Desproporci¨®n

He asistido con perplejidad a la publicaci¨®n de la sentencia del caso el Nani, as¨ª como al alborozo con que ha sido recibida por los medios de comunicaci¨®n. La aplicaci¨®n de la figura detenci¨®n ilegal con desaparici¨®n, ciertamente novedosa y, en mi opini¨®n, ajustada a una nueva forma delictiva, ha sido saludada como valiente y celebrada por su justeza.Sin embargo, lo que me ha asombrado ha sido el escaso o nulo comentario que ha suscitado el desglose de la sentencia. En ¨¦sta, se condena a los acusados a nueve a?os de prisi¨®n por un delito de falsificaci¨®n reiterada de documento p¨²blico y seis meses por un delito de torturas. En mi opini¨®n, tal desproporci¨®n entre dichos delitos y dichas penas me parece insultante y en ning¨²n caso digno de alabanza. Considero que la tortura es una de las acciones m¨¢s viles y repugnantes que puede cometer un ser humano, y me parece que tan exigua pena no hace justicia de ning¨²n modo a su gravedad. No me tranquiliza pensar que pueda ser sometido a tratos vejatorios e inhumanos y que a mi torturador potencial se le condene a seis meses de prisi¨®n con la aquiescencia de todos aquellos que, por irreflexi¨®n, han aplaudido la sentencia del caso el Nani.-