Despedida triunfal de Ni?o de la Capea

ENVIADO ESPECIALNi?o de la Capea hizo el honor de torear en redondo al toro de su despedida en Bilbao, sin rectificar los terrenos para nada al rematar los pases -como es su costumbre- y aunque lo del pico y la suerte descargadilla segu¨ªan igual, que se acordara de tener un detalle con la afici¨®n de esta plaza, a la que brind¨® esa postrer faena, es de un gran m¨¦rito, que habr¨¢ de quedar inscrito en los anales del coso.

El toro de la despedida embest¨ªa boyante por el pit¨®n izquierdo, un poco geniudo, y al advertirlo, Ni?o de la Capea en el tercer natural, decidi¨® olvidarse de ese lado para volver raudo con los redondos, aprovechando la embestida pastueh¨ªsima con que el torito endulzaba el toreo por el pit¨®n derecho.

Dio muchos redondos Ni?o de la Capea, no siempre templados, y lo que celebr¨® de veras el p¨²blico fue que intercalara circulares, pues en Bilbao los circulares son summa artis de la tauromaquia. Aquello de adelantar el enga?o, cargar la suerte y todo lo dem¨¢s es para el p¨²blico bilba¨ªno deleznable pedorreta comparado con el art¨ªstico corro-la-patata de los circulares vigorosos y pintureros. Tras la faena, muy larga, que fue "oleada y musicada" -seg¨²n explicaban los coloristas revisteros de a?ejas epocas-, y una estocada, el p¨²blico pidi¨® una oreja para el Ni?o de la Capea, que la pase¨¦ en triunfo por el redondel, recibiendo cerradas ovaciones.

En su anterior toro le hab¨ªan pitado un poco al Ni?o de la Capea por no emplear maestr¨ªa alguna ni acertar la t¨¦cnica que habr¨ªa dominado el escaso temperamento y paulatina p¨¦rdida de codicia de ese animalucho, y adem¨¢s por matarlo a paso de banderillas. Pero no tuvo la menor importancia. Todo est¨¢ ya bien olvidado, porque hubo m¨¢s sustanciosas cosas en la tarde. La mejor, que Manzanares y Robles aceptaran los dos toracos de la corrida, cuyo peso era de unos 650 kilos nada uno, y no echaran a correr aduciendo que hab¨ªa llovido, como hicieron en Madrid.

Manzanares apunt¨® derechazos lejanos y precavidos a ese toro, igual que hab¨ªa hecho con el otro, un inv¨¢lido total. Julio Robles instrument¨® una buena tanda de redondos a cada uno de su lote y luego se puso a repetir derechazos hasta hartar al toro y p¨²blico, ayer hermanados en el aburrimiento, que es una original forma de hermanamiento.

Bilbao abri¨® ayer la serie de ¨²ltimas actuaciones de Ni?o de la Capea en diversas plazas donde tiene contratos, pues ha decidido retirarse. Lo m¨¢s probable es que reaparezca tras el descanso, como han hecho otros tantos toreros que sienten en el alma el rito y la magia del singular ministerio que han abrazado.