Deutsche Bank toma una participaci¨®n del 2,57% en el grupo automovil¨ªstico Fiat

Giovanni Agnelli, presidente de Fiat, desvel¨® ayer en la junta de accionistas de la compa?¨ªa automovil¨ªstica la toma de posici¨®n por parte del Deutsche Bank de una participaci¨®n del 2,57% en la sociedad de Tur¨ªn, lo que supone una inversi¨®n de 1.000 millones de marcos, su precio del a?o pasado, en que se decidi¨® la operaci¨®n. Esta participaci¨®n convierte a la banca alemana en el primer accionista extranjero y en propietario del cuarto paquete m¨¢s importante de Fiat, lo que imprime una dimensi¨®n europea a sus planes industriales.

El avvocato anunci¨® tambi¨¦n la oferta de un contrato integrato a los sindicatos de la compa?¨ªa, cuyo grupo est¨¢ formado por 569 sociedades y emplea a 270.000 trabajadores, para negociar los aumentos salariales en los pr¨®ximos dos a?os en funci¨®n de los beneficios obtenidos, aplicando el principio de la m¨¢s beneficios m¨¢s salarios".Agnelli, que conduce la junta con la prestancia de un pr¨ªncipe y la seguridad de un estadista, sorprendi¨® a accionistas y periodistas al dar a conocer la incorporaci¨®n al consejo de Etienne Davignon, administrador de la Soci¨¦t¨¦ G¨¦rt¨¦rale de Belgique y ex vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, y al profesor Mario Monti.

El presidente se mostr¨® euf¨®rico al comentar los resultados del grupo, que el a?o pasado obtuvo unos beneficios de 2,56 billones de liras (unos 230.000 millones de pesetas) un facturaci¨®n 38,5 billones de liras (3,46 billones de pesetas) y que consigui¨® su sue?o de colocar en el mercado m¨¢s de dos billones veh¨ªculos, gracias en parte por los avances logrados en Espa?a en que ya controla un 6% del mercado. En los primeros cuatro meses de 1988 el grupo ha facturado m¨¢s de 14,5 billones de liras (1,3 billones de pesetas) lo que supone un crecimiento del 16,6% sobre el a?o anterior.

La toma de posiciones por parte de la Deutsche Bank es el cap¨ªtulo final de una compleja operaci¨®n que se remonta a 1986 cuando el grupo Lafico (Libian Arab Foreign Investment Company) decidi¨® vender su participaci¨®n del 15% en Fiat. Gadafi hab¨ªa entrado en la firma italiana en 1976 con una participaci¨®n del 9%, pero al suscribir todas las sucesivas ampliaciones que se produjeron lleg¨® a controlar un paquete superior a la sexta parte de la sociedad. En 1986 Deutsche Bank recibi¨® el encargo de Fiat de recolocar en los mercados internacionales todo este paquete. La operaci¨®n se hizo lentamente tanto para asegurar la m¨¢xima distribuci¨®n como por el retraso originado por la crisis burs¨¢til (le octubre de 1987.

La semana pasada el presidente de la Deutsche Bank, Alfred Herrhausen, remiti¨® una misiva a Giovanni Agnelli en la que le comentaba su prop¨®sito de retener un paquete del 2,57%, del capital de Fiat con el objetivo de considerarla una "participaci¨®n permanente". "Nosotros pensamos que con este paso", dec¨ªa Herrhausen en su carta, "que la estrategia en la tradici¨®n industrial de la Deutsche Bank alcanzar¨¢ por primera vez una dimensi¨®n europea. Creemos tambi¨¦n", a?ad¨ªa, "que un v¨ªnculo a largo plazo entre su sociedad y nuestro banco representar¨¢ un reconocimiento convincente de nuestro empe?o con Italia que ya hemos expresado hace dos con la compra de la Banca de Am¨¦rica e Italia.

La oferta a los trabajadores de ligar los salarios a los beneficios que el propio Agnelli calific¨® de "innovadora, inteligente, original y generosa" ya ha recibido una respuesta por parte de los sindicatos de convocar una huelga de cuatros horas para el pr¨®ximo 8 de julio. El avvocato calific¨® de d¨¦bil esta reacci¨®n sindical y coment¨®: "a m¨ª lo que me interesa es la posici¨®n de los trabajadores y la de la opini¨®n p¨²blica".

Para los directivos de Fiat se trata de "hacer entrar a los trabajadores en la l¨®gica del sistema capitalista y que los empleados se responsabilicen de la actividad de la empresa". A preguntas de los periodistas sobre si se permitir¨ªa el acceso de representantes laborales al consejo de administraci¨®n, el presidente precis¨® que "la legislaci¨®n italiana no lo permit¨ªa y los trabajadores siempre se hab¨ªan mostrado poco interesados".