Una buena pica en Flandes se pierde
Es muy probable que un buen partido de f¨²tbol sea el m¨¢ximo contacto directo internacional entre la mayor¨ªa de los espa?oles y de los holandeses. No hay pr¨¢cticamente ning¨²n espa?ol que no identifique Holanda con el pa¨ªs de Cruyff, o, glorias m¨¢s recientes, con Gullitt o Van Basten. Por otro lado, es evidente que hay, y a trav¨¦s de los siglos ha habido, infinidad de contactos entre los dos pa¨ªses, contactos de muy variado signo y muy contrarias intenciones. El deseo de destacar la ¨ªndole, frecuencia e intensidad de estos contactos nos lo inspiran el creciente inter¨¦s por Espa?a que se observa en Holanda, por un lado, y, por otro, la inexplicable sustituci¨®n del letrero "Centro Cultural de Espa?a" por el antiguo texto de "Agregadur¨ªa Laboral" en la fachada de la Casa de Espa?a de Utrecht.Pese a las diferencias climatol¨®gicas entre la enorme y principalmente seca pero soleada Espa?a y nuestra peque?a, verde y h¨²meda Holanda, a trav¨¦s de los siglos ha habido contactos de todo tipo. Los primeros recordados y grabados en la memoria de cualquier escolar de nuestra generaci¨®n datan del reinado de Felipe II.
Hoy, al cabo de 10 a?os de democracia y 20 de turismo, algo ha cambiado en las relaciones. Muchos de los que nos incluimos en el campo de los hispan¨®filos queremos acercar a nuestros compatriotas la Espa?a que nosotros hemos llegado a conocer, y acabar con la imagen tradicional de la Espa?a de la pandereta, de sol, mar, siestas y toros, guitarras, flamenco -lo mismo que Holanda es bastante m¨¢s que Amsterdam, drogas y porno. Y eso que Espa?a, como concepto ¨²nico, ni siquiera existe.
Afortunadamente, nos encontramos con espa?oles que act¨²an aqu¨ª como embajadores honorarios al lado de los representantes oficiales de Espa?a en Holanda. Tambi¨¦n hay investigadores y cient¨ªficos que vienen a trabajar y a ense?ar aqu¨ª, y representantes de la vida cultural y art¨ªstica.
Competencia cultural
En la inmensa mayor¨ªa de los pa¨ªses extranjeros no hay centros de cultura de Espa?a. Los alemanes pueden contar siempre con los institutos Goethe; los franceses, cuentan con su Alliance Fran?aise, y los italianos tienen sus institutos de cultura italiana. A Espa?a, en Holanda por lo menos, no le ech¨¢bamos en falta nada porque la Casa de Espa?a de Utrecht hac¨ªa las veces de representaci¨®n cultural de Espa?a en Holanda.
En 1974 se modific¨® la posici¨®n de la Casa Espa?ola en Utrecht, creada para acoger y apoyar a los emigrantes espa?oles, cre¨¢ndose la Casa de Espa?a. Al pasar los a?os fueron cada vez menos los espa?oles que necesitaban ayuda laboral. Los ¨²ltimos tres a?os la Casa de Espa?a en Utrech, debido a estas circunstancias, ha podido ocuparse principalmente de promocionar el patrimonio cultural espa?ol. Tanto ciudadanos holandeses como espa?oles, asist¨ªan al cine, teatro, clases de lengua -holand¨¦s y espa?ol-, visitaban exposiciones, o¨ªan m¨²sica.
Ahora nos encontramos de la noche a la ma?ana con la desagradable sorpresa de ver el letrero que dec¨ªa en holand¨¦s "Centro Cultural Espa?ol. Casa de Espa?a" cambiado por otro que dice "Embajada de Espa?a. Agregadur¨ªa Laboral. Casa de Espa?a".
Dicen que la Casa de Espa?a tiene que volver a ser casa para espa?oles, y que esos holandeses y esas chicas rubias no tienen nada que ver all¨ª. Todos los holandeses que han tenido que ver con la Casa de Espa?a se encuentran perplejos. ?C¨®mo puede ser esto? Precisamente en el momento en que hay tanto inter¨¦s por Espa?a, ahora que Espa?a est¨¢ meti¨¦ndose de lleno en Europa, se emprende un viaje inverso por los tiempos para hacer de la Casa de Espa?a, ?qu¨¦?, ?una sala de bingo?
Era de todos sabido que el Ministerio de Trabajo, que regenta la Casa de Espa?a, viendo las actividades actuales de la Casa de Espa?a y teniendo en cuenta su evoluci¨®n, aunque le parec¨ªa un poco extra?o el resultado, trataba la casa con bastante comprensi¨®n. Lo que nosotros no comprendemos es que ahora se d¨¦ marcha atr¨¢s a una evoluci¨®n din¨¢mica, perfectamente l¨®gica en los tiempos que corren. ?Por qu¨¦ un pa¨ªs que puede ser tan progresista mata tan conscientemente una de las mejores ideas pr¨¢cticas de los ¨²ltimos a?os?
Cualquiera que sea el motivo, protestamos en¨¦rgicamente, porque ¨¦ste ha dejado de ser un asunto interno espa?ol. Es ya un t¨®pico decir que el mundo se hace cada vez m¨¢s peque?o, que pronto viviremos en una Europa sin control de pasaportes, y, por tanto, es urgente conocerse, hablar los idiomas que seguir¨¢n constituyendo una nota de distinci¨®n entre los pueblos europeos. Tenemos que saborear nuestros productos, admirar el arte que tenemos y hacer que nuestros hijos se conozcan, pero para funcionar de lleno es necesario no reducirnos a los esquemas mentales de otros a?os, los de la emigraci¨®n por necesidad. Tampoco queremos volver a un turismo playero, f¨¢cil, burdo y masivo. No queremos s¨®lo colonias no integradas.
Fijar objetivos
Lo ¨²nico que hace falta es no cortar un desarrollo armonioso y l¨®gico en los tiempos actuales, y dotar a la Casa de Espa?a de un estatuto claro, especificando sus fines y objetivos, y garantizar la autonom¨ªa de su gesti¨®n.
En nombre de muchos intelectuales holandeses y de todos los holandeses hispan¨®filos que saben que a¨²n les queda mucho por aprender sobre Espa?a, pedimos una verdadera Casa de Espa?a en Holanda, un instituto cultural aut¨®nomo, para holandeses y espa?oles.
Hemos querido destacar este hecho no s¨®lo en carta a Felipe Gonz¨¢lez, sino tambi¨¦n de esta forma, para dar fe de nuestro inter¨¦s e invitarles a todos a que reflexionen sobre el lugar que nosotros tambi¨¦n queremos que Espa?a ocupe en el concierto europeo.
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