Nueva prueba de fuerza entre Pinochet y la oposici¨®n
Con una concentraci¨®n a pocas manzanas del centro de la capital, Santiago, la oposici¨®n realizar¨¢ hoy la segunda demostraci¨®n de respaldo popular en la misma semana en que el general Augusto Pinochet fue designado como candidato ¨²nico del plebiscito. Cada seis a?os, en democracia, el 4 de septiembre era d¨ªa de elecci¨®n presidencial. En 1970, durante la ¨²ltima, fue elegido Salvador Allende. Los partidos, la Central Unitaria de Trabajadores, estudiantes y organizaciones sociales se han adherido al acto, llamado la gran fiesta por la democracia, a la cual se espera que asistan m¨¢s de 100.000 personas.
La convocatoria del acuerd social por el no anuncia un solo orador. Asistir¨¢ Isabel Allende, hija del derrocado presidente Salvador Allende, que volvi¨® del exilio el jueves, y se presentar¨¢ el conjunto de rock Los Prisioneros, el m¨¢s popular de Chile, y la cantante Isabel Parra, hija de la folclorista Violeta Parra, ambos proscritos de la televisi¨®n.Rock, jazz, salsa, folclor y consignas contra el dictador son las formas actuales del no, que pro cura darle un contenido de optimismo a su mensaje en los 30 d¨ªas que faltan para el plebiscito La oposici¨®n considera que Plnochet, al poner t¨¦rmino a los estados de excepci¨®n y al exilio que rigieron durante 15 a?os y llama a los opositores a integrarse en la institucionalidad en un ins¨®lito discurso conciliador, ha procura do revestir el r¨¦gimen con una tard¨ªa apariencia de apertura.
El secretario ejecutivo del comando del no, Jenaro Arriagada sostiene que "estos pasos t¨¢cticos de Pinochet no enga?an a la oposici¨®n". El dirigente comparte el optimismo generalizado e los l¨ªderes opositores. Denuncia una abrumadora ventaja publicitaria del s¨ª, que tiene el poder del Estado y las fuerzas armadas detr¨¢s. "A pesar de todo, somos fuertes como para aceptar una lucha que no tiene los requisitos m¨ªnimos, y ganar", afirma Arriagada.
La oposici¨®n conf¨ªa en sus encuestas (que le otorgan una ven taja sobre el s¨ª que oscila entre 5 y 10 puntos en todo el pa¨ªs), su mayor capacidad de movilizaci¨®n y el hecho de que re¨²ne a partidos que en las ¨²ltimas elecciones parlamentarias, en 1973, representaban dos tercios del electorado.
Sin embargo, los partidos del s¨ª est¨¢n tanto o m¨¢s seguros de triunfar. Creen en las encuestas del Gobierno, que dan mayor¨ªa absoluta al candidato. A pesar de que sus representantes pierden nueve de cada 10 elecciones de sindicatos, profesionales y estudiantes, aseguran tener el respaldo de las mayor¨ªas silenciosas los no organizados. Estiman que las recientes medidas de Pinochet atraer¨¢n a los indecisos. Se?alan que la carta de triunfo es la recuperaci¨®n econ¨®mica de la crisis de 1982-1983 y decisiones populistas de Pinochet: rebajas de precios del pan y el az¨²car, de aranceles, del IVA y regalo de subsidios.
"Dos medicamentos"
Un ex ministro del Interior del r¨¦gimen y actual presidente del Partido de Renovaci¨®n Nacional, Sergio Onofre Jarpa, apunta un factor m¨¢s estructural como garant¨ªa del triunfo. Dice que la tradicional divisi¨®n electoral de Chile en tres tercios, uno de derecha, otro de centro y un tercero de izquierda, fue superada por los profundos cambios que ha provocado en Chile el r¨¦gimen.
Seg¨²n Jarpa, "ahora hay dos posiciones: quienes est¨¢n por una sociedad libre y democr¨¢tica y quienes quieren conducir el pa¨ªs a una sociedad socialista, donde todo lo controle el Estado".
Para Jarpa, que se estren¨® como ministro en 1983 cuando Pinochet sac¨® 18.000 soldados a las calles en la represi¨®n de una protesta, esta divisi¨®n es positiva. "Cuando usted est¨¢ enfermo y le ofrecen dos medicamentos distintos, tiene que tomar uno u otro". Culpa de la confusi¨®n al centro pol¨ªtico, que en 1970 vot¨® por Allende en el Congreso, para despu¨¦s contribuir a derrocarlo, y ahora quiere repetir su alianza con la izquierda.
El Gobierno quiere incorporar esta idea bipolar a su institucionalidad. La Junta debate un proyecto de ley enviado por Pinochet que establece dos diputados y dos senadores por cada distrito, obligando a una divisi¨®n en dos sectores. Adem¨¢s habr¨¢ 10 senadores designados, cuatro de ellos generales. Aunque la oposici¨®n impugna el proyecto, por ahora siempre ha terminado incorpor¨¢ndose a la camisa de fuerza de la institucionalidad.
Pinochet, gane o pierda el plebiscito, quiere un pa¨ªs en que est¨¦ excluida la izquierda comunista, y dividir al resto en dos. Esa es la trampa que ha preparado el general candidato, frente a una oposici¨®n que si triunfa aspira a que el nuevo escenario permita negociar una transici¨®n con las fuerzas armadas.
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