La casta de Litri

La aficci¨®n y la casta del Litri son verdaderamente sorprendentes. Lo ha demostrado a lo largo de sus tres actuaciones en esta feria, pero de forma especial¨ªsima en el ¨²ltimo toro de ayer tarde. Era el s¨¦ptimo que mataba en las colombinas, y hab¨ªa obtenido numerosos trofeos. S¨®lo en la tarde ayer llevaba ya cuatro orejas y un rabo. Cuando se fue con la muleta hacia el centro le hubiera bastado haber puesto de manifiesto el peligro que encerraba el toro.Lo demostr¨® a base de jugarse la vida, sac¨¢ndole unos naturales mer¨ªtimos, donde todo lo hac¨ªa el torero. No cej¨® en su empe?o, hasta que el toro le alcanz¨®, y afortunadamente, s¨®lo le rompi¨® la taleguilla. Sin mirarse, entr¨® a matar m¨¢s derecho que una vela. En los dos toros anteriores alcanz¨® un resonante triunfo, enardeciendo al p¨²blico con su toreo heterodoxo y vibrante ante dos toros nobles y blandos toros.

Manzanares brill¨® con luz propia en la segunda serie de naturales al quinto toro, cargando la suerte, embarc¨¢ndolo en la panza de la muleta, templando y rematando. En fin, toreando de verdad. En el resto de esa faena, y en la del tercero hubo ventaja y alivio por doquier. Su primero fue un manso al que s¨®lo cab¨ªa matar, lo que hizo con brevedad.