Rocard ratifica en Nueva Caledonia su ¨¦xito en la negociaci¨®n pac¨ªfica
Michel Rocard, el primer ministro franc¨¦s, nombrado por el presidente Fran?ois Mitterrand justo despu¨¦s de su elecci¨®n, encara el curso pol¨ªtico y los vericuetos m¨¢s dif¨ªciles del oto?o (d¨¦ficit comercial y problemas monetarios, presi¨®n sindical y aprobaci¨®n del presupuesto, entre otros) con el viento a favor, despu¨¦s del ¨¦xito conseguido en la espinosa negociaci¨®n de la paz en el territorio colonial de Nueva Caledonia.
Rocard ha iniciado un viaje al archipi¨¦lago austral, que entr¨® ayer en su segunda jornada con la visita a varios bastiones del independentismo, ha sido calificado como un ¨¦xito por todos los observadores, todav¨ªa sorprendidos por la valent¨ªa del primer ministro, que apel¨® a la responsabilidad de los canacos (los ind¨ªgenas melanesios) ante una masa de militantes independentistas que enarbolaban la bandera de Kanaky y pancartas en favor de la ¨ªndependencia."El combate del pueblo canaco por el reconocimiento de su identidad, su cultura, su herencia, yo lo comprendo", dijo Michel Rocard en Poindimi¨¦, la principal localidad de la costa Este, de abrumadora mayor¨ªa independentista. Pero a?adi¨®: "Francia, en Nueva Caledonia, no tiene m¨¢s realidad que por y en la Rep¨²blica, y la Rep¨²blica no tiene sentido sin el cumplimiento de sus valores: libertad, igualdad y fraternidad". Los militantes independentistas aceptaron sin rechistar la presencia de Jacques Lafleur, el l¨ªder antlindependentista, y aplaudieron en su mayor¨ªa el discurso del primer ministro, a excepci¨®n de un peque?o grupo que permaneci¨® sentado en el momento en que se enton¨® la Marsellesa.
Rocard, en su estancia en Nueva Caledonia, que termina hoy, ha roto tambi¨¦n el hielo con la vecina Australia, pa¨ªs con el que Francia ha protagonizado diversos incidentes: en los ¨²ltimos a?os, hasta llegar en enero de 1987 a la expulsi¨®n por el Gobierno conservador de Jacques Chirac de su c¨®nsul en Noumea, la capital del archipi¨¦lago.
El primer ministro salud¨® efusiva y ostensiblemente al nuevo c¨®nsul australiano, en un gesto inconfundible de reconciliaci¨®n.
El ¨¦xito de Rocard descoloca a buena parte de la clase pol¨ªtica francesa, principalmente a los desconcertados conservadores, que todav¨ªa se lamen las heridas de su derrota en las elecciones presidenciales.
Pero en las propias filas de su partido la nueva forma de gobernar simbolizada por Rocard no hace precisamente felices a todos los barones socialistas, principalmente despu¨¦s de la efusiva declaraci¨®n del propio Mitterrand identific¨¢ndose con la gesti¨®n de la crisis caledoniana realizada por su antiguo rival dentro del socialismo y ahora primer ministro.
Quien mejor expresa los celos y reticencias que levanta Rocard es el ex primer ministro Laurent Fabius, ahora presidente de la Asamblea Nacional, despu¨¦s de su derrota en la elecci¨®n para secretario general del PS, en la que venci¨® otro ex primer ministro, Pierre Mauroy. Fabius, durante mucho tiempo alumno preferido de Mitterrand, asegur¨® a mitad de semana que el Partido Socialista no pose¨ªa "un gran proyecto de futuro" y afirm¨® su vocaci¨®n y disposici¨®n para renovar el horizonte pol¨ªtico. Esta reflexi¨®n, le¨ªda por todo el mundo como un gui?o contra Rocard y una advertencia de las pretensiones presidenciales de Fabius, sit¨²a por el momento a ¨¦ste como el ¨²nico opositor con posibilidades frente al primer ministro dentro del Partido Socialista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.