"Son ustedes muy generosos"

Los pr¨¦stamos de dinero han sido una de las constantes repetidas en el juicio contra los dos magistrados a los que se acusa de corupci¨®n. Las cesiones de efectivo o su devoluci¨®n se han esgrimido en multitud de ocasiones para justificar determinadas cantidades que aparec¨ªan en la contabilidad de los procesados, y que el representante del ministerio fiscal considera percibidas de forma irregular. Acusados y testigos se justifican con este tipo de operaciones.Ayer los pr¨¦stamos y los pagos salieron de nuevo a relucir. Alfredo Consolaci¨®n, un testigo a quien el fiscal imputa estar involucrado en la trama, sostuvo que en 1978 el juez Lorenzo-Penalva le prest¨® cuatro millones, y que a partir del a?o 1981 empez¨® a reintegrarle esa cantidad.

Curiosamente, las entregas de Consolaci¨®n al magistrado coincidieron en numerosas ocasiones con los importes de otros talones que el citado testigo hab¨ªa facilitado a otros de los procesados en esta causa. Pero, al margen de estas coincidencias, Alfredo Consolaci¨®n afirm¨® que el pr¨¦stamo se pact¨® al 15% de inter¨¦s. Sin embargo, las cifras no casan, ya que el testigo tuvo que devolver 6,9 millones de pesetas.

El fiscal C¨¢ndido Conde Pumpido le pregunt¨® por la raz¨®n de la devoluci¨®n de una cantidad tan superior al dinero prestado, a lo que Alfredo Consolaci¨®n replic¨®: "Es que despu¨¦s acordamos subir el inter¨¦s". Ante esto, Conde Pumpido, con cierta sorna, acab¨® diciendo: "Son ustedes muy generosos".

El supuesto pr¨¦stamo del juez a Alfredo Consolaci¨®n no fue el ¨²nico que sali¨® a relucir en la sesi¨®n de ayer. As¨ª, otra testigo, llda Rodr¨ªguez Su¨¢rez, manifest¨® que en 1978 la mujer del juez Lorenzo Penalva le prest¨® tres millones de pesetas, y que tres a?os m¨¢s tarde se lo retorn¨®. Lo que al fiscal le parece incre¨ªble no es la existencia de los pr¨¦stamos en s¨ª, sino que las amortizaciones de algunos de ellos coincidan peseta por peseta con cantidades devengadas por salarios o servicios prestados.