La imagen de Regi¨®n, en 'El aire de un crimen'
OCTAVI MARTI ENVIADO ESPECIAL, Se ha presentado dentro de la competici¨®n oficial la pel¨ªcula de Antonio Isasi-lsasmendi El aire de un crimen, basada en la novela hom¨®nima de Juan Benet. Se trata de la primera visualizaci¨®n de la geograf¨ªa imaginada por el escritor, una geograf¨ªa de la que incluso existen planos detallad¨ªsimos, pero de la que no ten¨ªamos fotograf¨ªa alguna. Macerta, Bocentellas, el fuerte de San Mamud, las altas monta?as peladas que a¨ªslan este espacio imaginario de sus vecinos reales, regi¨®n de Galicia, Asturias o Le¨®n; todo ese universo lo ha encontrado Isasi-lsasmendi en los distintos pueblos en los que ha rodado. Y lo cierto es que la imagen se impone muy r¨¢pidamente, que esa Regi¨®n de cine funciona de manera aut¨®noma respecto a la Regi¨®n novelesca, aunque quiz¨¢ sea demasiado luminosa y de colores vivos -la fotograf¨ªa de Joan Gelpi tiene ese estilo- en la pantalla.
La historia de El aire de un crimen, que tiene varios puntos de contacto con la contada en El extra?o viaje, est¨¢ muy bien construida en su peculiar registro de policiaco rural. La acci¨®n transcurre a principios de los a?os cincuenta, en una Espa?a pobre, en la que las autoridades tienen un gran poder que acostumbra a estar al servicio de las operaciones de compra y venta de los propietarios m¨¢s importantes. Todo arranca con un asesinato y cuerpo guardado dentro de una enorme tinaja repleta de vino, cuerpo que m¨¢s tarde se convierte en otro. Para explicar esas dos muertes, la pel¨ªcula se remonta en el tiempo y, m¨¢s que una investigaci¨®n, nos propone un drama.Lo mejor de la pel¨ªcula es su solidez, la seguridad con que est¨¢ narrada, la credibilidad que destilan paisaje y decorados y el buen trabajo de los actores, con menci¨®n especial para el casi debutante Jos¨¦ Mar¨ªa Mazo. Lo menos convincente es el tiempo que dedica a los desplazamientos f¨ªsicos de los personajes, que acaban siendo muchos, y una cierta falta de confianza en el espectador que lleva a excesos explicativos.
Confirmando el buen nivel medio del cine espa?ol presente en San Sebasti¨¢n se proyect¨® en la sesi¨®n informativa otra curiosa pel¨ªcula vasca, Viento de c¨®lera, un western medieval y minimal que juega con un argumento escaso, pocos personajes, menos luz y una marcada predilecci¨®n por situar a los protagonistas en plano general y a punto de salirse de ¨¦l. Rodada en el valle de Baztan, con la presencia convincente de Juan Echanove como bastardo que lucha para que se le reconozcan sus derechos a la propiedad, Viento de c¨®lera tiene el encanto de la rareza.
No hay, en cambio, rareza alguna en La amiga, coproducci¨®n entre Alemania y Argentina dirigida por Jeanine Meerapfel, que enfrenta, encabezando el reparto, a Cipe Lincovski y Liv Ullman, la segunda en un papel de madre de la plaza de Mayo que encarna con ese rostro que tan bien expresa el dolor y la sorpresa de no comprender nada.
Dictadura argentina
La amiga es otra pel¨ªcula sobre la siniestra dictadura militar argentina, y aunque d¨¦ cierta verg¨¹enza escribir la palabra otra ante el drama de los desaparecidos es la m¨¢s adecuada. La cursiler¨ªa y sentimentalismo con que est¨¢ planteada La amiga, as¨ª como sus muchas ducias de realizaci¨®n, invalidan toda la buena fe de su discurso.
Fuera de concurso se ha presentado otra producci¨®n brit¨¢nica, Testimony, de Tony Palmer, un cineasta que procede del documentalismo y la televisi¨®n, que ya ha biografiado a otros m¨²sicos -Wagner y Puccini- antes de abordar los a?os m¨¢s dif¨ªciles de la vida de Shostakovich y llevarlos a la pantalla en formato panor¨¢mico y blanco y negro. En el filme, basado. en las memorias del m¨²sico escritas por Salom¨®n Volkov, son tan importantes los problemas creativos o de subsistencia del creador como las secuencias dedicadas a restituirnos el contexto hist¨®rico de la URSS de las purgas estalinistas o en guerra contra el ej¨¦rcito nazi. Palmer habla del destino de alguien que consigui¨® librarse del terror, un artista que, a pesar de haber ca¨ªdo en desgracia y ser criticado en p¨²blico por Jdanov y ver c¨®mo su obra era calificada de caos chirriante, logr¨® escapar a la suerte de 31 millones de compatriotas suyos, deportados, desaparecidos, asesinados o ajusticiados despu¨¦s de procesos escandalosos. Esta evocaci¨®n de ¨¦poca, que no es rigurosa en cuanto a fechas, no est¨¢ realizada en clave realista, aunque se recurra a menudo a los documentales. El director opta por fusionar diversas t¨¦cnicas de acercamiento a la realidad, mezclando la visi¨®n subjetiva que se deriva de las memorias, la representaci¨®n simb¨®lica cargada de connotaciones psicoanal¨ªticas o el material que proporcionan las im¨¢genes idealizadoras de las ficciones sovi¨¦ticas de la ¨¦poca. El resultado, que es t¨¦cnicamente muy bueno, aparece art¨ªsticamente m¨¢s dudoso, pues frente a momentos extraordinarios otros nos acercan m¨¢s a Disneylandia que a la sociedad sovi¨¦tica de los treinta, algo l¨®gico para los planteamientos de Palmer, que son los de un Ken Russell sin humor.
Babelia
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