Amenaza de libertad con viento norte
Estados Unidos no ha estado ausente de los esfuerzos pacificadores en Nicaragua, dice el autor del art¨ªculo, sino que ha seguido maquinando para reactivar la violencia pol¨ªtica y boicotear los acuerdos de sandinistas y contras en Sapo¨¢.
Los indicadores reguladores del clima pol¨ªtico-social centroamericano auguran fuertes amenazas de tormenta, densos nubarrones evidenciando alteraciones coincidentes con el per¨ªodo final de la estaci¨®n reaganiana. As¨ª podr¨ªa describirse el enrarecido clima pol¨ªtico que vive otra vez Am¨¦rica Central. Estancado el proceso de cumplimiento de los acuerdos de Esquipulas en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, los acuerdos de Sapo¨¢ en Nicaragua se interpretaron como bal¨®n de ox¨ªgeno para el camino hacia la paz en la conflictiva regi¨®n.En medicina las recetas no surten el mismo efecto en organisinos aquejados de id¨¦ntica enfermedad. M¨¢s a¨²n cuando las causas son diferentes.
La inestabilidad y la falta de paz obliga a cada Gobierno centroamericano a formular particulares mecanismos en atenci¨®n a sus propias historias.
Sapo¨¢ constituye un esfuerzo de los nicarag¨¹enses para intentar salvar a Nicaragua de la guerra de agresi¨®n. Dicho proceso para la b¨²squeda del cese el fuego definitivo ha significado para el Gobierno constitucional nicarag¨¹ense parte esencial de los acuerdos de Esquipulas.
Estos acuerdos fueron elogiados internacionalmente aplaudidos y respaldados por los creyentes en la paz y el respeto al Derecho Internacional S¨®lo la Administraci¨®n de Reagan no particip¨® de la fiesta.
El Departamento de Estado se ausent¨®, pero no se alej¨® del di¨¢logo entre sandinistas y contras. Todo lo contrario, incidi¨® sobre ¨¦l, dividiendo a los diri gentes de la contra, saboteando as¨ª los m¨¢ximos esfuerzos y acuerdos concertados.
El cese el fuego provisional fue roto por la contra hace varias semanas, con ataques terroristas a poblaciones en la costa atl¨¢ntica y veh¨ªculos de transporte ocupados por civiles. Se reanudaron los secuestros de familias campesinas, y a este resurgir del clima b¨¦lico, la Embajada de Estados Unidos en Managua le compact¨® la violencia pol¨ªtica a trav¨¦s de un plan conducente a desconocer el Gobierno electo en 1984, utilizando a los partidos de derecha y los medios de comunicac¨ª¨®n que interpretan la libertad de opini¨®n como derecho a ser portavoces de la injerencia hist¨®rica de las Administraciones de EE UU en Centroam¨¦rica. Los diplom¨¢ticos de Estados Unidos en la regi¨®n no estrenan recientemente su militancia activa en los partidos pol¨ªticos. Las embajadas de Estados Unidos hist¨®ricamente han servido como cen¨¢culos para imponer o derrocar presidentes.
El embajador Melton, en Managua, sobrepas¨® los l¨ªmites del cen¨¢culo, salt¨® a las calles protagonizando personalmente su papel de l¨ªder y como coordinador de una oposici¨®n atomizada en corrientes y grupos de socialcristianos, liberales y conservadores.
El Plan Melton estaba en marcha, interpretando la derecha que eso es democracia y derecho a discrepar. A falta de l¨ªder nativo, buscaron al de siempre, al rubio invasor, como los llam¨® Rub¨¦n Dar¨ªo.
El Derecho Internacional no establece limitaciones en su ejercicio por la dimensi¨®n geogr¨¢fica de los pa¨ªses miembros de la comunidad mundial de naciones.
Pese a la evidencia en el caso del embajador Melton y de la condena que impuso la Corte Intemacional de Justicia a su Gobierno por la agresi¨®n militar y econ¨®mica contra Nicaragua, la historia parece invertirse excusando al culpable, al organizador del terror reprobado por el tribunal internacional. Si la contra recibe nueva ayuda militar es porque EE UU ha continuado su ruta violenta. Nunca respald¨® los acuerdos de Esquipulas, ni los de Sapo¨¢. El plan Melton, la divisi¨®n de la contra y un nuevo paquete de ayuda a la misma forman parte de una pol¨ªtica que sin torcerse amenaza la inestabilidad de la regi¨®n enturbiando el clima con el tr¨¢fico de armas y drogas, corolarios del hambre y la muerte, disfrazados de libertad con viento norte.
es embajador de Nicaragua en Espa?a.
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