Las primarias de California confirmar¨¢n a Dukakis como candidato dem¨®crata

California, el Estado m¨¢s poblado, m¨¢s rico y m¨¢s avanzado de la Uni¨®n, conceder¨¢ hoy la designaci¨®n dem¨®crata para la presidencia a Michael Dukakis, cerrando cinco meses de primarias que han servido para seleccionar al gobernador de Massachusetts entre media docena de candidatos. Cuando se cuenten los votos de California, Nueva Jersey, Montana y Nuevo M¨¦xico, es muy probable que este hijo de inmigrantes griegos alcance la m¨¢gica cifra de 2.081 delegados necesarios para ser designado en julio por la convenci¨®n de su partido en Atlanta.
A Dukakis le faltaban ayer 251 delegados, y en las ¨²ltimas primarias de hoy est¨¢n en juego 466; de ellos, 314 en California. El reverendo de color Jesse Jackson ve esfumarse definitivamente sus aspiraciones presidenciales -acaba de decir que su campa?a ha registrado m¨¢s nuevos votantes que ning¨²n candidato en la historia y lo bien que ha sido recibido su mensaje radical en pol¨ªtica exterior y dom¨¦stica-, pero obligan a Dukakis a "considerarle" como vicepresidente en el boleto dem¨®crata. Paso que el competente y fr¨ªo gobernador, a quien el radicalismo de Jackson le ha situado en el centro, no tiene intenci¨®n de dar.Dukakis, confiado en que hoy cerrar¨¢ la designaci¨®n, recomo ayer California, en un ¨²ltimo empuj¨®n a su victoriosa campa?a, despu¨¦s de pasar el fin de semana en el hospital de Boston donde su esposa, Kitty, se recupera de una operaci¨®n de columna.
Los sondeos indican que Dukakis ganar¨¢ hoy en California -20 a?os despu¨¦s del asesinato de Robert Kennedy, justo cuando acababa de anunciar en Los ?ngeles el triunfo en esta misma primaria- por un margen de dos a uno sobre Jackson.
La primaria de California es el ensayo general de la elecci¨®n presidencial del pr¨®ximo 8 de noviembre. Y como tal ha sido afrontada por los dos pol¨ªticos que se disputar¨¢n la presidencia: George Bush, por los republicanos, y Michael Dukakis, por el partido de Roosevelt y Kennedy. Y las noticias no son buenas para los republicanos. Los sondeos indican que, por primera vez desde 1964, en que lo hizo Lyndon Johnson, los dem¨®cratas ganar¨¢n en California en noviembre y sus importantes 48 votos electorales de los 268 necesarios para conseguir la Casa Blanca.
La herencia de Reagan
Y quien gane en California tiene pr¨¢cticamente asegurada la Casa Blanca. Dukakis tiene un margen de entre 10 y 15 puntos de ventaja sobre su rival -seis meses antes del voto decisivo- y de 13 puntos en California. Observadores neutrales aseguran que esta diferencia se evaporar¨¢ pronto, cuando los medios de comunicaci¨®n comiencen a examinar con m¨¢s profundidad el fen¨®meno Dukakis.Pero la realidad es que el vicepresidente Bush, que ya tiene asegurada la nominaci¨®n y ganar¨¢ hoy sin oposici¨®n la primaria, no cala en California y es incapaz de heredar la enorme popularidad de Reagan en este Estado de 28 millones de habitantes, donde se inventa el futuro del pa¨ªs m¨¢s rico de la Tierra. Es un hombre del Este, estirado y demasiado formal para el gusto californiano, sin arraigo en la Costa Oeste. Los problemas del esc¨¢ndalo Irangate, del caso Noriega y los resbalones ¨¦ticos del ministro de Justicia, Edwin Meese, pesan como una losa sobre el vicepresidente, que no consigue crearse una imagen propia.Dukakis, sin que provoque entusiasmo, es al menos algo nuevo, y su mensaje de gestor competente, con su promesa de un cambio de rumbo moderado, es bien recibido tras la irrepetible era de Reagan. La clave de su ya posible ¨¦xito en noviembre residir¨ªa en su capacidad de recuperar los votos de obreros dem¨®cratas, bastante conservadores, que se fueron tras Reagan en 1980 y 1984. S¨®lo uno de cada cuatro de estos ciudadanos mantendr¨ªa su fidelidad a Bush.
Dukakis confla en aprovechar, hoy y en noviembre, el mosaico ¨¦tnico que hace de California un Estado en el que, en el a?o 2000, los blancos anglosajones pueden perder la mayor¨ªa demogr¨¢fica en favor de los hispanos, negros (un 9%) y asi¨¢ticos. Un 22% de la poblaci¨®n californiana es hispana, y un 7%, asi¨¢tica. El problema con los hispanos, a los que Dukakis llega bien gracias a su dominio del espa?ol, es que votan en muy peque?o n¨²mero. En 1984, s¨®lo lo hizo un 7%.
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