El Papa anticipa algunos conceptos de la enc¨ªclica sobre la mujer
El Papa Juan Pablo II ha aprovechado su presencia en Tur¨ªn para adelantar algunos conceptos de la inminente enc¨ªclica dedicada a la mujer y al feminismo cristiano, ya anunciada hace algunos meses. El Papa anticip¨® algunas de sus ideas en un discurso-primicia que dirigi¨® ayer a 6.000 religiosas turinesas reunidas en la bas¨ªlica de las salesianas.
A prop¨®sito del feminismo, el Pont¨ªfice, contrario al sacerdocio de la mujer, dijo: "En el curso mismo de la historia se han desmentido entre vosotras tantas propuestas ideol¨®gicas que presentan el progreso y la realizaci¨®n personal como la libertad sexual, la eliminaci¨®n de las leyes morales, la emancipaci¨®n del religioso". "La crisis de identidad de las personas y las instituciones", agreg¨® el Papa, "es un signo doloroso de ello".
"La Iglesia", a?adi¨®, "por su parte, proclamando la verdad sobre la persona humana, da su aportaci¨®n espec¨ªfica al confirmar la perfecta igualdad entre el hombre y la mujer como im¨¢genes de Dios".
"Con respecto a la mujer", dijo tambi¨¦n el Papa, "Jes¨²s se muestra liberador y salvador. La libertad del deseo de posesi¨®n y de dominio del hombre arruina la mentalidad del ambiente que condiciona tambi¨¦n a sus disc¨ªpulos, mentalidad ¨¦sta que quiere prolongar las relaciones de prepotencia".
Citando el episodio evang¨¦lico de Cristo y la ad¨²ltera, liberada por aqu¨¦l de ser lapidada, Juan Pablo II se?al¨® que Jesucristo "rechaza identificar el papel de la mujer con la maternidad biol¨®gica y revela su dignidad en la fe en un nuevo tipo de parentesco, proponi¨¦ndola como modelo de fe y amor".
Refiri¨¦ndose en concreto a la condici¨®n femenina tal como la viven las religiosas, el Papa precis¨®: "En vosotras las mujeres de hoy deben poder ver una concret¨ªsima singular¨ªsima aventura, vivida no individualmente, en forma egoc¨¦ntrica, sino solidaria con la entera historia humana y con la entera creaci¨®n".
En medio de los aplausos de las religiosas, Juan Pablo II sigui¨® diciendo que el Evangelio "marca el camino de la liberaci¨®n, imprevisible a nuestras posibilidades humanas".
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