dijo Noriega en un discurso en el que reiter¨® que habr¨¢ elecciones en Panam¨¢ en mayo de 1989, tal como est¨¢n previstas.
Ante la Asamblea, Noriega enfil¨® sus ca?ones dial¨¦cticos contra los candidatos presidenciales norteamericanos, que "pisan la bandera de Panam¨¢ como les conviene", y que ignoran temas como la violencia en las calles de Chicago, el "acorralamiento de las minor¨ªas negras en Nueva York", o el caso Irangate. Refiri¨¦ndose a la eventual suspensi¨®n de los cargos en su contra por supuesto tr¨¢fico internacional de drogas en dos tribunales de Miami si dimit¨ªa de su cargo, ironiz¨®: "Que salven a [Oliver] North, que salven a [John] Poindexter".
Noriega especific¨® que la propuesta paname?a inclu¨ªa para lograr un acuerdo la suspensi¨®n de la agresi¨®n econ¨®mica, la salida de los refuerzos militares -3.000 soldados, casi 40 helic¨®pteros y varios aviones de guerra- enviados a las riberas del canal de Panam¨¢ desde marzo, no intromisi¨®n en una ulterior negociaci¨®n pol¨ªtica interna, el cumplimiento de los tratados Torrijos-Carter y la devoluci¨®n de m¨¢s de cincuenta millones de d¨®lares del Tesoro paname?o, congelados en Estados Unidos desde marzo y que ha provocado una carest¨ªa de la moneda circulante oficial.
La oposici¨®n, ausente
Sin la presencia de ning¨²n legislador en los bancos de la oposici¨®n, y con un p¨²blico en las grader¨ªas que le interrumpi¨® en decenas de ocasiones para aplaudirlo de forma casi delirante, el militar se burl¨® de Estados Unidos que, mediante su estrategia de guerra psicol¨®gica, se invent¨® "un monstruo", con fines electorales, "inventan los peligros grandes en pa¨ªses peque?os para aplastarlos", prosigui¨®, "y pasear a los vencidos como trofeo electoral".El fantasma de Noriega parece haber perseguido a Reagan hasta Helsinki, informa Francisco G. Basterra. "No sabemos qu¨¦ hacer con Panam¨¢", reconoci¨® el presidente norteamericano, que no quiso descartar la utilizaci¨®n de la fuerza militar. "Todas las opciones est¨¢n encima de la mesa y la militar sigue siendo una de ellas", precis¨® el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater.
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