El baile, luces y sombras

Mariano Torres ofreci¨® en esta segunda sesi¨®n flamenca de los Veranos de la Villa un espect¨¢culo de baile irregular, incluso mediocre en gran parte de su desarrollo. Da la impresi¨®n de que el elenco fue reunido sin m¨¢s para esta ocasi¨®n y que cada uno hizo lo que supo o pudo, que no es mucho en algunos de los elementos reclutados.Es un espect¨¢culo que, sin embargo, Podr¨ªa funcionar trabaj¨¢ndolo mucho m¨¢s y afinando cosas bastante elementales. No puede ser, por ejemplo, que en el mismo espect¨¢culo se ofrezcan al p¨²blico cuatro bailes, cuatro, por canti?as, tres individuales a cargo de Gabriel Heredia, Tania y Teresa VaIejo, m¨¢s los caracoles iniciales, y tampoco es admisible que los cantaores repitieran letras en m¨¢s de una ocasi¨®n.

Excelente 'bailaor'

Torres, pues, no anduvo muy fino dirigiendo el conjunto, y es lamentable porque se trata de un profesional serio y responsable. Como int¨¦rprete ya merece otra calificaci¨®n muy distinta. Su baile por siguiriyas, con Tania, tuvo partes muy notables, aunque ech¨¦ a faltar una l¨ªnea de desarrollo coherente. Tengo para m¨ª que Torres ha querido ponerlo todo ah¨ª, como ese juego del mant¨®n que tiene un modelo demasiado pr¨®ximo y claro en Blanca del Rey.El baile por soleares de Manuel Torres fue mucho m¨¢s arm¨®nico. Es, sin duda, el g¨¦nero en que el bailaor viene demostrando sus mejores cualidades. El discurso solearero de Manuel Torres es rico, complejo, muy comunicativo pese al l¨®gico distanciamiento que siempre impone un baile cerebral muy marcado y por la t¨¦cnica, como es el de este hombre.

Es de justicia se?alar la presencia de Tania, una joven bailaora de hermosa estampa que en las siguiriyas y las canti?as demostr¨® hallarse preparada para hacer baile de contenido jondo, en que da al movimiento de cintura para arriba el papel que le corresponde.

Tambi¨¦n es interesante el bailaor Gabriel Heredia, quien me dicen es australiano; tiene clase, una apostura muy flamenca e indudables conocimientos para desarrollar un arte que le cae en las ant¨ªpodas de su lugar de nacimiento.

Por lo dem¨¢s, ni el acompa?amiento de guitarra ni el de cante

fueron buenos, pese a la profesioinalidad de: algunos de sus elementos. Y Lola Serrano y Teresa Vallejo son bailaoras a¨²n en ciernes, a quienes falta mucho camino por recorrer.

El sonido sigue sin estar como debe estar, y las puertas se abrieron tarde, comenzando el espect¨¢culo con media hora de retraso sobre la anunciada, lo que parece se est¨¢ convirtiendo en costumbre.