Ecolog¨ªa y empleo
La preocupaci¨®n por conciliar econom¨ªa y ecolog¨ªa tiene sus precursores en Espa?a y en la comunidad cient¨ªfica internacional, y por sus obras los conocemos. No es cuesti¨®n de hacer un repaso bibliogr¨¢fico de obras y autores, pero en nuestro pa¨ªs est¨¢ el caso singular de Jos¨¦ Manuel Naredo, referencia obligada al plantearse este tema, ahora presente en toda clase de estudios y programas que preocupan a Gobiernos y Administraciones. Desde su primera obra, La evoluci¨®n de la agricultura en Espa?a, Laia, 1971, hasta la reciente aparici¨®n de La econom¨ªa en evoluci¨®n, coeditada por el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda y Siglo XXI, hay casi dos d¨¦cadas, en las que la evoluci¨®n del pensamiento econ¨®mico-ecol¨®gico queda reflejado en las obras de este autor, que alterna la reflexi¨®n te¨®rica con aplicaciones al campo de la agricultura y los recursos naturales.No es mi prop¨®sito glosar aqu¨ª la obra de nadie, pero me resulta dif¨ªcil hablar de mis experiencias actuales en el campo de la agricultura biol¨®gica sin referirme a las reflexiones m¨¢s amplias que las envuelven y que en buena parte vieron la luz en el libro colectivo Extremadura saqueada: recursos naturales y autonom¨ªa regional, Ruedo Ib¨¦rico, 1978, realizado bajo el impulso de Jos¨¦ Manuel Naredo y Mario Gaviria. En este trabajo se se?alaba la posibilidad de implantar un modelo agrario que respetara la fertilidad del suelo y el reciclado de materiales, evitando la dependencia econ¨®mica.
Lo que ayer era utop¨ªa, ideolog¨ªa y falta de visi¨®n pol¨ªtica en suma, hoy es objeto de preocupaci¨®n, te¨®rica al menos, de diversos colectivos y administraciones, y sus aplicaciones pr¨¢cticas dif¨ªcilmente pueden ignorarse.
Tenemos en el suroeste espa?ol m¨¢s de seis millones de hect¨¢reas de fincas adehesadas, susceptibles de aprovechamientos mixtos, que van desde la actividad ganadera con razas aut¨®ctonas hasta los cereales-leguminosas en los secanos y hortalizas-frutales en los regad¨ªos, aparte de otros aprovechamientos importantes, como son la caza, miel, quesos, jamones y diversos productos silvestres.
En muchas de estas ¨¢reas adehesadas se dan condiciones extraordinarias para la pr¨¢ctica de una agricultura respetuosa con su entorno y con la calidad de sus productos. Una agricultura ecol¨®gica o biol¨®gica que, sin la utilizaci¨®n de productos qu¨ªmico-sint¨¦ticos, podr¨ªa acogerse a una denominaci¨®n espec¨ªfica para defender la calidad de sus productos, cada d¨ªa m¨¢s apreciada en los mercados europeos y en nuestro propio pa¨ªs.
Precisamente ahora, a propuestas de los ministerios de Agricultura y Sanidad, va a ser aprobado, por fin, un decreto que regula la denominaci¨®n de calidad de este sector en Espa?a, anticip¨¢ndose a casi todos los pa¨ªses europeos en los que circulan estos productos cada d¨ªa m¨¢s. Ello nos coloca en una situaci¨®n privilegiada, porque son infinitamente mayores las posibilidades espa?olas con respecto a este modelo agrario dentro del ¨¢rea de la CEE.
Puestos de trabajo
Por poner un ejemplo pr¨¢ctico de las posibilidades de este sector, digamos que una sola finca adehesada, en la comarca de la Serena, reconvertida a este modelo, de 300 hect¨¢reas, con 25 de riego y Con una inversi¨®n de 50 millones de pesetas, genera un empleo equivalente a 18 puestos de trabajo. Cualquier conocedor del ¨¢rea adehesada espa?ola sabe que las posibilidades de transformaciones de este tipo podr¨ªan llegar muy bien a un 10% de la superficie total. Considerando, no obstante, que s¨®lo un 1% de estos seis millones de hect¨¢reas fueran susceptibles de este tipo de transformaci¨®n y reconversi¨®n, nos encontrar¨ªamos con que 60.000 hect¨¢reas podr¨ªan dar empleo a 4.200 trabajadores, con una inversi¨®n de 11.634 millones de pesetas.
Esta primera etapa reconversora, plenamente viable, podr¨ªa ser el rodaje e inicio de objetivos mayores que devuelvan a ciertas zonas agrarias una autonom¨ªa que tal vez nunca debieron perder. Esta tarea es compatible con la conservaci¨®n de? bosque mediterr¨¢neo, al tiempo que ofrece la posibilidad de empleo a cifras nada despreciables de poblaci¨®n, sin moverlas de su entorno y aprovechando la propia cualificaci¨®n que a¨²n no han perdido.
Para desarrollar este sector en el sentido que apuntamos ser¨ªa necesario, l¨®gicamente, que la Administraci¨®n no se contentara solamente con la creaci¨®n de un marco normativo, siendo esto muy importante. Ser¨ªa necesario, adem¨¢s, otra serie de medidas que realmente demostraran una voluntad pol¨ªtica de darle a este sector la importancia y el espacio que las circunstancias de hoy demandan.
La primera de estas medidas ser¨ªa destinar recursos financieros en condiciones adecuadas, as¨ª como incentivos y subvenciones que favorecieran este proceso reconversor en las ¨¢reas donde es viable, al igual que se hace con otros sectores productivos.
La segunda es la colaboraci¨®n de la Administraci¨®n en el trabajo de investigaci¨®n y experimentaci¨®n que a trav¨¦s de proyectos mixtos habr¨¢ que desplegar en orden a conseguir la recuperaci¨®n y mejora de razas y simientes aut¨®ctonas.
Digamos, para concluir, que sobra ya literatura y declaraciones de reconocimiento y an¨¢lisis de este modelo agrario. El sector ha empezado a moverse con dinamismo y proyectos concretos. Los consumidores acogen positivamente estos productos, especialmente en Madrid y Barcelona. Si a este primer paso de la Administraci¨®n en orden a la regulaci¨®n jur¨ªdica le siguen otros en el sentido que apuntamos, podremos ver en breve el comienzo de un proceso reconversor de ciertas zonas agroganaderas de nuestro pa¨ªs que cuentan con. una situaci¨®n privilegiada para unas producciones cuyos mercados van a crecer exponencialmente dentro y fuera de Espa?a.
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