Sobre el cante propio y el cante ajeno
El Pele tiene hechuras y talante de cantaor de cuerpo entero, quiz¨¢s al viejo estilo. Voz redonda, hermos¨ªsima, que emplea con facilidad extraordinaria en cada cante, rompi¨¦ndose, como si en wda cante le fueran la vida y el alma. Y yo creo que s¨ª le van, siquiera en el fuero ¨ªntimo del cantaor.Todo lo cant¨® muy bien El Pele, incluso esa zambra inicial que hizo en el mejor estilo caracolero, tras la cual vendr¨ªan los grandes cantes, soleares, siguiriyas -el quejio estremecedor, el puro llanto de la pena honda/jonda-, las alegr¨ªas -donde hace cosas nuevas, propias, muy sugestivas-, los tangos o las buler¨ªas, en que hace diabluras como meter por el son m¨¢s festero la malague?a del Mellizo.
Pedro Sierra, El Pele, Vicente Amigo
Veranos de la Villa. Guitarra en concierto: Pedro Sierra. Recital de cante: El Pele, con Vicente Arnigo al toque. Jardines de Cecillo Rodr¨ªguez, 29 de julio. Madrid.
Se est¨¢ haciendo ya un t¨®pico hablar de El Pele como cantaor caracolero. Lo es, ciertamente, y ¨¦l lo declara sin ning¨²n rebozo En el recital que comentamos le rindi¨® un homenaje expl¨ªcito, llam¨¢ndole su maestro. Bien est¨¢n estas fidelidades, pero El Pele es cantaor que puede aspirar a mucho m¨¢s que quedarse en simple copista de Caracol.
Ampliar su sello
Creo que el cantaor debe hacer un esfuerzo para liberarse de servidumbre tan totalizadora y ampliar su sello personal, que indudablemente lo tiene. Hay que mencionar el excelente acompa?amiento que le hizo Amigo, secundado por la flauta de Hierro.
Pedro Sierra no tuvo su mejor noche en concierto, a¨²n dejando constancia sobrada de su calidad en tarantas y guajiras, por ejemplo. Le perjudic¨®, quiz¨¢s, el fresco que se levant¨® en los jardines del Retiro, que pareci¨® contagiarse a la audiencia.
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