El beso
Llega ahora a Espa?a el eco de los besos que el nuevo secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), se?or Occhetto, le ha dado a su esposa leg¨ªtima en presencia del fot¨®grafo de La Repubblica. Yo estaba en Italia cuando esos besos conmocionaron a la opini¨®n, porque hasta ahora los pol¨ªticos nunca besaban en p¨²blico, ni siquiera a la mujer propia. No s¨®lo molestaron los besos comunistas, sino tambi¨¦n que la pareja posara a lo Miguel Boyer e Isabel Preysler, hasta el punto de que una periodista me comentara: "Parecen Al Bano y Romina Power".El nuevo secretario est¨¢ dispuesto a dar la batalla de la imagen en un momento especialmente delicado para el PCI. Y ah¨ª est¨¢ el problema. Los comunistas de toda Europa tienen que buscar demasiadas cosas al mismo tiempo, desde el nuevo sujeto hist¨®rico de cambio hasta la nueva imagen para los suplementos dominicales de los peri¨®dicos y, ?por qu¨¦ no?, las revistas del coraz¨®n. M¨¢s sorprendente que el decisivo paso hacia el erotismo legitimado emprendido por Occhetto es la reacci¨®n puritana de una parte de la sociedad, molesta no tanto por el exhibicionismo de la vida privada como recurso como porque en esta ocasi¨®n el exhibicionista sea un comunista. A los comunistas, se les supone ocultistas y se les quiere ocultistas. Un comunista sin misterio y sin trastienda es como una teresiana descalza y con biquini.
No siempre las reacciones cr¨ªticas proven¨ªan de anticomunistas o de comunistas poco besucones. En ocasiones cre¨ª advertir un tierno desencanto ante el descubrimiento de que los ¨¢ngeles de la historia tambi¨¦n besan y disponen de tresillos modernos y vegetaci¨®n de interiores. Tal vez Occhetto pague el precio de su poco entrenamiento para este tipo de atletismos fotogr¨¢ficos y se le note poco natural precisamente por querer parecerlo. Que no se desanime. Llegar¨¢ un d¨ªa en que los besos del matrimonio Occhetto y su decoraci¨®n de interiores pasar¨¢n a la historia del socialismo en videolibro, con un pr¨®logo de Umberto Eco y un ep¨ªlogo de Raisa Gorbachov.
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