Un 'andaluz' reformista
Ciriaco de Mita es tan andaluz como Felipe Gonz¨¢lez, a quien ma?ana recibir¨¢ en el palacio Chigi, de Roma. Su acento, mamado en las monta?as de Nusco (Avelino), saca de quicio a algunos de sus conciudadanos norte?os. El Sur que le dio a luz le trae por el camino de la amargura. Instalarlo definitivamente en Europa es uno de los retos del Gabinete que preside desde el pasado 13 de marzo, y que hace el n¨²mero 48 de los que han gobernado Italia en los ¨²ltimos ocho lustros. En todos ellos siempre estuvo presente la Democracia Cristiana (DC), un partido a¨²n virgen en las lides de oposici¨®n. Es ¨¦sta una vocaci¨®n que no entra en el programa de De Mita, quien a¨²na -al menos por ahora- la secretar¨ªa del partido m¨¢s poderoso de Italia (36%) y la jefatura del Gobierno de coalici¨®n con socialistas, liberales, socialdem¨®cratas y republicanos. De Mita, un intelectual cat¨®lico, cree que es misi¨®n de los pol¨ªticos organizar la libertad, algo que puede parecer, en esencia, contradictorio. Pragm¨¢tico, paciente, deductivo, De Mita lleva 60 a?os avanzando por la senda de la moralidad y la utilidad. Como jefe de Gobierno de uno de los siete pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo occidental, acaba de bautizarse en Toronto (Canad¨¢) en el rito de las cumbres, y como responsable visible de los destinos de uno de los doce ha sentado en Hannover (RFA) las bases de algo siempre por ¨¦l anhelado, la uni¨®n monetaria europea, embri¨®n de otra de sus ambiciones: la uni¨®n pol¨ªtica europea. Educado en la universidad cat¨®lica de Mil¨¢n, casado y con cuatro hijos, le gustar¨ªa pasar a la historia como el cirujano que ha sido capaz de curar los males de la pol¨ªtica italiana, y como el internista que diagnostic¨® un peligro de gangrena en las filas de la DC y supo, tras su acceso en 1982 a la secretar¨ªa del partido de la plaza de Jes¨²s, impulsar una perestroika que le devolviera la vida devorada por esc¨¢ndalos, corrupciones y traiciones. En fin, un nuevo Alcide de Gasperi.
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