Alexandra Fierro
Un futuro de actriz por encima de un apellido financiero
Es la ¨²nica hija de la pareja formada por el financiero Alfonso Fierro y la ex actriz Ana Pliego, m¨¢s conocida como Ana Castor. Naci¨® en Ginebra hace 20 a?os y ha vivido en Madrid, Par¨ªs y Estados Unidos. La selecta escuela de arte dram¨¢tico Lee Strasberg de Los ?ngeles la tuvo entre su alumnado y ahora ha sido elegida para protagonizar el papel femenino de una obra de teatro del autor Christophe Hampton sobre los amores homosexuales de los poetas franceses del siglo XIX Verlaine y Rimbaud.
Ser¨¢ su primer trabajo en teatro. La obra, producida por el actor Juan Rib¨® -que encarnar¨¢ tambi¨¦n al poeta Verlaine-, se estrenar¨¢ el pr¨®ximo mes de enero en el reci¨¦n restaurado teatro Romea de Murcia. Para ella, que hasta ahora ha trabajado s¨®lo en dos pel¨ªculas hechas en Italia y Francia, en peque?os papeles, el protagonizar esta obra le supone una mezcla de miedo, deseo y pasi¨®n que crecer¨¢ cuando se encuentre subida en el escenario del teatro.La carrera cinematogr¨¢fica de su madre, Ana Castor, fue corta. Se interrumpi¨® justo con el nacimiento de Alexandra, quien est¨¢ dispuesta a se uir sus pasos, pero de forma mucho m¨¢s intensa y dilatada en el tiempo. En esta tarea se ha empleado los ¨²ltimos a?os. Desde muy peque?a, sin saber por qu¨¦, ten¨ªa muy claro que su futuro estar¨ªa en el cine o en el teatro. Despu¨¦s de estudiar el bachillerato en el colegio Americano de Madrid, se traslad¨® a la prestigiosa escuela Lee Strasberg, de Los Angeles (Estados Unidos), donde sigui¨® un curso de seis meses, completado m¨¢s tarde con otro en Nueva York, en el estudio dirigido por Uta Hagen, y varios m¨¢s en Par¨ªs, ciudad en la que ha vivido la mayor parte de su vida junto con Madrid.
Tiene el cuerpo lleno de pecas, es callada y contesta casi con monos¨ªlabos. Pero contesta a todo. S¨®lo hay una cosa en la que se le nota que no se siente a gusto. Sobrelleva mal eso de tener que responder a algo relacionado con su apellido financiero. "No quiero que me vean por el apellido que llevo, sino como actriz", responde siempre, despu¨¦s de hacer un peque?o moh¨ªn de aburrimiento. Acostumbrada al anonimato popular de su apellido en el extranjero, sabe que aqu¨ª no ser¨¢ lo mismo. Reconoce que un apellido puede abrir puertas, pero tambi¨¦n est¨¢ convencida de que esas mismas puertas se cierran cuando el visitante no demuestra el talento exigido. "Mis padres me han apoyado desde el principio. He sido educada en un ambiente de gran libertad y mi padre est¨¢ encantado con la elecci¨®n de mi carrera. Me ha ayudado en todo momento y al mismo tiempo me ha dejado hacer las cosas por m¨ª misma. Todo lo que he hecho lo he emprendido por m¨ª misma", dice muy lentamente y deseando en el fondo que ya no se indague m¨¢s en este terreno. A?ora esos a?os en Estados Unidos -"han sido los mejores de mi vida"-, en los que dice haber vivido en un ambiente de gente luchadora y emprendedora, en el anonimato. "Volver¨¦ a Nueva York", dice muy segura.
De momento, en Murcia ser¨¢ Mathilde Maut¨¦, esposa del poeta Verlaine, al que no puede retener a su lado y es finalmente abandonada por su marido para unirse sentimentalmente a Rimbaud.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.