Mi amigo Rocard
Me considero uno de los muchos destinatarios de la carta que el primer ministro de Francia ha publicado en este peri¨®dico (28 de julio de 1988). Por ello me permito, primero, agradec¨¦rsela, y segundo, hacerle un breve comentario, recordando una conversaci¨®n que, junto con un grupo de economistas espa?oles y franceses, tuve ocasi¨®n de entablar con ¨¦l en 1982, cuando Rocard era ministro de Planificaci¨®n y Ordenaci¨®n Territorial, y yo, organizador de los anuales coloquios hispanofranceses sobre planificaci¨®n, en los primeros a?os ochenta. (Ir¨®nicamente, tanto esos coloquios como, sobre todo, la planificaci¨®n han sido posteriormente hibernados por la Administraci¨®n socialista espa?ola.)El se?or Rocard dice en su carta que hubo un tiempo en que las ¨²nicas palabras espa?olas que el franc¨¦s hab¨ªa logrado incorporar eran pronunciamiento o guerrilla. Como la cultura hist¨®rica y el esp¨ªntu cr¨ªtico del actual primer ministro franc¨¦s son considerables, me permito recordarle, por lo menos, otra m¨¢s honorable: la palabra liberal, en su acepci¨®n de partidario del Gobierno parlamentario frente a la monarqu¨ªa absoluta. La raz¨®n de esta acepci¨®n ftie que en las primeras d¨¦cadas del siglo XIX varias generaciones de liberales espaffloles se tuvieron que exiliar a otros pa¨ªses, particularmente cuando Fernando VII -apoyado decisivamente por 100.000 soldados franceses- yugul¨® el trienio liberal de 1820-1823. Unos 10.000 liberales espa?oles se exiliaron en la "d¨¦cada ominosa" de 18231833, prestigiando a Espa?a tanto en el Reino Unido (Alcal¨¢ Galiano, Arg¨¹elles, Fl¨®rez Estrada, J. J. Mora, Evaristo San Miguel, etc¨¦tera) como en Par¨ªs (F. J. Ist¨²riz, Mart¨ªnez de la Rosa, el conde de Toreno) e incluso en Nueva York (donde el militar Cabrera de Nevares dio clases en la universidad varios a?os). Cuando estos fiberales volvieron a Espa?a constituyeron una el¨ªte no s¨®lo intelectual y pol¨ªtica, sino que confirmaron la burgues¨ªa comercial, industrial y terrateniente contra el "Fundamentalismo" carlista. (Dos libros muy buenos sobre estos liberales: el de Vicente Llorens, en 1968, y el de Carlos Marichal, en l980.)-
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