Cuatro 'alba?iles' y dos 'peones'
Los hombres que han hecho la V Rep¨²blica
Charles de Gaulle, Georges Pompidou, Val¨¦ry Giscard d'Estaing Fran?ois Mitterrand, Michel Rocard y Jacques Chirac. Son los cuatro alba?iles y dos peones que, en los 30 a?os de vida de la V Rep¨²blica, han edificado la Francia que ayer, tras ocho semanas de campa?a electoral y elecciones presidenciales y legislativas, inici¨® abiertamente la carrera hacia la modernidad. El escrutinio de ayer cierra un ciclo hist¨®rico y emplaza a Francia ante Europa.
En 1958, el pa¨ªs era una escombrera de desastres, ruindades y disloques pol¨ªticos, sociales, econ¨®micos, coloniales. Por ello, el pa¨ªs, contrariando al elenco de politicastros de la IV Rep¨²blica se vio forzado a echar mano de un salvador, De Gaulle. Y contra viento y marea el general cre¨® la denostada V Rep¨²blica que, hasta hoy mismo, ha asentado la vida y estabilidad pol¨ªticas de la sociedad. Remat¨® la descolonizaci¨®n negociando la independencia de Argelia. Enraiz¨® la creaci¨®n de la fuerza de disuasi¨®n at¨®mica que, por entonces se valoraba despectivamente como una sombrilla y que despu¨¦s iba a convertirse en la baza diplom¨¢tica m¨¢s decisiva de Francia. De Gaulle despidi¨® de Par¨ªs a la sede de la OTAN y estableci¨® relaciones con China.Su sucesor, Pompidou, s¨®lo cont¨® con cinco a?os del septenato presidencial que le ofrecieron las urnas en 1969. Un c¨¢ncer de huesos anticip¨® la muerte del que hab¨ªa aprendido del libro de la vida de la mano de la casabanca de los Rotschild. En tan poco tiempo liber¨® a Francia del subdesarrollo rural (la poblaci¨®n activa en este sector pas¨® del 21% al 9%) y ech¨® los cimientos de la industrializaci¨®n, prepar¨¢ndola para afrontar la era de los ordenadores.
Al inicio de la nombrada primera crisis del petr¨®leo accedi¨® a la magistratura suprema un ni?o bien al que la naturaleza le hab¨ªa regalado todo: ra¨ªces ilustres, fortuna, inteligencia de superdotado; Val¨¦ry Giscard d'Estaing puso la voluntad, el saber creciente y una ambici¨®n sin fronteras. Y a los 48 a?os se convirti¨® en el presidente que legaliz¨® el aborto en un pa¨ªs, cat¨®lico en un 85%, que pocos a?os antes rezaba el ¨¢ngelus a la hora de las nostalgias del atardecer. Francia, bajo su mandato, legaliz¨® el voto a los 18 a?os, lo que contribuy¨® sensiblemente a su derrota en 1981. Y en plena crisis econ¨®mica occidental aup¨® de manera irreversible la creaci¨®n del Mercado ¨²nico Europeo que debiera ser un hecho en 1993.
Mitterrand se estudiar¨¢ en los libros de historia como el milagro de sesi¨®n continua de la V Rep¨²blica. Habiendo sido su detractor cuasi visceral, desde que lleg¨® al poder en 1981 se ha hecho el conservador privilegiado de la Francia construida por sus antecesores. Mitterrand escupi¨® a las instituciones de la V Rep¨²blica, acus¨¢ndolas de "golpe de Estado permanente"; se convirti¨® al socialismo y se ali¨® con los comunistas "para romper con el capitalismo", perdi¨® todas las elecciones importantes y se le enterr¨® repetidas veces "para siempre" como pol¨ªtico. Y hoy es el patrocinador m¨ªstico de la uni¨®n de los franceses y de la apertura que rompa las l¨ªneas de divisi¨®n que han enfrentado perniciosa y est¨²pidamente a Francia hist¨®ricamente.
Ser¨¢ o no presidente un d¨ªa, como ¨¦l lo desea, pero Rocard ya figura en el ¨ªndice de la construcci¨®n de la modernidad de finales de siglo en Francia. Salvando las distancias, Rocard ha sido a Mitterrand lo que el pensador Raymond Aron represent¨® respecto al fil¨®sofo Jean-Paul Sartre; ambos creyeron en el socialismo y fueron amigos de juventud; pero Aron, un d¨ªa, descubri¨® la econom¨ªa y su influencia en la vida de las sociedades; mientras Sartre despreci¨® el saber de "los n¨²meros" como se desprecia lo peor. Aron acab¨® siendo el m¨¢s respetado consejero del pa¨ªs, al tiempo que Sartre no termin¨® de decir tonter¨ªas pol¨ªticas hasta el d¨ªa de su muerte. Mitterrand, mucho antes de morir (pol¨ªticamente), supo robar las ideas de Rocard.
Chirac, el conservador, en otra medida, aceptando la cohabitaci¨®n hace dos a?os con el milagro socialista Mitterrand, contribuy¨® a la elaboraci¨®n de la paz civil en un pa¨ªs siempre azuzado por la guerra ideol¨®gica.
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