El Premio de las Letras Espa?olas alivia el sentimiento de extranjer¨ªa en Francisco Ayala
Jos¨¦ Hierro, Rafael S¨¢nchez Ferlosio y Man¨ªa Zambrano, finalistas
Francisco Ayala tuvo ayer un agradecimiento especial al saberse elegido premio Nacional de las Letras Espa?olas, pues, seg¨²n dijo a este peri¨®dico, que le comunic¨® la noticia, en sus 82 a?os han sido frecuentes y largas las veces en que se ha sentido un extranjero en su propio pa¨ªs. En la votaci¨®n quedaron finalistas Jos¨¦ Hierro, Rafael S¨¢nchez Ferlosio y Mar¨ªa Zambrano, escritora del exilio antifranquista, como ¨¦l, s¨ª bien en una entrevista en su casa el escritor neg¨® ayer que exista una literatura del ¨¦xito. Un "chico guapo", defini¨® al ganador Rosa Chacel miembro del jurado, quiz¨¢ la ¨²ltima amiga que le puede llamar Ayalita.
En la glosa de Ayala, tras el fallo del premio, el acad¨¦mico Fernando L¨¢zaro Carreter habl¨® de su exigencia que en ocasiones puede llegar a la crueldad. Posteriormente, en su casa, Ayala reconoci¨® que el diagn¨®stico es certero aunque la palabra sea fuerte, y siempre y cuando no se refiera a las relaciones personales. "No he tratado de derribar ni castigar a nadie", dice Ayala. "He escrito sobre todo a partir de la admiraci¨®n. Si algo no merece la pena, simplemente no me ocupo de ello". S¨®lo en una ocasi¨®n escribi¨® en contra de alguien; fue contra el escritor Elio Vittorini, autor del libro Hombres y no, a quien no fue capaz de tolerar su visi¨®n del ser humano en blanco y negro, arriba y abajo.Concurr¨ªan con Ayala, que fue Premio Nacional de Literatura en 1983, los escritores Rafael Alberti, Pere Calders, Joan Corominas, Jaime Gil de Biedma, Jos¨¦ Hierro, Rafael S¨¢nchez Ferlosio, Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde y Mar¨ªa Zambrano. El escritor, candidato en otras ocasiones, ten¨ªa noticia por amigos de que su nombre volv¨ªa a figurar en la lista, pero no le prest¨® la menor atenci¨®n. Ayer por la ma?ana envi¨® a este peri¨®dico el art¨ªculo que se publica en las p¨¢ginas de opini¨®n, y se dispuso a pasar un rutinario d¨ªa de trabajo.
Sin encuadre
L¨¢zaro Carreter emple¨® cierto tiempo en la simple enumeraci¨®n de g¨¦neros que Ayala ha practicado en sus 60 a?os de escritura -fundamentalmente el ensayo y la novela-, si bien apunt¨® que no es f¨¢cil clasificarle. No lo es tampoco en una conversaci¨®n, pues el escritor elude toda ret¨®rica que tienda a encuadrarle. Si se le preguntan cu¨¢les fueron sus influencias, dice que de joven ley¨® mucho y de todo tipo. Si cu¨¢l es su profesi¨®n, confiesa su abierta antipat¨ªa porque le clasifiquen como soci¨®logo, acad¨¦mico, profesor, letrado, escritor, que todo eso es, y reivindica su derecho a inventarse a s¨ª mismo cada d¨ªa. Niega que exista una literatura del exilio, sino una literatura hecha por exiliados: cada historia es distinta, y no es lo mismo, dice, un exilio a los 20 que a 30 o a los 50 a?os.
El suyo comenz¨® a los 30 a?os, cuando la sublevaci¨®n de julio le sorprende en una gira de conferencias por Paraguay, Chile y Argentina. Para entonces ya era un nombre conocido. Granadino de nacimiento, antes de novelista fue pintor, y su primer libro trat¨® de Romero de Torres. Para cuando termin¨® sus estudios de Derecho y Filosof¨ªa, ya ten¨ªa un sitio en la literatura de su tiempo por su novela Tragicomedia de un hombre sin esp¨ªritu, y por su firma habitual en la Revista de Occidente y La Gaceta literaria. Cuando estall¨® las guerra era letrado del Congreso y profesor de Derecho Pol¨ªtico. Inequ¨ªvoco republicano, se puso a las ¨®rdenes del gobierno, que le envi¨® a la legaci¨®n espa?ola en Praga. Al final particip¨® en la evacuaci¨®n de Barcelona y el penoso cruce a Francia.
Puede que Ayala tenga una reputaci¨®n de severidad, a lo que ayuda su mirada que traspasa, pero se r¨ªe a veces con muchas ganas -se le cierran los ojos y se regodea en la risa, como si tuviera tiempo-, y lo que dice est¨¢ lleno de optimismo. Dice por ejemplo que la Espa?a de hoy es b¨¢sicamente mejor que la de ayer, y ello porque "la vida tiene un tono m¨¢s alto, la gente vive mejor. La gente no sabe lo que era la miseria en Espa?a".
Escritor que huye de la etiqueta como pocos -"hijo de Ortega", le llam¨® Chacel, pero ¨¦l dijo luego que tambi¨¦n con Ortega ha sido cr¨ªtico-, Ayala piensa que existe sin duda una nueva imagen de Espa?a, y que ¨¦ste y el anterior gobierno han realizado una labor internacional notable. Otro ejemplo: lee a los j¨®venes novelistas espa?oles y algunos le gustan; por tacto, no cita cu¨¢les.
La composici¨®n del jurado que ayer le eligi¨® premio de las letras espa?olas era b¨¢sicamente la misma que la del que el mi¨¦rcoles concedi¨® el premio nacional de novela a uno de esos j¨®venes escritores, Mu?oz Molina: dos miembros del Ministerio de Cultura, sendos representantes de las academ¨ªas espa?ola, gallega, vasca y el Instito de Estudios Catalanes, y adem¨¢s de la ganadora anterior, Rosa Chacel, cuatro personalidades de la cultura: el acad¨¦mico Fernando L¨¢zaro Carreter, el poeta Claudio Rodr¨ªguez, la escritora Elena Soriano y el periodista Vicente Verd¨².
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