Los trabajadores y la construcci¨®n de un espacio social europeo
La Comunidad Europea debe incrementar la capacidad redistributiva de los fondos estructurales, avanzar en el proceso de armonizaci¨®n de normas comunes y fortalecer el papel de los sindicatos si se quiere caminar en el horizonte de la creaci¨®n del espacio social europeo m¨¢s all¨¢ de la Europa del comercio.
El Acta ¨²nica Europea incluye un nuevo T¨ªtulo V, relativo a las medidas necesarias para reforzar la cohesi¨®n econ¨®mica y social. Con ¨¦l se intenta responder al aumento de la heterogeneidad econ¨®mica derivada de la ampliaci¨®n de la CE a 12 Estados miembros y a la desigualdad y los desequilibrios que pueden conllevar de la aplicaci¨®n de la normativa liberalizadora que debe aprobarse antes de 1992, para cumplir con el objetivo de crear un aut¨¦ntico mercado com¨²n, sin trabas a la circulaci¨®n de bienes, factores y servicios, pues nada garantiza, seg¨²n la experiencia de 1957, que este proceso liberalizador reparta equitativamente los beneficios y los costes que produce. Adem¨¢s, los mecanismos redistributivos con los que cuenta hoy la CE son, a mi modo de ver, insuficientes para hacer frente a las nuevas necesidades de la Comunidad en su composici¨®n actual.A seis meses de la presidencia de Espa?a de la CE, es bueno que nos planteemos qu¨¦ es y c¨®mo avanzar hacia el objetivo de la cohesi¨®n econ¨®mica y social, tema harto complicado, debido, tanto a las resistencias que va a encontrar, como al proceso de integraci¨®n en s¨ª, que no parece garantizar una mayor convergencia. En este sentido, si analizamos la historia comunitaria, se puede ver c¨®mo sus ampliaciones sucesivas han incrementado las disparidades entre pa¨ªses y desde su creaci¨®n, la posici¨®n relativa de las regiones tiende a permanecer: en general, los ricos han tendido a seguir ricos y los pobres a no dejar de serlo, en t¨¦rminos relativos; ah¨ª est¨¢n para demostrarlo las diferencias de hasta un 60% de la renta entre las regiones comunitarias con mayor y menor desarrollo.
Por ello, si se quiere caminar hacia una mayor equiparaci¨®n, es necesario que la Comunidad se dote de mecanismos que garanticen una evoluci¨®n paralela de los pa¨ªses que la componen, reduciendo los desequilibrios existentes y evitando la creaci¨®n de otros nuevos.
Para contribuir a este objetivo, har¨ªa especial hincapi¨¦ en al menos dos cuestiones:
1. Los Fondos Estructurales (FEDER, FSE, FEOGA), que deber¨ªan tener una importancia redistributiva, y bien empleados, contribuir a la modernizaci¨®n y desarrollo de ciertas zonas. El problema es su m¨ªnima cuant¨ªa y sus fuertes limitaciones, tanto dentro de la CE como en su aplicaci¨®n concreta de nuestro pa¨ªs, con una escasa cuando no nula participaci¨®n sindical.
2. La armonizaci¨®n de normas comunes, as¨ª como el establecimiento de ciertos derechos generales. En un momento caracterizado por una fuerte interdependencia entre las pol¨ªticas econ¨®micas y sociales, la Comunidad debe esforzarse por desarrollar una pol¨ªtica social m¨¢s coherente. La intervenci¨®n directa de los sindicatos europeos, as¨ª como el papel del Comit¨¦ Econ¨®mico y Social, es muy importante en este campo.
Fondos estructurales
Debo hacer especial hincapi¨¦ en el primer punto, dado que el Consejo Europeo ha dado luz verde a la reforma de los Fondos Estructurales, lo que significa duplicar en 1993, en t¨¦rminos reales, la dotaci¨®n presupuestaria de los mismos, que, siendo a¨²n insuficiente por lo poco que supone en relaci¨®n al presupuesto global, puede incrementar con una buena utilizaci¨®n y mejor participaci¨®n de las fuerzas sociales, las posibilidades de intervenci¨®n estructural de la Comunidad, garantizando su eficiencia y poniendo en primer t¨¦rmino los objetivos de desarrollo armonioso del conjunto y la reducci¨®n de diferencias entre regiones.
En cuanto al segundo punto, se trata de ir homogeneizando la normativa comunitaria en l¨ªnea con lo recogido en el Acta de la 253? sesi¨®n plenaria del CES, celebrada en febrero ¨²ltimo, estandarizando algunas leyes hacia niveles m¨¢s elevados, por lo que aquellos pa¨ªses que est¨¦n menos desarrollados deber¨¢n ser ayudados.
Es importante tambi¨¦n, en l¨ªnea con lo dicho hasta ahora, el dictamen del Comit¨¦ Econ¨®mico y Social adoptado en Bruselas el 19 de noviembre de 1987, que en su punto C, y de acuerdo con las directrices de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos, apuesta por la creaci¨®n de un espacio social europeo que englobe:
1) Una pol¨ªtica para el empleo dirigida con prioridad a la lucha contra el paro de larga duraci¨®n y a la integraci¨®n profesional de los j¨®venes. 2) Una pol¨ªtica social basada en una legislaci¨®n marco comunitaria. 3) Un apoyo consecuente al di¨¢logo social.
Lo anterior significa, en definitiva, y desde nuestra ¨®ptica, aumentar el poder y la capacidad de los sindicatos de negociar el modelo de desarrollo europeo del futuro, que ¨¦ste se haga de forma arm¨®nica y solidaria, consiguiendo, a medio plazo, ciertos derechos sociales, entre los que el movimiento sindical europeo podr¨ªa priorizar los del salario, jornada y prestaciones m¨ªnimas para todos, que, l¨®gicamente, deben estar por encima de las existentes actualmente en los pa¨ªses m¨¢s retrasados.
Los sindicatos europeos tenemos un reto important¨ªsimo que exige el tomar de forma unitaria la iniciativa en el marco de la CE para luchar por los intereses de los trabajadores y de las clases populares. Y desde un punto de vista de criterios macroecon¨®micos, conseguir una relaci¨®n diferente entre el norte y el sur de Europa, entre las regiones m¨¢s avanzadas y las m¨¢s atrasadas.
Pero esto no exime al Gobierno espa?ol de sus responsabilidades; en concreto, podr¨ªa comenzar por hacer una pol¨ªtica m¨¢s social, como reiteradamente venimos pidiendo los sindicatos, capaz de irnos acercando a las prestaciones y bienestar social de la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la CE. As¨ª demostrar¨¢ en su futura presidencia la voluntad real de contribuir con el ejemplo a la configuraci¨®n de este tan necesario espacio social europeo.
es secretaria confederal de empleo de CC OO.
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