Mubarak Awad
Un palestino militante de la no violencia en Israel
Nacido en Jerusal¨¦n este, la parte ¨¢rabe de la ciudad tres veces sagrada, en 1943, Awad logr¨® un carn¨¦ de identidad israel¨ª en 1967, tras la guerra de los Seis D¨ªas, pero tres a?os m¨¢s tarde se expatri¨® a Estados Unidos, donde, en 1978, obtuvo, a petici¨®n propia, la nacionalidad norteamericana. Cuando en mayo del a?o pasado intent¨® renovar su documento israel¨ª durante una estancia en Jerusal¨¦n, ¨¦ste le fue denegado, por lo que, a su regreso, tres meses m¨¢s tarde, tuvo que hacerlo provisto de un visado de turista."Dado que el visado se encontraba caducado desde el 20 de noviembre, el Ministerio del Interior est¨¢ capacitado para expulsar a Mubarak Awad", estim¨® el Tribunal Supremo, rechazando as¨ª los argumentos de la defensa seg¨²n los cuales los palestinos que residen en Jerusal¨¦n este gozan de un estatuto legal, particular e inalienable. La corte se neg¨® a examinar los m¨®viles pol¨ªticos que se encuentran detr¨¢s de la expulsi¨®n de Awad, promulgada por el primer ministro, Isaac Shamir, en su calidad de ministro del Interior en funciones. Awad dirige el Centro de Estudios de la No Violencia en Jerusal¨¦n este, considerado como una de las principales fuentes de inspiraci¨®n del movimiento de desobediencia civil que los palestinos llevan a cabo en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania desde hace seis meses.
El expulsado, cuyo nombre en ¨¢rabe, Mubarak, significa afortunado, no se mostr¨® nada sorprendido por la decisi¨®n del Supremo. "Me la esperaba. No ten¨ªa confianza en la justicia israel¨ª", manifest¨®. Pese a esta desconfianza, el Gandhi palestino tiene que v¨¦rselas de nuevo hoy con los magistrados de Tel Aviv. Los miembros del Supremo han tenido la deferencia de retrasar siete d¨ªas la puesta en pr¨¢ctica de la orden de expulsi¨®n para que pueda "arreglar asuntos personales".
A pesar de todos estos contratiempos, Awad no reniega de sus ideas contrarias a la violencia. "S¨®lo los medios pac¨ªficos pueden permitir el advenimiento de la paz. Prohibi¨¦ndome, se me arranca de mi familia, de mi pa¨ªs, de mis amigos y de mi cultura. Se me priva de mis derechos fundamentales, tanto en el plano humano como religioso".
En todo caso, Awad, haciendo honor a su nombre, es afortunado. Su nacionalidad norteamericana le ha granjeado el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Israel, y el propio secretario de Estado, George Shultz, ha dirigido un mensaje personal a Shamir en el que le pide que se retracte de su decisi¨®n. Muchos otros palestinos, con nacionalidad israel¨ª o jorda na, no tienen tanta suerte y son expulsados sin contemplacione. hacia el vecino L¨ªbano, o lo que es a¨²n peor bombardeados en los campamentos de refugiados sin que nadie levante la voz.
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