Capital cultural
En su carta, publicada el 21 de agosto pasado, el se?or Fisac Seco trata de justificar algo injustificable: el nombramiento de Madrid como capital cultural de Europa en 1992. Para ello atribuye a la capital del Estado unas cualidades y virtudes que resultan m¨¢s que discutibles. Me gustar¨ªa saber d¨®nde se hallan la "racionalidad urban¨ªstica", la " modernidad" y la "europeidad" de Madrid a las que usted hace referencia.
Cualquier persona m¨ªnimamente objetiva sabe que Madrid no pod¨ªa ser mera espectadora de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona y de la Expo sevillana; hab¨ªa que darle alg¨²n tipo de participaci¨®n. Y ¨¦sa, se?or Fisac, es la ¨²nica raz¨®n por la que Madrid ten¨ªa que ser capital europea de la cultura, frustrando as¨ª los esfuerzos y esperanzas de otras muchas ciudades espa?olas con sobrados motivos (y no s¨®lo pol¨ªticos, como Madrid) para haber merecido dicho nombramiento. Pero esas otras ciudades (C¨®rdoba, Granada, Salamanca ... ) han sido y ser¨¢n siempre capitales culturales. Madrid s¨®lo lo ser¨¢ por un a?o, y eso por poderosas razones pol¨ªticas y econ¨®micas.
No contento con ello, el se?or Fisac se despacha con una afirmaci¨®n verdaderamente insostenible: "Europa se fue forjando sobre valores culturales antag¨®nicos a los representados por Salamanca". ?Acaso el derecho de gentes, precedente del derecho internacional, es antag¨®nico a la cultura europea? Pues bien, dicho derecho de gentes surgi¨® en las aulas de la universidad de Salamanca. ?ste es uno de los muchos ejemplos que podr¨ªa exponerle para rebatir su afirmaci¨®n, pero prefiero que los descubra usted mismo aunque "quod natura non dat Salmantica non praestat".-
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