Carta 77 exige a Mosc¨¹ y Praga la verdad sobre la invasi¨®n sovi¨¦tica de 1968
El grupo opositor checoslovaco Carta 77 ha lanzado, a cuatro d¨ªas del 20 aniversario del d¨ªa en que los tanques sovi¨¦ticos acabaron con la primavera de Praga, un llamamiento en el que exige a los Gobiernos de Praga y de Mosc¨² que hagan p¨²blica la verdad sobre los acontecimientos de agosto de 1968, que acabaron con la experiencia de renovaci¨®n socialista que dirigi¨® Alexander Dubcek. "No llamamos a la venganza", se dice en el texto -encabezado por Stanislav Devaty, Milos Hajek y Bohumir Janat-, hecho p¨²blico ayer, "sino a la verdad". Carta 77 exige que salga de su "cobarde anonimato" quien pidi¨® "a los ej¨¦rcitos extranjeros" que invadiesen el pa¨ªs.
En la noche del 20 al 21 de agosto de 1968, Checoslovaquia, que dorm¨ªa pac¨ªficamente, fue atacada por los ej¨¦rcitos de cinco pa¨ªses del Pacto de Varsovia. Aqu¨¦lla fue la mayor operaci¨®n militar en Europa desde el fin de la II Guerra Mundial. Su objetivo era reforzar el dominio imperial en nuestro pa¨ªs y hacer fracasar el esfuerzo de su pueblo por lograr una renovaci¨®n pol¨ªtica y un orden social m¨¢s humano.Contra la voluntad de toda la sociedad, los ej¨¦rcitos extranjeros impusieron en Checoslovaquia un Gobierno de hombres para los cuales los intereses de la direcci¨®n brezneviana de la URSS eran m¨¢s importantes que los intereses de su propia naci¨®n, de hombres tan incapaces como quien les otorgaba sus puestos. El modo en que gobernaron no s¨®lo afect¨® a las decenas de miles de personas privadas de su profesion y perseguidas de todos los modos posibles, ni a aquellos que vieron frustradas sus esperanzas de lograr una vida mejor, sino que afect¨® perniciosamente a toda la sociedad, incluidas las generaciones m¨¢s j¨®venes, que son probablemente las que m¨¢s sufren la carga del sistema no democr¨¢tico impuesto. La amplia devastaci¨®n moral, espiritual, social, pol¨ªtica, econ¨®mica, cultural y ecol¨®gica de nuestra patria, que es un resultado directo de la ocupaci¨®n de 1968, es una verdadera cat¨¢strofe nacional.
El acontecimiento hist¨®rico cuyo vig¨¦simo aniversario recordamos ejerce influencia directa sobre la situaci¨®n actual: Checoslovaquia contin¨²a hoy bajo el dominio del gobierno totalitario de la burocracia, apoyada en la omnipotencia de la polic¨ªa, reforzada y renovada por la intervenci¨®n de 1968.
El mundo sigue hoy intentando superar sus consecuencias internacionales: para la direcci¨®n brezneviana aquella fue una prueba de hasta d¨®nde pod¨ªa llegar en su pol¨ªtica hegemonista, y se convirti¨® en un ensayo para la posterior guerra de Afganist¨¢n, el aplastamiento de Solidaridad en Polonia y, en general, la pol¨ªtica de amenazas que envenen¨® la atm¨®sfera internacional y condujo a un incremento de la carrera de armamentos.
Un momento especial
El vig¨¦simo aniversario de este acto de violencia sin parang¨®n tiene lugar en una ¨¦poca especial. La nueva direcci¨®n sovi¨¦tica somete a una amplia cr¨ªtica la era anterior, persigue la renovaci¨®n de la sociedad sovi¨¦tica, una reforma fundamental del sistema pol¨ªtico y econ¨®mico y una nueva pol¨ªtica internacional. Con ello, los Breznev checos se ven aislados internacionalmente. Pero no es s¨®lo eso: a pesar de que imitan verbalmente a Gorbachov, se encuentran hoy cada vez m¨¢s aislados tambi¨¦n en su propio pa¨ªs.La sociedad que soport¨® durante a?os, callada y pasiva, su ideolog¨ªa y sus pr¨¢cticas, profundamente frustrada por la ocupaci¨®n y sus consecuencias, hoy ya no es, ni mucho menos, tan pasiva. Por el contrario, se puede observar en muchos sitios que la gente ya no est¨¢ dispuesta a soportarlo todo y a silenciar sus convicciones.
En el Gobierno cunde el p¨¢nico. Y cuanto m¨¢s miedo tiene a todo lo que surge desde abajo y espont¨¢neamente -como expresi¨®n aut¨¦ntica de la voluntad de la sociedad- con mayor arbitrariedad intenta sofocarlo. Para ello no es capaz de encontrar otro apoyo que el argumento, mil veces empleado y carente de la menor capacidad de convicci¨®n, de que todo lo que escapa a su manipulaci¨®n centralizada es antisocialista. Basando toda su autoridad en los tanques de Breznev, rechazan casi desesperadamente la verdad sobre lo que sucedi¨® hace 20 a?os. Pero sin esta verdad no es pos?ble, en la situaci¨®n actual, ninguna mejora.
Por eso llamamos a todos nuestros conciudadanos a que se deshagan del fardo del miedo y expresen libremente sus convicciones, incluidas sus opiniones sobre la intervenci¨®n de 1968 y la pol¨ªtica que se deriv¨® de ella.
Llamamos a la direcci¨®n checoslovaca a que no se niegue a aceptar esta verdad. Si alguien invit¨® a los ej¨¦rcitos extranjeros a entrar en nuestro pa¨ªs, como algunas veces se afirma oficialmente, que salga del cobarde anonimato, que lo reconozca y explique su actuaci¨®n. Pero si nadie invit¨® a esos ej¨¦rcitos, que se diga por fin en voz alta. Cuanto m¨¢s tiempo niegue el poder actual la verdad que ya toda la sociedad conoce, tanto m¨¢s profundo ser¨¢ su aislamiento, m¨¢s dram¨¢tico ser¨¢ en el futuro el camino hacia la renovaci¨®n.
Llamamos finalmente a la direcci¨®n sovi¨¦tica a que destruya este tab¨², deje libre el camino para la valoraci¨®n objetiva de los acontecimientos de 1968 y saque las conclusiones pertinentes. La Uni¨®n Sovi¨¦tica deber¨ªa reconocer su corre spon s abilid ad en la historia reciente de Checoslovaquia, no s¨®lo en inter¨¦s de Checoslovaquia, sino tambi¨¦n en inter¨¦s de la credibilidad de su nueva pol¨ªtica.
Creemos que los 20 a?os que nos separan de 1968 permiten un distanciamiento suficiente como para que los acontecimientos de entonces se eval¨²en sin pasiones ni amarguras. No llamamos a la venganza. Llamamos simplemente a la verdad. sin decir la verdad sobre lo que ocurri¨® no es posible valorar adecuadamente lo que sucede. Y sin decir la verdad sobre lo que sucede no es posible mejorar sustancialmente el actual estado de cosas.
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