La locura controlada fue la reina de la noche
90.000 personas celebraron con 'rock' el 40? aniversario de la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos
Con el grito ?Derechos Humanos, ya!, ?Derechos Humanos por siempre jam¨¢s! cantado por todos los participantes sobre la m¨²sica del Get up, stand up, de Bob Marley, dio comienzo, con s¨®lo cinco minutos de retraso, el concierto espa?ol de Amnist¨ªa Internacional. Lev¨¢ntate, lev¨¢ntate. Lucha por tus derechos, no abandones la lucha, en boca de Manolo Garcia, y el estribillo coreado en ingl¨¦s y castellano por Sting, Bruce Springsteen, Youssou N'Dour y Tracy Chapman, fue el inicio a ritmo de reggae de una noche en la que ya no decaer¨ªa la parte emotiva. Noventa mil personas (30.000 llegadas de toda Espa?a, en especial de Madrid, San Sebasti¨¢n y Valencia) coreaban el ¨¦xito de Marley, y con ¨¦l se adher¨ªan a este 40? aniversario de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos. El Camp Nou fue una locura, una locura controlada.
Manolo Garc¨ªa present¨® a Youssou N'Dour, encargado de iniciar la verdadera tanda de actuaciones y lo hizo con un r¨ªtmico recuerdo a Soweto. A pesar de la inicial y comprensible frialdad del ambiente, el p¨²blico se dej¨® atrapar r¨¢pidamente por la contundente polirritmia del senegal¨¦s que arranc¨® los primeros brotes de locura controlada, caldeando un ambiente que ya no se enfriar¨ªa en ning¨²n momento.De los 90.000 espectadores que abarrotaban el Camp Nou, muchos eran caras conocidas de la pol¨ªtica, el deporte, la cultura, el espect¨¢culo... Los vips hab¨ªan sido especialmente invitados por el Ayuntamiento de Barcelona, que acompa?aba la invitaci¨®n con una carta, en la que afirmaba que el municipio hab¨ªa colaborado con el concierto en la medida en que es una "entidad comprometida con los valores humanitarios y de progreso". Entre los que asistieron, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol y su esposa; el secretario por delegaci¨®n de Convergencia, Miquel Roca; el primer secretario del PSC, Raimon Obiols; Gregorio L¨®pez Raimundo, Oriol Bohigas, Josep Maria Cullell y el propio alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, quien sigui¨® el concierto aplaudiendo, golpeando con los pies y encendiendo su mechero como un fan m¨¢s.
Debido a la claridad de la tarde, las dos pantallas de v¨ªdeo que se encontraban a ambos lados del escenario no funcionaron en esta primera actuaci¨®n y fue una p¨¦rdida lamentable porque el espect¨¢culo de N' Dour conlleva un sustancial complemento pl¨¢stico y colorista en los bailes alimentados por el p¨¢lpito de las percusiones.
Los bailes se perdieron en la lejan¨ªa pero la voz del senegal¨¦s se abri¨® paso con gran claridad entre una sonorizaci¨®n que comenz¨® siendo algo confusa y r¨¢pidamente se torn¨® m¨¢s que aceptable y suficiente para llenar los cuatro extremos del abarrotado estadio.
Tras los primeros 35 minutos de m¨²sica se sucedi¨® el primer descanso y el propio N'Dour present¨® a El ¨²ltimo de la Fila. Y la ovaci¨®n fue de las que se recuerdan, como m¨ªnimo a Quimi y a Manolo les va a costar olvidarla. Son cuatro d¨ªas, Mi patria, mis zapatos, El loco de la calle, El dios de la lluvia, Llanto de pasi¨®n, Aviones plateados, Como la cabeza al sombrero y Soy un accidente se fueron sucediendo ante la locura progresiva del p¨²blico y el derroche de energ¨ªas de Manolo y Quimi. El ¨²ltimo de la Fila triunf¨® ante su p¨²blico como no lo hab¨ªa hecho nunca.
Las dos pantallas de v¨ªdeo, que hab¨ªan ya comenzado a funcionar, permitieron ver al d¨²o catal¨¢n con sus bailaoras y la guitarra de Juan Mar¨ªa Ca?izares y un primer plano de Manolo afirmando: "Hemos venido a cantar por los derechos humanos". Como traca final, los dos temas inevitables y esperados: Mi querida Milagros e Insurrecci¨®n, cantados por la audiencia puesta en pie. El rock catal¨¢n no s¨®lo cumpli¨® sino que brill¨® con luz propia en un cartel en el que sal¨ªa como perdedor.
Lo mejor que se ha visto
Sting fue el tercero en ocupar el amplio escenario, decorado con un gigantesco mapamundi en tonos azules y verdes. Sin lugar a dudas los 75 minutos del polifac¨¦tico brit¨¢nico fueron de lo mejor que se ha visto en esta ciudad en mucho tiempo. Sting y su grupo se entregaron a fondo y el resultado fue una delicia.Sting, vestido con camisa verde, pantalones negros y tirantes, cant¨®, bail¨®, toc¨® la guitarra y la pandereta e invit¨® al p¨²blico, recordando el 152 aniversario de la muerte de Salvador Allende, a luchar por un Chile democr¨¢tico sin la sangre de los chilenos en las manos de los dictadores.
La emotiva versi¨®n de Ellas danzan solas, cantada en castellano con chuleta y con el v¨ªdeo de las Madres de Mayo enlazando sus manos en las pantallas, puso a todo el p¨²blico en pie en comuni¨®n con el cantante, una de esas comuniones que pocas veces se ven en un concierto.
Si Sting se entreg¨®, a su lado unos extraordinarios Wynton Marsalis y Kenny Kirkland solearon a placer sobre una selecci¨®n de los temas m¨¢s representativos del brit¨¢nico, redondeand¨® as¨ª un concierto redondo. La versi¨®n castellana del tema de Jimi Hendrix Little wing (Mariposa libre), con un estremecedor solo de guitarra, precedi¨® a un Message in a bottle con Sting a solas con su guitarra. Los ecos del SOS dram¨¢tico del brit¨¢nico y su cort¨¦s reverencia cerraron la primera parte de un macroconcierto sin precedentes en la historia musical barcelonesa.
En el momento de cerrar esta edici¨®n, y tras un descanso de 45 minutos, Peter Gabriel se ha encargado de iniciar la segunda parte.
Tras Peter Gabriel estaba prevista que actuara la joven norteamericana Tracy Chapman que se acompa?a solamente de su guitarra y, para finalizar el esperado, a pesar de lo pr¨®ximo, regreso de The Boss. Bruce Springsteen y su E Steet Band preceder¨¢n a una nueva interpretaci¨®n de todos los participantes que posiblemente se centre, como en otros conciertos de esta gira, en el tema de Bob Dylan Chimes of freedom (Campanas de libertad).
Babelia
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