La Filarm¨®nica de Nueva York ofrece uno de los ¨²ltimos conciertos en el Teatro Real
La m¨¢s antigua orquesta norteamericana viaja de nuevo por Europa
A las ocho de la tarde de ma?ana, jueves, la Orquesta Filarm¨®nica de Nueva York, la agrupaci¨®n sinf¨®nica m¨¢s antigua del continente americano, ofrecer¨¢ un concierto en el Teatro Real de Madrid. Esta velada, una de las ¨²ltimas que acoge el coliseo de la plaza de Oriente antes de su cierre temporal por causa de las obras de reforma que lo devolver¨¢n a su condici¨®n primigenia de sala de ¨®pera, ser¨¢ la decimosexta actuaci¨®n del conjunto estadounidense durante su actual gira por Europa. Los m¨²sicos de la Filarm¨®nica cerrar¨¢n su marat¨®n de 20 d¨ªas con un concierto en la sala Pleyel de Par¨ªs.
El concierto en Madrid, que ser¨¢ transmitido en directo por radio y televisi¨®n, es, por tanto, la pen¨²ltima actuaci¨®n de estos artistas en la tourn¨¦e que marca el n¨²mero 13 de las realizadas por la orquesta en Europa desde 1920. La Filarm¨®nica neoyorquina visit¨® Espa?a anteriormente, en 1985: entonces y ahora, un mismo director repite visita al frente de los m¨²sicos: el indio Zubin Mehta, que ostenta la titularidad de la orquesta desde 1978.Walter Damrosch fue el primer director estable de la Filarm¨®nica de Nueva York que hizo viajar al conjunto a Europa: esto ocurr¨ªa al borde del verano de 1920, y la gira revisti¨® caracteres de epopeya; los m¨²sicos se pasaron 48 d¨ªas en Europa -desde el 6 de mayo hasta el 20 de junio-, y visitaron 19 ciudades de cinco pa¨ªses (Francia, Italia, B¨¦lgica, Holanda y Gran Breta?a).
Los medios de transporte no eran, obviamente, los de la hora presente, y el desarrollo de la hist¨®rica peripecia europea de la Filarm¨®nica de Nueva York fue narrado con profusi¨®n de an¨¦cdotas por el propio Damrosch en sus memorias.
Aunque la tourn¨¦e fue considerada un ¨¦xito art¨ªstico de primer orden, los instrumentistas de la orquesta decidieron curarse en salud y abandonar por un tiempo toda idea de nuevas aventuras europeas. Por ello, la siguiente campa?a en el Viejo Continente no tuvo lugar hasta 10 a?os despu¨¦s. En 1930, el nuevo director de la agrupaci¨®n, el italiano Arturo Toscanini, apoy¨® sin reservas la idea de un nuevo periplo continental que le permitiera exhibir la espectacular buena forma de sus m¨²sicos.
En esta ocasi¨®n el viaje dur¨® s¨®lo 30 d¨ªas, y si en 1920 la parte del le¨®n se la hab¨ªa llevado en lo musical la ciudad holandesa de Amsterdam, en esta oportunidad Toscanini opt¨®, con visi¨®n de futuro, por brindar cuatro conciertos en Londres, que concluyeron en clima multitudinario. Tras la II Guerra Mundial, la vocaci¨®n viajera de la Filarm¨®nica se desat¨®. Diez viajes a Europa, otros tantos a Suram¨¦rica y siete giras por Oriente dan testimonio de la capacidad de movimiento del conjunto, el m¨¢s activo en materia de desplazamientos entre los americanos.
Pre¨¢mbulos de 1988
En Estados Unidos, decir the big five (las cinco grandes) no supone en los medios culturales una referencia a pa¨ªses superdesarrollados, ni siquiera a compa?¨ªas multinacionales; las cinco en cuesti¨®n son las orquestas de Boston, Cleveland, Filadelfia, Chicago y Nueva York. Tambi¨¦n se las denomina en ocasiones el club de las cinco, con marcada iron¨ªa pol¨ªtica.Las cinco no son s¨®lo las mejores, the very best; son tambi¨¦n las m¨¢s poderosas en t¨¦rminos econ¨®micos, las que graban m¨¢s discos y v¨ªdeos, las que poseen el cachet m¨¢s elevado en conjunto y las que ofrecen a sus miembros un per diem (dietas) m¨¢s alto. Dentro de este pintoresco ranking, Nueva York, seguramente por su privilegiada situaci¨®n urbana, se lleva la palma en materia de recursos y patrocinios.
No menos de 28 entidades -bancos, l¨ªneas a¨¦reas, cadenas de radio y televisi¨®n, compa?¨ªas de seguros, empresas automovil¨ªsticas y de explotaci¨®n de combustible, un museo y una firma de investigaci¨®n inform¨¢tica- subvencionan a la Filarm¨®nica en calidad de benefactores, con contribuciones anuales por encima de los 3.050.000 pesetas.
Otras 32 corporaciones -en su mayor¨ªa fundaciones, adem¨¢s de un peri¨®dico (The New York Times) y de varios mecenas particulares- aportan cantidades anuales que van de los 1.220.000 a los 3 millones de pesetas la Filarm¨®nica denomina a este grupo colaboradores. Bajo la sigla garantes se hallan otras 83 personas jur¨ªdicas o fisicas, que aportan al a?o contribuciones que oscilan entre los 610.000 y los 1.220.000 pesetas. Todo esto sin contar las cuotas por temporada de los abonos, que se dividen en patrocinadores -los cuales entregan cada campa?a un m¨ªnimo de 300.000 pesetas- y simples. Todo este fondo de ingresos permite a la agrupaci¨®n una movilidad financiera que en la pasada serie 1987-1988 se resumi¨® en tomo a los 8.000 millones de pesetas.
Desde la ¨¦poca de Leonard Bernstein, titular entre 1958 y 1969, la Filarm¨®nica ha tenido clara conciencia del poder de la televisi¨®n; Bernstein electriz¨® Am¨¦rica de costa a costa con su famoso Concert for young people (Conciertos para la gente joven). Durante la etapa de Pierre Boulez -titularidad del conjunto entre 1970 y 1977-, Michael Tilson Thomas se hizo cargo de esta serie educativa, pero la televisi¨®n se desinteres¨® bastante de las actividades de la Filarm¨®nica. Con su actual director musical, la orquesta ha vuelto a ser foco de atenci¨®n para las c¨¢maras; de una parte, Melita cre¨® la serie de televisi¨®n Live from Lincoln Center y de otra, reparti¨® la responsabilidad de los conciertos juveniles entre ¨¦l y los directores invitados anuales de la orquesta.
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