Raisa y Nancy entierran el hacha de guerra

Algo m¨¢gico ha ocurrido. Raisa Gorbachova y Nancy Reagan enterraron ayer el hacha de su indisimulada mutua falta de aprecio y se cogieron de la mano bajo las doradas c¨²pulas acebolladas del Kremlin. La estallante primavera moscovita o, m¨¢s probablemente, la advertencia de sus maridos de que no quieren una cumbre empa?ada por las hostilidades de sus complejas almas femeninas, pueden explicar este sensible cambio.
Pronto se aprecio que los caminos del Kremlin son insondables. Primero, Nancy, que descendi¨® del avi¨®n cogiendo de la mano a Ronnie, en una de las mejores tomas de su vida cinematogr¨¢fica, fue sepultada con ramos de rosas; por la tercera dama, Lidia Gromiko, un personaje de la vieja URSS pre-perestroika. Maciza, campechana, ausente de sofisticaci¨®n alguna, fue la encargada de recibir a los Reagan junto con su marido, el presidente de la URSS, el anciano diplom¨¢tico Andrei Gromiko, quien, con un solo gesto, su sombrero estalinista de los a?os cincuenta en la mano, se?alaba que la revoluci¨®n gorbachoviana todav¨ªa es un audaz proyecto. El sastre de Gorbachov es italiano.
Luego, en la ciudadela del Kremlin se produjo el esperado encuentro. Las dos primeras clamas compitieron con dos elegantes trajes de chaqueta. Blanco, casi de novia, con cuello almidonado, el de Raisa, y gris a cuadritos, con babero de discreta puntilla, el de Nancy. Y luego, la profesora Raisa hizo de gu¨ªa de la se?ora Reagan en una visita a las iglesias del Kremlin, hoy convertidas en museos, a la de la Asunci¨®n, donde eran coronados los zares, y a los apartamentos de esta antigua residencia real. Y en un momento, en un gesto dirigido a las c¨¢maras de televisi¨®n, Raisa le cogi¨® del brazo a Nancy.
Hoy, en Leningrado, las dos primeras damas tendr¨¢n oportunidad de confirmar este aparente deshielo. Raisa le volver¨¢ a hacer de cicerone a Nancy en una visita al museo Hermitage y al palacio de verano de Pedro el Grande.
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