A vueltas con La Cama
Colchones por mesas, camareros en pijama y orden municipal de cierre para una discoteca singular
Camas en lugar de mesas, camareros en pijama, copas a altas horas de la noche, declaraciones del alcalde de Parla sobre la indecencia del nombre: todo se confabul¨® para que el cierre de la discoteca La Cama, al d¨ªa siguiente de su inauguraci¨®n, se convirtiera en la comidilla de la juventud del pueblo. Seg¨²n el Ayuntamiento y la propiedad del local, la pol¨¦mica es falsa, puesto que el cierre no se debi¨® a las famosas camas, sino a problemas burocr¨¢ticos.
La discoteca La Cama funciona como tal s¨®lo los fines de semana, contados a partir de la tardenoche del viernes. El resto de la semana no es discoteca, sino los salones Oporto (bodas, comuniones y banquetes varios). El edificio tiene tres plantas grandes y una terraza, con fuente incluida, donde tomar una bebida disfrutando del fresco nocturno veraniego.Aparte de su amplitud, lo que caracteriza la discoteca y ha hecho saltar la noticia es la novedad de su mobiliario: las mesas y asientos habitualmente inc¨®modos de este tipo de locales han dejado paso a enormes mesas -algunas redondas, otras semicirculares- muy bajas, cubiertas con gruesos colchones en los que se esparcen a su vez mullidos cojines. Ideales para recostarse un poco, con el a?adido de ofrecer un cierto toque er¨®tico, sugeridor de bromas picantes, al decir de algunos j¨®venes que estuvieron el d¨ªa de la inauguraci¨®n.
La imagen que excit¨® la imaginaci¨®n popular no era tan precisa, sino simple y llanamente que la discoteca ten¨ªa camas en vez de mesas. La guinda del pastel eran los camareros, que serv¨ªan las bebidas vestidos con pijamas.
La inuguraci¨®n y ¨²nico d¨ªa en que la discoteca funcion¨® fue el pasado viernes 19 de junio. El s¨¢bado por la ma?ana, la discoteca fue cerrada por el Ayuntamiento. Unas declaraciones del alcalde de Parla, el socialista Pedro Bermejo -reconocidas por fuentes municipales como desafortunadas-, echaron m¨¢s le?a al fuego de una falsa pol¨¦mica. El alcalde dijo que le parec¨ªa "indecente y de mal gusto llamar as¨ª a una discoteca", y a?adi¨® que "eso se pod¨ªa comprender en Madrid, pero no en un lugar como Parla, con sus limitaciones culturales".
Medidas de seguridad
Alberto Rodr¨ªguez, alcalde en funciones -Pedro Bermejo sali¨® de viaje oficial-, afirm¨® que posiblemente las declaraciones del alcalde fueran mal interpretadas, y que, desde luego, "los periodistas han buscado la parte anecd¨®tica del asunto"."La discoteca se cerr¨® porque no hizo el menor caso de los informes municipales, que le exig¨ªan primero una serie de reformas (salidas de urgencia, medidas de detecci¨®n contra incendios, medidas de alarma y extinci¨®n, etc¨¦tera)", declar¨® Rodr¨ªguez. "Al final, la discoteca abri¨® sin licencia de apertura, y eso no lo puede consentir el Ayuntamiento. Lo de menos es el nombre. Yo he ido hace a?os a una discoteca que hab¨ªa en la calle de Orense, en Madrid, que se llamaba igual. No nos asustamos por tan poca cosa".
Lo cierto es que, para las personas maduras, eso de que una discoteca se llame La Cama y tenga camas en lugar de mesas era un tanto alarmante. "Hombre, a m¨ª no me preocupa, porque mis hijos ya son mayores y saben lo que se hacen", dec¨ªa un hombre mayor, en paro desde hace cinco a?os, sentado en una silla a la puerta de un bar, "pero los que tienen hijas de 15 a?os, que no saben con qu¨¦ pandillas salen, y tal como est¨¢ el patio, pues les dio que pensar".
Para los j¨®venes de la localidad, lo ¨²nico que ha dejado este asunto es un sentimiento de frustraci¨®n. El jueves pasado, un grupo de chavales deambulaba por las cercan¨ªas de un bar provisto de billar: "Yo estuve el viernes en la discoteca, y estaba muy bien. Hab¨ªa mucha gente, pod¨ªas bailar en el primer y el segundo piso, y si te cansabas pod¨ªas irte a la planta de arriba, a ver v¨ªdeos musicales, tumbado en la mesa, y si no, te sal¨ªas a la terraza. Yo no s¨¦ por qu¨¦ la han cerrado".
En Parla s¨®lo hay dos discotecas, "que ya las tenemos muy vistas", a decir del grupito. Por eso, el anuncio de la apertura de una tercera fue bien recibido por la juventud, aburrida y en gran parte en paro, de la localidad.
La empresa, consciente de las ganas de diversi¨®n de su clientela, hizo una costosa campa?a de publicidad no s¨®lo en Parla, sino en Alcorc¨®n, Legan¨¦s, Getafe, M¨®stoles, Gri?¨®n y otros pueblos cercanos. Se repartieron 12.000 invitaciones. Inauguraci¨®n, el viernes 17 de junio; entrada y primera consumici¨®n gratis. Naturalmente, el ¨¦xito fue apote¨®sico. La Cama tiene capacidad para casi 4.500 personas, y miles de j¨®venes abarrotaron ese d¨ªa el local. Pilar T. M., una guapa muchacha de 22 a?os, cont¨® que s¨®lo estuvo en el local media hora: "Hab¨ªa tanta gente que era un poco agobiante. Yo me march¨¦ sin terminarme la copa".
El Ayuntamiento permiti¨® que se abriera el viernes para no defraudar las expectativas y evitar posibles des¨®rdenes p¨²blicos. El s¨¢bado dieron la orden de cierre. Alberto Rodr¨ªguez rechaz¨® que el cierre suponga perjuicios econ¨®micos para los propietarios: "La Cama, de lunes a jueves, funciona como salones Oporto, bodas y banquetes, e incluso los fines de semana durante el d¨ªa. Por la noche quitan las mesas y la convierten en discoteca. Pero la licencia ya no les sirve, porque las discotecas se rigen por el Reglamento de Polic¨ªa de Espect¨¢culos, que exige medidas de prevenci¨®n mucho m¨¢s dr¨¢sticas. El fantasma del incendio de Alcal¨¢ 20 sigue pesando mucho".
"?stas son las famosas camas que han armado el revuelo". Rub¨¦n G¨®mez, encargado del local, quiere desdramatizar el asunto, y, efectivamente, un d¨ªa cualquiera, con el local vac¨ªo, las grandes mesas redondas con sus colchones de colores vivos tampoco dan la idea de ser una incitaci¨®n a una org¨ªa romana. "Yo entiendo la actitud del Ayuntamiento y el miedo a que pase algo y que luego las responsabilidades sean para ellos", afirm¨® G¨®mez. "Pero no estoy de acuerdo con que aqu¨ª exista peligro de incedio, porque los materiales del local son sobre todo m¨¢rmol, no hay paredes recubiertas de moqueta".
Rub¨¦n G¨®mez espera reunir pronto todos los requisitos municipales para abrir definitivamente lo antes posible. En cualquier caso, lo que no est¨¢ en la mente de la propiedad es en darle m¨¢s vueltas a La Cama. El nombre seguir¨¢ ah¨ª, y los mullidos colchones desplazar¨¢n cada viernes a las duras mesas de banquete.
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