Coartada intelectual

Perteneciente a la categor¨ªa de filme intelectualizado, y no por el desarrollo de su lenguaje cinematogr¨¢fico, sino por los ingredientes que lo adornan, el estreno de El vientre de un arquitecto representa sin duda una alternativa distinta a cualquier otra oferta de la cartelera, pero tambi¨¦n una digesti¨®n no placentera para todos los p¨²blicos.Posterior a El contrato del dibujante y Zoo -no estrenada a¨²n en nuestras pantallas-, y anterior a Drowning by numbers, presentada este a?o en Cannes, es un nuevo ejemplo de la personalidad ca¨²stica, experimentadora y culta del gal¨¦s Peter Greena.way, quien con petulante excentricidad se declara diferenciado -y no sin raz¨®n- de la generaci¨®n de nuevos directores del cine brit¨¢nico.

El cineasta de original talento, y tal como testifica el t¨ªtulo de nuestra atenci¨®n, siente pasi¨®n por los maestros de la pintura italiana Veron¨¦s y Ti¨¦polo y es ferviente admirador del investigador del espacio temporal cinematogr¨¢fico Resnais y del genial arquitecto de la imagen rilmica Antonioni, cineastas, sin embargo, a cuya categor¨ªa no llega.

El vientre de un arquitecto, cuya acci¨®n transcurre en Roma en el sign¨ªficativo espacio de nueve meses, se inicia con la llegada a la Ciudad Eterna, en compa?¨ªa de su esposa, de un arquitecto que proyecta realizar una exposici¨®n dedicada a su colega franc¨¦s del siglo XVIII Etienne-Louis Boull¨¦e, racional y adelantado a su tiempo, entre cuyos pocos proyectos hechos realidad figura un cenotaf¨ªo dedicado a Isaac Newton, por quien el artista diechochesco sent¨ªa tanta admiraci¨®n como por ¨¦l manifiesta el protagonista del filme.

Complejo discurso

Fotografiada por Sacha Vierny -colaborador de Resnais-, la pel¨ªcula abunda en planos generales, lo que da pretexto para enmarcar en la monumentalidad romana la rotunda humanidad del actor protagonista, Brian Dennehy, recordando a veces las composiciones de los pintores citados, y tambi¨¦n a la personalidad de Andrea Mantegna; primera lectura del complejo discurso f¨ªlmico de Greenaway, preocupado por la co rrespondencia formal y conceptual de su mensaje.La simple an¨¦cdota sentimental de los americanos en Roma, que ven alterada su exis tencia, est¨¢ emboscada en los m¨²ltiples recovecos culturales de la voluntad intelectual de Greenaway. Planteando la his toria ccimo repet¨ªci¨®n, semejan te a las fotocopias del original, con s¨ªmiles, met¨¢foras y estructuras sim¨¦tricas, el argumento del realizador reflexiona sobre el presente y el pasado, el arte y el dinero, la vida y la muerte, lo eterno y ef¨ªmero, y docenas de oposiciones contrarias m¨¢s.

Finalmente, Boull¨¦e y New ton triunfar¨¢n, y, la fuerza que impulsa. el gir¨®scopo de la vida ser¨¢ vencida por la gravedad, al igual que la muerte vence a la vida, que, por otra parte, se perpetuar¨¢ en nuevos nacimientos.

Una vez m¨¢s, Peter Greenaway ofrece un juego lleno de lecturas que llevan a otras -las infinitas pieles de la cebolla, a las que se refiere el propio c¨ªneasta-, que permite al espectador conocedor de las claves culturales empleadas irlas descubriendo y encajando en el rompecabezas formal y conceptual presentado por el cineasta, mientras distrae su vista con la est¨¦tica pict¨®rica y arquitect¨®nica del paisaje urbano muestra.

Presuntuosa, fr¨ªa. y distanciada en su exposici¨®n, morosa y excesiva en su transcurrir, demuestra el talento de su autor, pero tambi¨¦n la falta de ftincionalidad de la coartada intelectual para equilibrar forma y contenido y superar el mero experimento, en el que la acumulaci¨®n de datos no enriquece la peripecia narrativa, siendo superior la intencionalidad argumental al desarrollo del lenguaje visual.