Delgado destroza el Tour en 1 Alpe d'Huez
Pedro Delgado consigui¨® ayer, en la 12'- etapa del Tour, ganada por el holand¨¦s Rooks, el liderato. Y algo m¨¢s, destrozar la carrera hasta el extremo de que Hampsteo lleg¨® a cuatro minutos; Mottet, a 8; Timmermann, a 17; Breokiok, a 19; Beroard, s 22; Kelly, a 23. S¨®lo le resisti¨®, y parci mente, Heme ra, que lleg¨® casi a un minuto. La a nsi¨®n al puerto de Glandon, donde atac¨® Delgad , resolvi¨® casi por s¨ª sola el Tour. S¨®lo pueden in uietarle ya dos colombianos, Fabio Parra, a 1.20 m natos, y Lucho Herrera, a 2.25.
El Tour 88 ten¨ªa dos d¨ªas claves, el Alpe d'Huez y Luz Ardiden, donde acabar¨¢ la etapa del lunes. Delgado, como est¨¢ fuerte y tiene ambici¨®n, no quiso esperar. Vio la ocasi¨®n de atacar cuando Herrera flojeaba, y no le import¨® que la etapa reina de los Pirineos pueda haberse convertido en un mero tr¨¢mite. Al contrario, mejor para ¨¦l. Delgado tiene prisa en asegurarse la victoria. Que se lo pregunten a todos los que tambi¨¦n aspiraban a ella. En una etapa de las caracter¨ªsticas de la ayer, y quedando todav¨ªa los Pirineos, un ataque as¨ª s¨®lo pod¨ªa partir de un hombre que ha nacido para ganar el Tour.Todo estaba planificado a la perfecci¨®n. Delgado ten¨ªa dispuesto su equipo, el Reynolds, para asestar un golpe de mano. Hab¨ªa que eliminar rivales. Dos etapas duras de monta?a son muy bocas para ganar el Tour. Hab¨ªa. que hacerlas, por tanto, muy duras. Para que la estrategia funcionase, era necesario que Delgado se encontrase muy bien de forma, porque iba a quedarse solo al final. Y sali¨® mejor de lo esperado. Porque el PDM, su ex equipo, se est¨¢ mostrando ambicioso y compacto como ninguna en la monta?a, y no s¨®lo procur¨® avivar el ritmo en las subidas, sino que, adem¨¢s, el jefe de filas holand¨¦s, Steven Rooks, no dej¨® nunca solo a Delgado. Su premio fue ganar la etapa y aspirar aun puesto entre los cinco primeros al final del Tour.
El recorrido, con la tradicional meta en lo alto de L'Alpe d'Huez,era duro, pero no m¨¢s que otros a?os. Por lo pronto se hab¨ªa quitado el Galibier. En
ocasiones anterioresla etapa era, de principio a fin, un constante subir y bajar. Esta vez s¨®lo se hac¨ªa eso en los ¨²ltimos 100 kil¨®metros, con las ascensiones a La Madeleine, Glandon y el Alpe d'Huez.
Bernard, hundido
Hay un hombre que se acordar¨¢ del primer puerto toda su vida, Jean FranQois Bernard. Es el ¨ªdolo que ha elegido la afici¨®n francesa, a falta de otro mejor, y este a?o tampoco se anotar¨¢ ning¨²n gran triunfo. Pas¨® por la cumbre con un retraso de ocho minutos y medio. Por delante iban Abadie y Zimmerman, vigilados muy de cerca por el gran grupo.
Zimmermann se cay¨® en el descenso y pas¨® al grupo dirigido por Delgado, que ya situaba a sus hombres para el ataque, por
que nada m¨¢s bajar La Madeleine comenzaba el Glandon.Bernard quedaba
descartado, pero ve¨ªa todav¨ªa a m chos corredores importantes a u lado: Herrera, Mottet, Zimmeman, Hampsten, Breukink y Kelly. Estos dos ¨²ltimos fueron lo primeros en acusar el ritmo qu impuso Indur¨¢in en las primer s rampas. Hab¨ªa 20 kil¨®metros de subida por delante, dividido por un falso llano. Pino relev¨® a Indur¨¢in en el trabajo. Aunqu Pino no trabajaba para Delg do, le ayud¨® indirectamente po que quer¨ªa ganar la etapa y le i teresaba tambi¨¦n hacer pronto un descarte.
Luego, en la segunda parte de la ascensi¨®n, la m¨¢s dura, Omar Hern¨¢ndez, un colombiano que contrat¨® Reynolds para que ayudara a Delgado en la monta?a, dej¨® maduros a todos. Cay¨® Zimmerman, y cuando s¨®lo quedaban en cabeza 12 hombres, y ¨²nicamente dos de ellos inquietantes, Herrera y Hampsten, Delgado supo elegir el momento. Vio que el colombiano flojeaba, quedaba un kil¨®metro para la cumbre, y en la curva m¨¢s empinada atac¨®. Nadie, salvo Rooks, pudo reaccionar.
Delgado baj¨® el Glandon con un rosario de corredores a sus espaldas que, sobre la cima de ese puerto, ya se hab¨ªan despedido de la victoria en el Tour. Breukink quedaba a 7 minutos, Zimmermann a 8, Kelly a 11, Bernard a 14... Mottet, Herrera y Hampsten eran los ¨²nicos que le persegu¨ªan con ¨¢nimo de poder alcanzarle. La cima del Glandon, por s¨ª sola, pod¨ªa haber decidido el Tour.
Delgado, que se entend¨ªa a la perfecci¨®n con Rooks, comenz¨® tranquilo la ascensi¨®n al Alpe d'Huez. El peque?o grupo perseguidor ya se hab¨ªa disgregado. Pino, Theunisse -otro hombre del PDM-y Hampsten iban por un lado; Herrera, Parra y Pensec, por otro. Pino y Hampsten flojeaban; Herrera y Parra, lo contrario. Se fueron intercambiando las posiciones, menos las de Delgado y Rooks, que se manten¨ªan inamovibles en su ritmo. Hasta que se les unieron Parra y Theunisse. Herrera lleg¨® a estar a medio minuto, pero no le permitieron ganar ni un segundo m¨¢s. Al final, Rooks se fue hacia la victoria. Se la merec¨ªa, y Delgado dio por buena la diferencia con Herrera. E1 podio le esperaba. Girando llegaron a la meta Zimmermann, Bernard y Kelly, Delgado ya descansaba en el hotel.
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